Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

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martes, 25 de abril de 2023

UN VALIENTE GUARDIÁN DE LA FE CATÓLICA Y DEFENSOR DE LA MISA DE SIEMPRE, EN EL XXXII ANIVERSARIO DE SU MUERTE...: Carta de Monseñor de Castro Mayer a "Pablo VI" – 12 de septiembre de 1969

Cinco meses después de la promulgación de la Nueva Misa, por el decreto del 6 de abril de 1969 (día de Pascua), un obispo brasileño le escribió una carta a "Pablo VI" donde le decía que esta última era inadmisible en su diócesis.



En la primavera de 1969, Juan Bautista Montini -alias- Pablo VI decretó la institución de una Nueva Misa para la Nueva Iglesia emanada del "concilio" Vaticano segundo recientemente finalizado. No solo fue un escándalo por su acercamiento a la concepción Protestante de la cena, sino también un intento de aplastar el rito bimilenario de la Iglesia para efectuar su sustitución.
Cuando Monseñor Antonio de Castro Mayer, obispo de Campos (Brasil), recibió la carta de promulgación del nuevo rito, no dijo una palabra, sino que llamó un automóvil y un chófer, luego pidió que lo llevaran al seminario diocesano, al extremo norte de la diócesis, a 150 km de Campos. Después de un día de camino en angustioso silencio, entró al seminario con la carta aún en la mano y, con un aspecto pálido, tenso y consternado, se la entregó al Padre José Possidente, director del seminario. Y entonces habló por primera vez desde que había abierto y leído la carta: “No es posible, no es posible; no lo aceptaré”, y las lágrimas brotaron de sus ojos.
Una gran tristeza se apoderó del obispo y, en su alma, este dolor, un dolor sentido por todos los fieles que conocían y amaban la Misa, nunca se terminó. Este yugo no fue fácil de llevar; esta carga no era ligera. Pero eso no cambiaría su sentido del deber. Se le había encomendado una tarea y continuaría haciéndola. Debía preservar la fe en su diócesis y ahora también la Misa. Se armó con las armas de un obispo: mitra, báculo y anillo, signos de autoridad que le fueron dados en su consagración, y tomó la pluma. Cinco meses después, el "Pablo VI" recibió en Roma la siguiente carta:

Beatísimo Padre:
Habiendo examinado atentamente el Novus Ordo Missæ que entrará en vigor el próximo día 30 de noviembre, después de mucho rezar y reflexionar juzgué mi deber, como sacerdote y como obispo, presentar a Su Santidad mi angustia de conciencia, y formular, con la piedad y confianza filiales que debo al Vicario de Jesucristo, una súplica.
El Novus Ordo Missæ, tanto por las omisiones y cambios que introduce en el Ordinario de la Misa, como por muchas de sus normas generales que indican el concepto y la naturaleza del nuevo Misal, no expresa, en sus puntos esenciales, como debería, la Teología del Santo Sacrificio Eucarístico, establecida por el Sacrosanto Concilio de Trento en su sesión XXII. Es este un hecho que la simple catequesis no consigue contrarrestar. En el apéndice adjunto las razones que, a mi juicio, justifican esta conclusión.
Los motivos de índole pastoral que, eventualmente, podrían ser alegados en favor de la nueva estructura de la Misa, en primer lugar, no pueden llegar al punto de dejar en el olvido los argumentos de índole dogmática que militan en sentido contrario; y, en segundo lugar, no parecen consistentes.
Los cambios que han precedido y preparado el Novus Ordo Missæ no han contribuido a aumentar la Fe y la piedad de los fieles. Al contrario, nos han dejado llenos de aprensión, una aprensión que aumentó por el Novus Ordo, por cuanto este favoreció la idea de que no hay nada inmutable en la Santa Iglesia, ni siquiera el Santo Sacrificio de la Misa.
Además, como señalo en las hojas adjuntas, el Novus Ordo no solo no inspira fervor, sino que extingue la Fe en las verdades centrales de la vida católica, como la Presencia Real de Jesús en la Santísima Eucaristía, la realidad del Sacrificio propiciatorio, o el sacerdocio jerárquico.
Cumplo así un imperioso deber de conciencia suplicando humilde y respetuosamente a Su Santidad que se digne, mediante un acto positivo que elimine cualquier duda, autorizarnos a continuar con la utilización del Ordo Missæ de San Pío V, cuya eficacia en la dilatación de la Santa Iglesia, y en el fervor de sacerdotes y fieles, recuerda Su Santidad con tanta unción.
Estoy seguro de que la Paternal Benevolencia de Su Santidad no dejará de disipar las perplejidades que angustian mi corazón de sacerdote y obispo.
Postrado a los pies de Su Santidad, con humilde obediencia y filial piedad, imploro Vuestra Bendición Apostólica.

Monseñor de Castro Mayer, Campos, 12 de septiembre de 1969

(Datos, vida y obra de Mons. de Castro Mayer...:) https://es.metapedia.org/wiki/Ant%C3%B4nio_de_Castro_Mayer

jueves, 14 de julio de 2022

CUANDO EL EPISCOPADO ARGENTINO ERA MÁS O MENOS CATÓLICO

 

DECLARACIÓN DEL EPISCOPADO ARGENTINO SOBRE LA MASONERÍA


El Episcopado Argentino en su Reunión Plenaria, ante las diversas manifestaciones hechas en la prensa por la masonería, se siente en la obligación de hacer una pública declaración en cumplimiento en recomendación de S. S. LEÓN XIII: “Lo primero que procuraréis hacer será arrancar a los masones sus máscaras para que sean conocidos tales cuales son” (Enc. “Humanum Genus”). 
Los Papas, pilotos supremos e infalibles de la civilización, comprendieron el peligro que amenazaba al mundo a través de las sectas y lo señalaron desde la primera hora declarando palmariamente la conjuración satánica que se cernía sobre la humanidad. 
DESDE CLEMENTE XII, en su Encíclica “In emminenti” de 1738, hasta nuestros días, reiteradamente los Soberanos Pontífices han condenado las sectas masónicas, y el Código de Derecho Canónico señala: “Los que dan su nombre a la secta masónico o a otras asociaciones del mismo género incurren ex excomunión” ( Canon 2335).
El 24 de julio de 1958 (en la Octava Semana de Formación Pastoral),S. S. PÍO XII señaló como “raíces de la apostasía moderna, el ateísmo científico, el materialismo dialéctico, el racionalismo, el laicismo, y la masonería, madre común de todas ellas”. 
Para continuar leyendo:
http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2014/02/cuando-el-episcopado-argentino-era.html

lunes, 7 de septiembre de 2020

LINEA MEDIA, CONSERVADURISMO, LITURGIA BIEN CUIDADA, TRADICIONALISTAS DE LA MISA NUEVA, HERMENÉUTICA DE LA CONTINUIDAD, VATICANO SEGUNDO A LA LUZ DE LA TRADICIÓN Y OTRAS HIERBAS....

 No sé si será así, pero con esto de las interminables cuarentenas y con la supuesta pandemia, creo que desde la Sede de la Roma idólatra hay algunos alborotados que patrocinados por Jorge Mario Bergoglio han comenzado a castigar a estos conservadores argentinos, por cierto que solo son conservadores de modismos y apariencias católicas, sean con o sin sotanas; ahora más virulentos los más modernistas cierran sus  semi"asnarios" más o menos tradicionales, con latines mal rezados y gregorianos mal entonados, y acompañados de ornamentos viejos y liturgias inválidas cargadas de incienso para confundir más. Pero era obvio que esto sucediera ya que bien como lo dice la palabra son "CONSERVADORES"  y toda conserva tiene fecha de vencimiento y por lo visto a estos les llegó la fecha de vencimiento.

