A todos nuestros lectores y visitantes queremos desearles una bendecida y Feliz Pascua de Resurrección 2020. Y que Jesucristo el Señor de la Vida nos proteja a todos y nos de fortaleza en estos momentos de pestes y confusión.
Como a las santas mujeres, también a nosotros la noticia de la resurrección de Jesús nos ofrece una nueva luz para nuestras vidas. San Pablo nos recuerda en la epístola que se lee este Domingo de Pascua, que los cristianos hemos de echar fuera de nosotros la levadura vieja, para ser masa nueva. La Pascua nos anuncia que no estamos atados por nuestros pecados pasados, por el peso de nuestros errores anteriores, por los límites que notamos en nuestra vida. Por eso, el Apóstol nos dice que hemos de : «considerarnos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús»
Todos los oficios religiosos fueron realizados sin la asistencia y participación de fieles, dada la obligatoriedad de la cuarentena mandada por el gobierno Nacional, con motivo de la ya sabida peste-pandemia.
SANTA MISA DEL DOMINGO DE RAMOS
https://www.youtube.com/watch?v=TYo824A2XcI
SANTA MISA DEL JUEVES SANTO Y ADORACIÓN EN EL MONUMENTO
FUNCIONES LITÚRGICAS DEL VIERNES SANTO
VIGILIA PASCUAL Y SANTA MISA DEL SÁBADO DE GLORIA
SANTA MISA DEL DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN Y MENSAJE PASCUAL
Muchas gracias por dejarnos y compartir este documento en estos días que ni a la iglesia podemos ir
ResponderEliminarVamos a aprovechar en famila a ver los videos de la semana santa y gracias por compartir
ResponderEliminar"Nadie me arranca la vida, sino que yo la doy de mi propia voluntad; y soy dueño de darla y dueño de recobrarla." (San Juan, X, 18.) Asi hablaba a los judíos el Señor antes de su pasión; la muerte sentirá al punto la fuerza de esta palabra del maestro. El domingo, día de la luz, comienza a alborear; los primeros fulgores de la aurora pugnan ya con las tinieblas. Inmediatamente el alma divina del Redentor sale de la prisión del limbo, seguida de la multitud de almas santas que la rodeaban. Atraviesa en un parpadear de ojos el espacio y, penetrando en el sepulcro, se reintegra al cuerpo del que se había separado tres días antes en medio de los estertores de la agonía. El cuerpo sagrado se reanima, se levanta y se desprende de los lienzos, de los aromas y de las fajas con que estaba ceñido.
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