El 2020 se vino con todo y con directivas de cumplir y hacer que se cumplan a rajatabla los documentos del Vaticano Segundo de una vez y para siempre, es por eso que nos pareció oportuno compartir este artículo escrito por un obispo de USA ya hace unos años y que dada las actuales circunstancias no ha perdido vigencia ya que refuta a estos tradicionalistas de la misa-parodia del cripto-judío Juan Bautista Montini -alias- Paulo VI y de la hermenéutica de la continuidad del pro-sionista Joseph Aloisius Ratzinger -alias- Benedicto XVI

¿El Vaticano II “a la luz de la tradición”?

Carta pastoral del obispo Mark A. Pivarunas
Fiesta de los Santos Pedro y Pablo Junio 29 de 1994
Amados en Cristo:
En estos últimos años, ha aumentado el número de publicaciones conservadoras que intenta excusar el caos y la confusión de la iglesia moderna mediante el equivocado argumento de que no hay nada teológicamente defectuoso en los decretos del Concilio Vaticano II; y que, supuestamente, la causa de los problemas son las malas interpretaciones de los sacerdotes, los religiosos y los laicos liberales. Estas publicaciones llegan hasta enumerar los abusos cometidos en la iglesia conciliar; mas insisten en la inocencia del Concilio. Los decretos del Vaticano II, reiteran ellos, deben ser interpretados a la luz de la tradición. Examinemos brevemente algunas de las muchas enseñanzas modernas emanadas del Vaticano II y veamos si pueden ser interpretadas a la luz de la tradición.
Antes que nada, cuando se usa la frase a la luz de la tradición, debe entenderse que, para las doctrinas en cuestión, pueden hallarse referencias en la tradición de la Iglesia. Así, interpretar una doctrina a la luz de la tradición significa que la misma ya ha sido enseñada por papas y concilios ecuménicos.
Comencemos por un examen de la Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Al mismo tiempo que citamos esta declaración oficial del concilio, meditemos en cómo puede ser interpretada a la luz de la tradición.
Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana… Las religiones a tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado.
Así, en el hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza. (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Concilio Vaticano II; octubre 28 de 1965)
Antes de continuar con el texto, consideremos el inmenso error contenido en estas alabanzas al hinduismo — religión panteísta así como politeísta. En ella se concede la divinidad a muchas criaturas; es más, el mundo y todo lo que contiene, incluso el hombre, constituyen dios. Entre las diversas deidades hindús, hay tres de gran importancia: Brahma, el creador; Vishnú, el preservador; y Shiva, el destructor. Asimismo, veneran a varios animales: las vacas, por ejemplo, son las más sagradas; pero también adoran a los monos, a las víboras y otros más. Por otra parte, el hombre, dicen ellos, supuestamente toma parte en una evolución interminable de nacimientos y muertes llamada “reencarnación.”
¿Cómo puede entonces esta declaración conciliar decir que los hindús buscan “refugio en Dios con amor y confianza”? ¿A cuál dios se refiere? Definitivamente no al Dios verdadero.
“Y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía.” ¿Cómo puede expresarse “el misterio divino” (que no está definido) a través de mitos e indagaciones filosóficas?
¿No escucharon alguna vez los autores de esta declaración el Primer Mandamiento de Dios: “Yo soy el Señor vuestro Dios, no tendréis dioses ajenos a mí”?

Continuando con el texto de la declaración:
En el budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el cual los hombres, con espíritu devoto y confiado, pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos o apoyados con el auxilio superior.
El budismo, así como el hinduismo, es una religión panteísta que equipara el mundo creado con Dios; además cree en la reencarnación. ¿Cómo, entonces, pudo el Concilio Vaticano II manifestar oficialmente alabanzas a esta pseudoreligión? ¿Qué clase de doctrina es esa de proclamar que el budismo “enseña el camino por el cual los hombres, con espíritu devoto y confiado, pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos o apoyados con el auxilio superior”? ¿Y qué es esta ambigua “perfecta liberación” o “suprema iluminación”?
Además de su lenguaje equívoco — como el “misterio divino” y el “refugio en Dios con amor y confianza” de los hindús; o como el “estado de perfecta liberación” y la consecución de una “suprema iluminación” de los budistas — ¡la declaración es simple y llanamente la máxima manifestación de indiferentismo religioso! El indiferentismo religioso es el error, tantas veces condenado por la Iglesia católica, de creer que todas las religiones son igualmente buenas y que el hombre puede salvarse en la práctica de cualquiera de ellas. Esto es claramente falso, porque Dios ha revelado la religión verdadera con la que desea ser adorado: a través de su Hijo Unigénito, nuestro Señor Jesucristo. Cristo Jesús fue realmente una persona histórica y realizó los milagros más prodigiosos para probar su misión divina. Sostener que todas las religiones son aceptables es insinuar que Jesucristo malgastó su tiempo revelando la verdadera fe y fundando la verdadera Iglesia. ¿Para qué llevó a cabo esta obra si, al final de cuentas, las religiones humanas también serían aceptables?

El Concilio Vaticano II luego alaba a los musulmanes: “La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes… Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios.”
Aquí se halla una sútil contradicción. Si los musulmanes reconocen cuando menos como profeta a Jesucristo, y los profetas están verdaderamente inspirados por Dios? ¿Cómo le niegan los musulmanes la divinidad, si Él clara y solemnemente se proclamó Dios, igual al Padre? ¿Alguna vez la Iglesia católica en su historia estimó la religión del islam? ¿Cómo puede esto interpretarse a la luz de la tradición?
Luego viene la afirmación más absurda en todo el documento: “La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero.”

¿Puede haber algo de “santo y verdadero” en la adoración de dioses falsos o en la práctica de pseudoreligiones?
Enseguida de esta cita hay una nota al pie de página, la más condenatoria de todas las afirmaciones: “A través de los siglos, sin embargo, los misioneros a menudo concluían que las religiones no cristianas eran simplemente la obra de Satanás y que su tarea era llevarlos del error al conocimiento de la verdad. Esta declaración señala un cambio autoritario de enfoque.”
Desde el Concilio Vaticano II, ya no es función de los misioneros convertir a la gente de estas religiones al catolicismo; ¡ahora su papel es meramente promover lo bueno (?) que hay en ellas! Esta doctrina está en oposición directa a la misión de la Iglesia católica.

Cristo fundó su Iglesia para que enseñase a las naciones todo cuanto Él mandó. Éste fue el solemne mandamiento que dio a los apóstoles y a sus sucesores:
Id, por tanto, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado; y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos (Mt. 28:19).
Id a todo el mundo y predicad el evangelio a toda creatura. Aquél que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado (Mc. 16:16).
¿Dónde estaría la Iglesia católica si los apóstoles no hubieran intentado convertir a la verdadera fe a los seguidores de las falsas religiones? ¿Dónde estaría la Iglesia católica si los apóstoles y sus sucesores hubieran solamente intentado promover lo bueno en ellas?
Continúa el texto de la declaración:
[La Iglesia] por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de la fe y la vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socioculturales que en ellos existen.
¿Cómo puede uno, “en testimonio de la fe cristiana, reconocer, guardar y promover los bienes espirituales y morales” de las falsas religiones? ¿¡Acaso el cristianismo o el catolicismo es compatible y reconciliable con el cutlo de dioses falsos!? ¿Cuáles son los “bienes espirituales y morales” que se encuentran en la adoración falsa? ¿Por qué no hay mención del cometido de la conversión?

¿Será sorpresa que muchos católicos, desde el Vaticano II, se han involucrado en las prácticas de las religiones orientales de hinduismo, el budismo y el islam?
¿Acaso puede sorprendernos que, desde el Vaticano II, Juan Pablo II y su clero modernista se hayan reunido públicamente para adorar en comunión con los líderes de estas, y una multitud de otras, religiones, incluyendo el animismo, el vuduismo, el shintoísmo, etcétera?
Entonces, ¿qué debemos pensar del argumento de que los decretos del Vaticano II deben ser interpetados a la luz de la tradición? En ninguna parte de la tradición encontraremos tales doctrinas absurdas. Y en lo que respecta a la interpretación, solamente necesitamos ver el evento ecuménico de Asís, donde 150 religiones del mundo se reunieron, por invitación de Juan Pablo II, para orar juntos. Así como tan acertadamente lo definió el papa Pío XI, nosotros decimos que el falso ecumenismo “equivale a abandonar la religión revelada por Dios” (Mortalium Animos).

lunes, 31 de agosto de 2020

DECLARACIONES DEL ARZOBISPO VIETNAMITA MONS. PIERRE MARTIN NGO DINH THUC SOBRE LA SEDE VACANTE


Por su interés histórico reproducimos las ya muy conocidas declaraciones de Mons. Thuc sobre la Sede Vacante. La primera en Munich el 25 de febrero de 1982 y la segunda en Acapulco el 26 de mayo de 1983. El motivo de su reproducción en este es meramente divulgativo y evangélico.
Piénsese lo que se piense sobre este Arzobispo hemos de reconocer el hecho de que sin las consagraciones de Mons. Thuc casi se habría extinguido en el mundo la Sucesión Apostólica de la Iglesia Católica, con obispos libres de cualquier adhesión a la herejía o en unión a falsos papas, y lo mismo se diga de los Sacramentos válidos, particularmente el Sacramento del Orden, los cuales todavía existen en el mundo, aunque en una mínima muestra, providencialmente preservada por Dios Nuestro Señor hasta que se digne levantar la dura prueba o castigo a que ha sometido a la humanidad, sin duda por los pecados y tibieza de los católicos, clero y laicos. Es consolador pensar que la “Oblatio Munda” de la Santa Misa Católica dicha “Non Una Cum” con los apóstatas romanos, existe en la tierra aunque reducida a una mínima expresión, gracias a esas disposiciones providenciales de Dios Nuestro Señor. No sabemos cuánto tiempo durará todo esto, aunque bien pudiera ser menor de lo que aventura la prudencia mundana, pero nuestro deber de verdaderos católicos es sostener esta lucha, que envidian los ángeles y mártires del cielo, manteniendo intacta en el mundo la Antorcha de la Fe Católica, pura e íntegra, y la divina virtud de los Sacramentos. Ante todo y sobre todo, nuestro bendito y amado Dios sea alabado, reverenciado, obedecido y temido, sin importar nuestros sufrimientos en el empeño o sin que sintamos todavía el premio del divino consuelo. Amén.

Mons. Thuc consagró más o menos a unos 14 obispos, entre ellos señalamos:.
Adolfo Zamora Hernández 
Los que, a su vez, han consagrado a otros obispos que continúan la sucesión apostólica ininterrumpida, únicos guardianes de la fe católica.

DECLARACIÓN DE MUNICH DE 1982


¿Cómo es que la Iglesia Católica aparece hoy en día, tal como la observamos? En Roma, Juan Pablo II ( ayer Benedicto XVI, hoy Francisco I) reina como “Papa” rodeado por el cuerpo de Cardenales y de muchos obispos y prelados. Fuera de Roma, la Iglesia Católica parece estar floreciendo, junto con sus obispos y sacerdotes. El número de Católicos es grande. Diariamente la misa es celebrada en muchas iglesias y en domingos, las iglesias estan llenas de tantos fieles que vienen a escuchar la Misa y recibir la Sagrada Comunión.
Pero ante la vista de Dios, ¿cómo aparece la iglesia de hoy? ¿Son las nuevas misas —tanto las diarias como aquellas a las que la gente asiste los domingos— agradables a Dios? De ninguna manera, porque la misa nueva es lo mismo para los católicos que para los protestantes, por lo tanto ella es desagradable a Dios e inválida. La única Misa que agrada a Dios es la Misa de San Pío V, la cual es ofrecida por pocos sacerdotes y obispos, entre los que me cuento a mi mismo.
Por lo tanto, en lo que me sea posible, abriré seminarios para educar candidatos para este sacerdocio que es agradable a Dios.
Además de esta “Misa”, la cual no agrada a Dios, hay muchas otras cosas que Dios rechaza: por ejemplo, los cambios en la ordenación de sacerdotes, así como en los sacramentos de la Confirmación y de la Extremaunción.
Aún más, los “sacerdotes” ahora se apegan a:
El modernismo
El falso ecumenismo
La adoración [o culto] al hombre;
La libertad de abrazar cualquier religión;
La resistencia a condenar herejía y a expulsara los herejes.
En consecuencia, porque soy hasta ahora un obispo de la Iglesia Católica Romana, Considero que la Sede de la Iglesia Católica Romana está vacante; y me corresponde a mi, como obispo, hacer todo lo que sea necesario para que la Iglesia Católica y Romana, perure en su misión por la salvación de las almas.

Febrero 25 de 1982
Munich
+ Pierre Martin Ngô-ding-Thuc, Arzobispo


DECLARACIÓN DE ACAPULCO, CONFIRMANDO 
Y AMPLIANDO LA DECLARATORIA DE MUNICH 

Después de una reunión en que fueron analizados los problemas de la Iglesia Católica derivados del Concilio Ecuménico Vaticano II que proclama el liberalismo religioso, adopta una nueva misa estructurada por protestantes, práctica el antropocentrismo sobre el Teocentrismo, se adhiere a los planes de la ONU y crea la diplomacia filo-marxista de la Ostpolitik, el arzobispo Pierre Martin Ngô-dinh-Thuc y los obispos José de Jesús Roberto Martínez Gutiérrez, Adolfo Zamora Hernández, Benigno Bravo Valadés, Moisés Carmona Rivera y Luis Vezelis, O. F. M. afirmaron el 26 de mayo 1983 lo siguiente:
“Los obispos católicos, reunidos en torno del Excelentísimo Señor Arzobispo Pierre Martin Ngô-dinh-Thuc, arzobispo católico, declaramos:
I.- Que nos adherimos a él en sus valientes declaraciones públicas que hizo acerca de la vacancia de la Santa Sede y de la invalidez e ilicitud de Nueva Misa.
II.- Sostenemos como el Teólogo de Hierro, Padre Joaquín Sáenz Arriaga, que la Santa Sede está vacante desde la muere del Papa Pío XII, porque los que después de él fueron electos para sucederle, no reunían las condiciones necesarias para ser un legítimo Papa.
Además, tenemos abundantes pruebas de que estos cuatro antipapas cayeron en múltiples herejías.

ANGELO RONCALLI
a).- En sus años jóvenes fue acusado de modernista por el Santo Oficio(“Documentación inédita de las Cartas Cavallanti“).
b).- En sus clases como profesor de Historia de la Iglesia se valía del texto de Louis Duchesne, “Historia de la Iglesia Antigua”, obra que era considerada como modernizante hasta el punto que fue incluida más tarde en el INDICE (libros prohibidos por la Iglesia) .
c).- El cardenal De Lai llamó a Roncalli al Santo Oficio y le invitó severamente a observar la recta doctrina.
d).- En el Santo Oficio había con su nombre lo que se llama “FASCICOLO NERO” y allí una tarjeta que lo denunciaba en sus relaciones con los modernistas.
e).- En el libro “Las PROFECIAS DE JUAN XXIII” escrito por Pierre Carpi, se da a entender que Angelo Roncalli, estando en Turquía en el año 1935, se inició en la secta de los Rosacruces.
Por todos estos motivos Angelo Roncalli no era papable, pues siendo el modernismo un conjunto de todas las herejías -como lo definió el Padre Santo San Pío X-, él por modernista, estaba fuera de la Iglesia Católica y por consiguiente no podía de ninguna manera ser Papa de la Iglesia Católica. Aún cuando haya sido electo, jamás podra ser considerado como un Papa legítimo. En efecto, tenemos un documento de gran valor que nulifica su exaltación y todos sus actos, este documento es nada menos que la Bula “CUM EX APOSTOLATUS OFICIO” de S. S. Paulo IV, de la que copiaremos solamente lo que interesa para nuestro objeto:
“… Agregamos también que si en algún tiempo cualquiera, aconteciese que un obispo, incluso de función de arzobispo, o de patriarca o de primado o un cardenal de la Iglesia Romana, incluso como se ha dicho en función de Legado; y también un Romano Pontífice, antes de su promoción o antes de su asunción a la dignidad de Cardenal o de Romano Pontífice, se hubiese desviado de la Fe Católica, o hubiese caído en alguna herejía, o incurrido en cisma, o los hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido en acuerdo y unanimidad de todos los cardenales, es nula, irrita y sin efecto; y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirído validez por la aceptación del cargo y por su consagración, o por la consiguiente posesión o casi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización del Romano Pontífice, o su adoración, o por la obediencia que todos le han prestado, cualquiera que sea el tiempo transcurrido, después de los supuestos entredichos. Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes… y cada uno de los pronunciamientos hechos, actos y resoluciónes y sus consecuentes efectos carecen de fuerza y no otorgan ninguna validez y ningún derecho a nadie“. 
Por lo tanto, apoyados en esta Bula de S.S. Paulo IV, sostenemos que Angelo Roncalli nunca fue un legítimo Papa y sus actos, por lo mismo fueron también completamente nulos.

JUAN BAUTISTA MONTINI
Tampoco fue un legítimo Papa, porque si por la Bula “Cum ex Apostolatus Officio”, Angelo Roncalli no fue legítimo Papa, y todos sus actos eran nulos y no otorgaban ninguna validez, la elección que se hizo de Montini para el cardenalato, fue nula. Montini no fue nunca cardenal y por consiguiente no era papable. El hecho de que haya sido electo no le dio ninguna validez, aparte de haber sido hereje antes de su elección.

ALBINO LUCIANI
Tampoco fue un Papa legítimo, porque aún en el supuesto de que no se hubiese desviado de la Fe, los cardenales, tanto los nombrados por Roncalli como los que nombró Montini -que no fueron legítimos Papas- no eran legítimos cardenales y por esta causa no podían elegir Papa, pues estaban incapacitados para ello.

WOJTYLA
Por la misma razón que no fueron legítimos Papas ni Roncalli ni Montini, ni Luciani, tampoco lo es Wojtyla. Su elección fue nula y nulos son también todos sus actos.
Queda pues, clara que la Santa Sede está vacante desde la muerte de Pío XII hasta nuestros días y no sabemos hasta cuando se irá a prolongar la vacancia.

INVALIDEZ DE LA NUEVA MISA
II.- Declaramos que la nueva misa es inválida para los católicos, porque toda ella es protestante y hecha por Max Thurián y Ronald Jasper, Smith y Kunneth, George y Shepherd, que son ministros protestantes.

¿PRUEBAS?
a).- Los cardenales Ottaviani y Bacci, en el “Examen Critico del Novus Ordo Missae” que presentaron al ilegítimo Papa Montini, declararon que esa misa se aparta en conjunto y en detalle de la teología católica y se acerca de una manera sorprendente a la teología protestante. 
b).- Monseñor Francesco Spadafora, profesor de la Universidad Pontificia, cita una de las grandes revistas protestantes que escribe: “Las nuevas plegarias eucarísticas católicas han dejado caer la falsa perspectiva de un sacrificio ofrecido a Dios“. (“Lo Espechio” I2-VII-70).
Otros aseguran que esa misa es ambigua, es decir que es para los católicos y para los protestantes. Si es ambigua, es una misa que Dios detesta; pues en el libro de los Proverbios leemos que Dios detesta las ambigüedades.
Nosotros decimos y sostenemos que la aparición de esa nueva misa es también la aparición de una nueva religión, en la que ya no se adora a Dios, sino al hombre, en la que ya no importan los bienes del cielo, sino los de la tierra; en que la “felicidad”consiste en una sociedad sin clases. Los que han aceptado esa nueva misa en realidad y sin darse cuenta, han apostatado de la verdadera Fe. Se han apartado de la Verdadera Iglesia que Cristo instituyó y se están poniendo en peligro su salvación eterna. Por esta razón invitamos a los fieles a que reconsideren su actitud y vuelvan a su Fe, de la que han sido desviados.

EL FALSO ECUMENISMO
III.- Rechazamos ese ecumenismo judaico-masonico, que pretende la unión de todas las religiones en una sola Religión Universal, cada uno con su propio credo y con sus ritos. Ese ecumenismo no es el Ecumenismo de Cristo que quiere la unión de todos los hombres en su Verdad Divina. Ese ecumenismo nos está llevando al sincretismo y al desprecio de nuestra verdadera Fe.

LA LIBERTAD RELIGIOSA
IV.- Rechazamos el herético Decreto de la Libertad Religiosa, que pone en el mismo nivel la Religión Revelada con las falsas religiones y es el signo más claro de la ruptura de esa jerarquía apóstata y cismática con nuestras santas tradiciones.

EL COMUNISMO
V.- Declaramos -como ya la Iglesia lo ha declarado-, que el comunismo es “intrinsecamente perverso”, por lo que lo condenó el Sumo Pontífice Pío XI de santa memoria, y el Papa Pío XII lanzó excomunión sobre todos aquellos que con el colaborasen.

NUESTRAS “EXCOMUNIONES”
VI.- ¿Quienes en verdad, son los excomulgados: los que han renegado de La Fe Católica, los que han cambiado la Iglesia, los que enseñan ahora lo contrario de lo que antes enseñaban, los que han echado a la basura todos los sagrados Concilios y todas las enseñanzas de los Papas anteriores; o nosotros y los fieles que en nada nos hemos separado de esa Iglesia Santa, instituida por Cristo para que continuara su obra salvadora? Por otra parte ¿qué autoridad tienen los herejes para excomulgar a los que siguen fieles a la VERDAD DIVINA, que la Iglesia a predicado siempre y sin ninguna alteración predicando hasta la consumación de los siglos?

LA GRAN ESTAFA
VII.- Denunciamos la gran estafa que está cometiendo esa jerarquía que no siendo ya católica, se presenta ante los fieles como si lo fuera, usurpando los templos que los católicos levantaron para el culto católico, que celebrando en ellos la “cena protestante”, hace creer a sus ingenuos seguidores que es la Misa Católica; que predicando verdaderas herejías las presenta como verdades divinas.
Denunciamos los sacrilegios y profanaciones que se están cometiendo en los templos(antes sagrados y dignos de respeto), con esas espantosas abominaciones que están acabando con la Verdadera Fe, sembrando ante los fieles la más terrible indiferencia, llegando muchos a creer que es lo mismo ser católico que de otra religión cualquiera.
Los fieles deben saber que esos obispos que dócilmente y sin ninguna protesta de su parte, obedecen a los usurpadores del Trono de San Pedro y le siguen en sus perversas desviaciones, han apostatado de la verdadera Fe y han dejado de ser los auténticos pastores de la Iglesia y con sus heréticas predicaciones están conduciendo a la apostasía universal.
Por último declaramos que nadie puede obligarnos a que nos separemos de la VERDADERA IGLESIA, de esa IGLESIA QUE CRISTO INSTITUYÓ y que tiene que durar hasta la consumación de los siglos, como El la instituyó y la única que debemos obedecer, so pena de eterna condenación. Por lo tanto, creemos todo cuanto ella, asistida por el Espiritu Santo y asistida por Cristo, su Divino Esposo, ha enseñado siempre y en todos los lugares, sin ninguna variación, porque la verdad es invariable, la verdad no cambia nunca, es inmutable, como inmutable es Dios.
Damos gracias a Dios por la integridad de nuestra Fe, que solamente con su ayuda conservamos y pedimos por quienes consciente o inconscientemente, la han perdido por aceptar los cambios fatídicos, que han dado origen a una nueva iglesia y por lo tanto, una nueva religión.

Acapulco, GuerreroMéxico 26 de Mayo de 1983

+ José de Jesús Roberto Martínez Gutiérrez
Obispo.
+ Benigno Bravo Valadés
Obispo
+ Adolfo Zamora Hernández
Obispo
+ Moisés Carmona Rivera 
Obispo.
+ Fray Louis Vezelis, OFM 
Obispo.
+ Pierre Martin Ngô-dinh-Thuc 
Arzobispo.
Visto: en Amor a la Verdad

jueves, 14 de septiembre de 2017

CADA QUIEN SE SANTIFICA SEGÚN SU TEMPERAMENTO, SU CARÁCTER PROPIO



Tomado de: Mons. Luis María Martínez ( + 1956), Arzobispo Primado de México, Espiritualidad de la Cruz.

“Hay personas muy serias, otras personas muy sonrientes; unas abiertas y otras cerradas. Esos elementos vienen a constituir el carácter psicológico que no es ni bueno ni malo, se puede ir al cielo con un carácter serio como con un carácter jocoso: tanto se puede ir con un carácter abierto como con uno cerrado. Muchas veces esos caracteres tienen algunas exageraciones, algunos desórdenes; eso sí hay que quitarlos, lo que sea moral, lo que dependa de nuestra libertad, pero lo psicológico no, ni conviene.
Porque digámoslo al pasar, no hay cosa peor que querer cambiar nuestro carácter en lo que tiene de natural. Desde luego es perder el tiempo, lo que seria ya razón suficiente. Además de que fácilmente podemos lastimar nuestra alma queriendo modificarlo.
Porque debemos advertir que la gracia está fundada sobre la naturaleza, de manera que ésta, es decir, las cualidades, los elementos que constituyen nuestro carácter natural, Nuestro Señor nos lo dio para que con él nos santifiquemos, y entra ya perfectamente en sus designios, es como base, como fundamento, ¿Cómo queremos destruirlo?
Vemos que hay santos de todos los caracteres: unos son fogosísimos como San Pablo, que apenas lo arrojó Nuestro Señor del caballo en el camino de Damasco y ya está preguntando: ¿Y ahora que voy hacer? No se puso a reflexionar qué había sucedido, no, lo primero: ¿Domine quid me vis facere?. Es un hombre de acción, un hombre de fuego. Le acaba de quitar una empresa, que era la de perseguir a Cristo… ¡Bien, pues que me den otra!
En cambio San Juan, tranquilo, apacible, dulce, que no les decía otra cosa a sus discípulos sino: ‘Hijitos míos, amaos los unos a los otros’. ¡Qué contraste!
Unos santos, como San Francisco de Asís con un corazón inmenso, todo ternura, amando hasta el sol y las estrellas y el agua y todo lo que se le presentaba delante; y otros santos ha habido que no querían ni levantar los ojos para no perder su recogimiento interior.
Unos santos como Santa Teresa de Jesús, limpia, aseda, que le pedía a Dios que sus religiosas no tuvieran parásitos… Santiago Apóstol no se rasuraba ni se cortaba el pelo ni se bañaba ni nada… Y tan santos eran unos como otros, porque cada quien se santifica según su temperamento, su carácter propio.
Y cuando uno quiere quitar su carácter desde luego pierde la sencillez, se vuelve artificial, afectado; eso no es lo que Nuestro Señor nos pide; y lo que es todavía peor, se corre verdaderamente el riesgo de lastimar, de forzar el alma y, muchas veces, hasta de fracasar. No, cada quien tiene que ir al cielo con la cara y con el carácter que Dios le dio; ni modo de cambiar una y otra cosa.
Lo que si hay que procurar cambiar es el carácter moral, pero el psicológico, no.
Tengamos por cierto que con cualquier carácter, con cualquier temperamento se puede ir al cielo y que sería peligrosísimo querer uno cambiar de carácter. Yo he visto casos prácticos de personas que han verdaderamente fracasado, teniendo por otra parte muy buenas cualidades, porque quisieron acomodarse al carácter de otro.
Y por eso es tan peligroso andar uno imitando a los hombres. A Nuestro Señor sí lo podemos imitar sin peligro; siendo tan grande como es, es modelo de todos, chicos y grandes. Pero a los hombres, si hay que imitarlos, se necesita mucha discreción; porque muchas veces andamos imitando a una persona en aquello que tiene de propio, de personal, de individual, de acomodado a su carácter; queremos meternos en aquel cartabón y resultamos sencillamente ridículos, porque no es lo natural ni es por ahí por donde Nuestro Señor nos llama.”

viernes, 10 de marzo de 2017

UNA MUY ACTUAL CARTA DE Mons. Moises Carmona al Canonigo Justino Salmerón


S.E.R. Mons. Moisés Carmona
Acapulco, Gro., 8 de Julio de 1990
Sr. Canónigo D. Justino Salmerón Chilapa, Gro.

Mi estimado padre Tino:
Sin que yo lo solicitara, me enviaste copia de una carta que allá, por el año X, envié a la antes sagrada Mitra. Comprendo lo que intentas y adivino lo que con ello quieres decirme:
"QUE NO SOY AHORA EL MISMO QUE CUANDO LA ESCRIBI"
Te equivocas, padre Tino, te equivocas. Soy enteramente el mismo y en nada he cambiado. La fe, que antes me impulsaba, es la misma que hoy me alienta, solo que es más ardiente y encendida y antes preferiría caer al suelo hecho pedazos, que permitir que me la arrebataran o perderla. Soy fiel a la IGLESIA, que desde niño me hicieron conocer como la única que Cristo instituyó y, siendo Cristo no sólo verdadero Hombre, sino también verdadero Dios, creo y siempre he creído que ella es perfecta y perfecta, como El la instituyó, debe llegar hasta el fin del mundo. Creo también que, habiendola fundado como "columna y fundamento de la verdad" (I Tim. III,15), ella no está sujeta a los cambios y mudanzas de los tiempos. Mi fe en esta IGLESIA se ha agigantado al conocer las promesas que le hizo su divino FUNDADOR:

"ESTAD CIERTOS DE QUE YO MISMO ESTARE CON VOSOTROS HASTA LA CONSUMACION DE LOS SIGLOS" (S.Mt. XXVIII ,20)
"YO ROGARE A MI PADRE Y OS DARA OTRO ABOGADO Y CONSOLADOR PARA QUE ESTE CON VOSOTROS ETERNAMENTE" (S.Mt. XIV,16)

Tu, como yo, conociste esta misma IGLESIA; tú, como yo, estudiaste el mismo catecismo y en el seminario estudiamos la misma Sagrada Teología. ¿Crees tú que esta IGLESIA, asistida como está por Cristo y por el Espíritu Santo, pudo en un momento desviarse de la VERDAD DIVINA y enseñarnos el error? De haber sido ésto, se sacaría como consecuencia que Cristo no es Dios, porque Dios no miente y es siempre fiel a sus promesas. Si tú crees que Cristo es Dios y que por lo tanto, es veraz ¿Cómo es que te dejaste deslumbrar por los cambios ocurridos? ¿Crees tú que los 262 legítimos sucesores de San Pedro nos estuvieron engañando por los casi veinte siglos? ¡Pobre IGLESIA de Cristo entonces, pobres fieles! ¡En qué densas tinieblas estuvieron sumidos por tan largos años! Oh Baal, ¡qué grande eres! Tus pontífices que como soles fulgurantes aparecieron desde la muerte del último "Papa oscurantista" Pio XII, han disipado las tinieblas en que la IGLESIA nos tuvo sumergidos. ¡Que felicidad! ¡Oh teología de la liberación que nos has liberado del error y nos has traído la verdad! ¡Qué contraste ahora! ¡Qué distinto! El viejo catecismo de Ripalda nos hizo creer que fuera de la IGLESIA CATOLICA no hay salvación; Los profetas de la IGLESIA NUEVA enseñan ahora que no; que todas las religiones son iguales y todas son medios de salvación. Sabiamos que la IGLESIA CATOLICA era la única poseedora de la verdad absoluta; ¡Qué tontería! ni Santo Tomás, ni San Agustín, ni nadie del pasado sabía que la verdad puede partirse y que cada secta religiosa tiene parte de la verdad. Se nos enseño antes que la Misa es la repetición del sacrificio de Cristo en la cruz; los nuevos profetas dicen que no, que es solamente memorial. Se enseñó también que para comulgar era necesario estar en gracia de Dios; ¡qué gracia ni qué gracia! Desde que en el"Congreso Eucarístico de Bogotá" Montini autorizó que se diese la comunión a seis ministros protestantes y él mismo la dió a la rabiosa presbiteriana Barbarina Olzon, sin exigirles no abjuración ni confesión, todos hoy pueden acercarse a comulgar, sin importar que vivan en amasiato o en adulterio. Oh, qué iglesia esplendorosa instituyó Montini y los obispos deslumbrados aceptaron! ¡Qué de luz! ¡qué de belleza! ¡qué de magia! Tienes razón, Padre Tino, de sentirte feliz en esa iglesia; pero ¡HORROR! En el Heraldo de Méjico del 27 de mayo, del año en curso, leí estas palabras que me cayeron como cubetazo de agua helada:
"Las críticas formuladas a la "iglesia católica por los grupos masónicos, lejos de lesionarla la sirven para ayudarla a corregir sus errores" (El subrayado es mío)
¿Quién dijo estas palabras? ¡Admírate, padre Tino, admírate! las dijo nada menos que el GRAN PRIMADO DE MEXICO, en la carpa de cemento, en donde tienen prisionera a nuestra REINA GUADALUPANA y en la misa anual que se dice por los enfermos. ¡Qué desilución! fascinado como estaba por el esplendor de esa nueva iglesia y cuando ya estaba animado a unirme a sus obcecados seguidores, queriendo como ellos sentir el gozo de encontrarme en la verdadera Iglesia, viene el MÁXIMO REPRESENTANTE DE ESA IGLESIA, D. Corripio Ahumada, a confesar publicamente QUE ESA IGLESIA TIENE ERRORES. Y si tiene errores, padre Tino, ella no es la IGLESIA UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA que Cristo instituyó; no es por tanto la IGLESIA VERDADERA, ¡no lo es! ¡no lo es!
Me quedaré entonces, para siempre con la Iglesia de los 262 legítimos sucesores de San Pedro, con la IGLESIA de los grandes Concilios Ecuménicos, con la IGLESIA que es inmutable, como inmutable es su Divino Fundador y que es perpetua e indefectible y que debe subsistir tal como Cristo la fundó, sin ceder en su misión sobrenatural y sin interrupción hasta el fin del mundo. Detesto con toda mi alma a esa falsa iglesia que está conduciendo a los fieles a la APOSTASIA, sin que ellos se den cuenta; detesto a sus obispos que no son ya legítimos pastores, sino mercenarios hechos lobos, que por las bardas se han metido al aprisco para devorar a las ovejas y a los cuales nay que cecir como en Jeremías:
"Ay de los pastores que dispersan y destrozan el rebaño de mi pastizal... Vosotros habéis dispersado mi grey, la habéis descarriado y no haréis cuidado de ella; yo me cuidaré de pediros cuenta vuestra mala conducta".
(Jer. XXIII,1-3)

Tu amigo como siempre,
(Firma de Mons. Carmona)

viernes, 29 de julio de 2016

LA IGLESIA APOSTATA DEL VATICANO SE HA DESCONFIGURADO COMPLETAMENTE DE CRISTO.



Por: Mons. José F. Urbina Aznar
Jesucristo, al fundar Su Iglesia, la conformó con Él mismo, la ajustó, a su Persona y a Su Doctrina. La configuró con Él mismo. No podemos ir en pos de Jesucristo, sino ingresando a esa comunidad santa que es su Iglesia, que es su cuerpo místico, recibiendo con corazón agradecido SUS ENSEÑANZAS, SUS PRECEPTOS Y SU GRACIA. La Iglesia es la depositaria de la gracia y de la verdad. Para hacer esto posible, Cristo sufrió su horrenda Pasión. A la Iglesia, nuestro Salvador confió todos Sus tesoros y todo Su poder. Por este motivo, si no anclamos nuestra vida religiosa y nuestra vida moral en las enseñanzas y directrices de la Iglesia y en las divinas energías que Su gracia nos comunica, estamos caminando sin remedio a la condenación eterna. Si no miramos a Cristo para obrar y sufrir con El en obediencia total a Su Padre celestial para establecer el reino de Dios en la Tierra, que era Su intención, cueste lo que nos cueste, estamos traicionando el amor de Dios al dejarnos entrar al pueblo de los santos. Los Sacramentos que la Iglesia administra tienen por finalidad la santificación de los hombres. Ellos nos introducen en la nube luminosa de la gloria de Dios y predican que tenemos que buscar nuestra salvación exclusivamente en la glorificación de Dios, que implica el cumplimiento amoroso y libre de Sus leyes y preceptos, oyendo a Su santísima Iglesia y a sus pastores. Son leyes y preceptosde libertad, de la libertad de los hijos de Dios, contra los que se rebelan los hombres insensatos. Los Sacramentos orientan nuestra vida a Cristo y su acción redentora poderosísima, nos van haciendo comprender por la acción del Espíritu Santo en el alma, que no podremos salvarnos sino incorporándonos a Cristo, es decir, cristificándonos, y por su acción eficaz redentora. Por los Sacramentos nos unimos a la obra cultual de la Iglesia y formamos parte de ella, recibimos una misión eclesiástica y participamos del gran tesoro que nos es comunicado por la comunión de los santos.
(Continúe leyendo:)
http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2016/07/la-iglesia-apostata-del-vaticano-se-ha.html

jueves, 20 de agosto de 2015

«PAPA HAERETICUS DEPOSITUS EST» POR SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO



(Reproducimos con su contexto los dos lugares donde San Alfonso, Doctor de la Iglesia, en su célebre tratado dogmático "Defensa del poder supremo del soberano pontífice", afirma en forma inconcusa la sentencia común a todos los Santos Padres y a San Roberto Belarmino, Doctor de la Iglesia: "el Papa hereje está depuesto").

«6°. Nuestros adversarios nos objetan además el Canon "Si Papa", en el cual el papa Bonifacio, mártir, declaró que el Soberano Pontífice no debe ser juzgado por nadie, a menos de que sea convicto de haberse apartado de la fe: "A nemine est iudicandus, nisi deprehendatur a fide devius" (cap. 6, dist. 40). He aquí, sobre esto, el razonamiento de nuestros contradictores: el Papa es pues capaz de caer en la herejía; ahora bien, si es capaz de caer, no puede ser infalible.

Respondemos que si alguna vez el Papa, como persona privada, cayese en la herejía, se vería al instante despojado del pontificado; pues, como estaría entonces fuera de la Iglesia, ya no podría ser jefe de la Iglesia. En ese caso, la Iglesia por consiguiente debería, no deponerlo —puesto que nadie tiene autoridad sobre el Papa— sino declararlo depuesto del pontificado. Hemos dicho: "Si el Papa, como persona privada, cayese en la herejía", pues el Papa, en cuanto Papa, es decir, dando sus enseñanzas ex cathedra a la Iglesia universal, no puede enseñar ningún error contra la fe, dado que la promesa de Jesucristo no puede dejar de realizarse, a saber, que las puertas del infierno no prevalecerían jamás contra la Iglesia. Y es aquí el lugar de recordar esta célebre sentencia de Orígenes: es evidente que si las puertas del infierno prevaleciesen contra la piedra sobre la cual está construida la Iglesia, prevalecerían también contra la Iglesia misma: "Manifestum est quod si praevalerent [inferorum portae] adversus petram in qua Ecciesia fundata erat, contra Ecclesiam etiam praevalerent" (In Matth. 16,18 et apud Bellarmino: de Romano Pontífice, liber 4, cap. 3)». (Cap. VIII, in fine, pp. 231-232).

«Febronio alega el hecho de Inocencio II, quien al rey de Francia Felipe-Augusto, que le solicitaba le acordase dispensa para romper su casamiento con Ingelburga, le dio esta respuesta: Si tratásemos de tomar alguna determinación a este respecto sin la deliberación de un Concilio general, pondríamos quizás en peligro nuestra dignidad y nuestro cargo, sin hablar de la ofensa a Dios de la que podríamos ser culpables por ello: "Si super hoc absque generalis deliberatione Concilii determinare aliquid tentaremus, praeter divinam offensam quam ex eo possemus incurrere, forsan ordinis et officii nobis periculum immineret" (Epist. 1. 15, ep. 106. edit. Baluz). Febronio y otros de nuestros contradictores infieren de allí que el Papa Inicencio se sujetó al Concilio, o al menos confesó con esas palabras que podía ser depuesto por ese Concilio, si dispensaba ese matrimonio contra la ley divina.
Pero esa conclusión no es de ningún modo lógica. Pues, respondremos, está fuera de duda que si un Papa fuese un herético declarado, como lo sería el que definiese públicamente una doctrina opuesta a la ley divina, él podría, no ser depuesto por el Concilio, sino ser declarado depuesto del pontificado en su calidad de hereje; y allí estaba el peligro que señalaba el papa Inocencio, es decir, el de ser privado de su dignidad y de su cargo. Por eso había dicho primeramente en esta misma carta, que no osaba decidir ese punto contrariamente al Evangelio, donde se dice que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido: "Quod... Deus coniunxit, homo non separet" (Mat. XIX,6). Pero, como el peligro estaba muy alejado y que, por otra parte, el Soberano Pontífice buscaba librarse por alguna excusa aparente de los urgentes pedidos del rey respecto a la dispensa, se sirvió de esas expresiones oscuras y dudosas: "Pondríamos quizás en peligro nuestra dignidad y nuestro cargo" (Cap. IX, pp. 262-263).
(OEUVRES COMPLÉTES DE SAN ALPHONSE DE LIGUORI, Docteur de l'Église. Oeuvres dogmatiques, t. IX: Traités sur le Pape et le Concile: "Dérense du pouvoir supréme du Souverain Pontlf e contre Justin Fébronlus" 1881; réimpressiom 1975, Gent, Belgium).

(Trad.: G. D. C.)

Sobre la autoridad de San Alfonso
SAN ALFONSO MARIA DE LIGORIO (1696-1787), canonizado en 1839 (fiesta: 2 de agosto), fue proclamado DOCTOR DE LA IGLESIA en 1871 por Pío IX y patrono de confesores y moralistas en 1952 por Pío XII.
Señalemos brevemente tres pruebas de su autoridad doctrinal:

Bula de canonización (Gregorio XVI, 26-5-1839):
"Plurimos sane conscripsit libros... ad asserenda huius Sanctae Sedis Apostolicae jura...; In iis porro Inusitatam vim, copiam varietatemque doctrinae, singularia eccleslasticae sollicitudinis exquisitum religionis studium, demirari licet".
(Escribió por cierto varias obras... para afirmar los derechos de esta Santa Sede Apostólica...; en ellas se puede admirar un vigor extraordinario, una ciencia extensa y variada, notables pruebas de su celo sacerdotal y su empeño poco común por la religión).

Henri RAMIERE, s.j. (1821-1884), promotor del Apostolado de la oración y de la devoción al Sagrado Corazón:
Afirma que el testimonio de San Alfonso en estas materias es muy grave y equivale a muchos otros, pues es el testimonio del más santo, del más moderado, del más sabio, del más autorizado de los Doctores que Dios haya dado a su Iglesia en estos últimos siglos.
("Messager du Coeur de Jésus", t. 15, p. 275; t. 16, p. 1, 1869).
BREVIARIUM ROMANUM (2 de agosto; lectio VI, in fine): "...tandem Pius nonus Pontifex Maximus, ex sacrorum Rituum Congregationis consulto, universalis Ecclesiae Doctorem declaravit".
(...finalmente el Papa Pío IX, por decreto de la Sagrada Cogregación de Ritos, lo declaró Doctor de la Iglesia universal).
G.D.C..
Revista "ROMA" N° 104
Junio de 1988

martes, 14 de abril de 2015

SOBRE EL LLAMADO LINAJE THUC EN EL CONTINENTE AMERICANO Y QUE PERMANECEN FIELES A LA POSICIÓN TEOLÓGICA DEL PRELADO VIETNAMITA PLASMADA EN LA DECLARACIÓN DE MUNICH DEL AÑO 1982



Muchos de nuestros lectores y visitantes han oído hablar o han leído alguna vez sobre el arzobispo vietnamita Pierre Martin Ngo Dinh Thuc, a veces a favor y muchas otras en contra. Ya en otro post de este blog hemos hablado algo de este arzobispo, pero hemos querido hoy compartir con ustedes una lista de obispos consagrados bajo la sucesión apostólica del antiguo arzobispo de Hue en Vietnam. 
Sólo vamos a poner a los obispos que trabajan pastoralmente en el continente Americano y por nada vamos a escribir aquí sobre los oportunistas que desgraciadamente han usado al anciano prelado para ver realizadas sus ambiciones personales, nos referimos a los expulsados de la FSSPX que se han hecho consagrar por algún obispo de este linaje sin ser ellos “sedevacantistas” o bien abrazaron esta posición teológica –única explicación a la actual apostasía de la Fe- por necesidad o conveniencia y que con el tiempo terminaron abrazando la herética novedad teológica y cismática del Papa Materialiter-formaliter inventada por un “teólogo” dominico allá por la década de los 60` o 70`del pasado siglo.


(1897-1984). 


Ordenado sacerdote el 20/10/1925 en Viet-Nam. 

Consagrado Obispo el 04/mayo/1938 en Hué, Viet Nam, por el delegado Apostólico en Indochina, Msgr. Antonin Drapier, O.P., Titular Arzobispo de Neocaesarea en Ponto, asistido por Mons. Isidoro Dumortier, M.E.P., Obispo Titular de Lipara, y por Mons. Dominique Ngo Ngoc Can, Obispo Titular de Zenobias. 

Escudo episcopal de Mons. Thuc



I. Consagraciones hechas directamente por Mons. Thuc 

07/mayo/1981 Michel Louis Guérard des Lauriers (1898 - 1988). De aquí viene la linea que profesa el error del papa Materialiter 
Orden Predicadores. Consagrado obispo en Toulon, Francia. 
17/octubre/1981 Moisés Carmona-Rivera (1912-1991). 
Ordenado Noviembre 1939 por Mons. Leopoldo Diaz Escudero. 
Consagrado en Toulon, France, por Mons. Ngo Dinh Thuc. 
17/octubre/1981 Adolfo Zamora Hernández (1910-1987). (No consagró obispos) 
Ordenado el 23/diciembre/1939 por Mons. Pedro Vera y Zuris. 
Consagrado en Toulon, France, por Mons. Ngo Dinh Thuc 
25/septiembre/1982 Christian Marie Datessen (1934). 
Consagrado en Castelsarrasin, Francia, Mons. Ngo Dinh Thuc. 

II. Moisés Carmona-Rivera (1912-1991). 
Consagró a: 
George J. Musey (1928-1992). (R.I.P.) 01/abril/1982 
Mons. Musey, consagró a: Louis Vezelis (Nació 1930). (R.I.P.) 24/agosto/1982 
Mons. Vezelis, consagró a: Mons. Giles Butler OFM 
Luis A. Madrigal Madrigal 12/diciembre/2007 
Mons. Moisés Carmona consagró a: Benigno Bravo Valadez (R.I.P.) 18/junio/1982 
Mons. Brarvo, consagró a: Santiago de la Cruz Corona R.I.P. 18/febrero/1990 (Quien no consagró obispos)
Mons. Moises Carmona consagró a: José de Jesús Martínez y Gutiérrez (R.I.P.). 18/junio/1982 
(Quien no consagró obispos) 
Mons. Moisés Carmona consagró a: Mark Anthony Pivarunas (1958). 24/septiembre/1991 
Mons. Pivarunas, consagró a: Martin Dávila Gándara (1965). 11/mayo/1999 

III. Christian Marie Datessen (1934). 

Consagró a: Pierre Sallé (R.I.P.) 27/junio/1983 
Mons. Salle, consagró a: Guy Jean T. Johannes de Mamistra (R.I.P.) 28/marzo/1987 
Mons. Mamistra, consagró a: José Ramón Lopez-Gaston (R.I.P.).06/29/1992
Mons. José Ramon Lopez Gastón consagró a: Mons. Guido y Gonzalo Alarcón Zegada, el 1/8/1993 en Cotoca Sta. Cruz Bolivia 
Mons. Lopez Gastón, consagró a: Hector Ripoll-Puga.08/15/1992 (R.I.P.) -(No consagró obispos)-
Mons. José Ramon Lopez Gastón consagró a: José Franklin Urbina Aznar 06/26/1994 
Mons. Urbina, consagró a: Mons. Juan José Squetino S. 11/febrero/1999 en Guadalajara Jalisco México 
Mons. José F. Urbina consagró a: Mons. Luis Armando Argueta Rosal en Mérida Yucatán México en el 10/ 4/ 2007
Mons. José F. Urbina consagró a: Merrill Adamson el 27/ 11/ 2007, - Merrill Adamson consagró (sub conditione) a Mons. Patrick Taylor el 10/07/2012, - y Mons. Patrick Taylor consagró a Mons. Louis Adrian Montelongo en la Ciudad de Orlando Fl, U.S.A.


miércoles, 7 de mayo de 2014

UN SENCILLO Y HUMILDE HOMENAJE EN ESTE AÑO EN QUE SE CUMPLE EL 80 ANIVERSARIO DEL XXXII CONGRESO EUCARÍSTICO INTERNACIONAL LLEVADO ACABO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES EN EL AÑO 1934

Por: Rogelio Alaniz
Entre el 9 y el 14 de octubre de 1934 se celebró en la ciudad de Buenos Aires el XXXII Congreso Eucarístico Internacional. Multitudes nunca vistas de creyentes argentinos se hicieron presentes, provocando el hecho de masas más importante de nuestro país y, para algunos hist
oriadores, la movilización más grande que se haya producido en la Argentina durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI.
Los actos centrales se realizaron en Palermo a la altura del Monumento de los Españoles, donde se levantó una inmensa cruz. Pero también hubo procesiones en la Plaza de Mayo, el Congreso y el tramo que va de la Iglesia del Pilar en Recoleta hasta Palermo, sin mencionar las concentraciones en el puerto para presenciar el arribo de los ilustres visitantes o en las ceremonias de gala realizadas en el Teatro Colón. En definitiva, el congreso ocupó una ciudad que vio desbordada sus instalaciones hoteleras, comedores y medios de transporte. Las multitudes no sólo peregrinaron, sino que tomaron la comunión y rezaron. Muchos aprovecharon la ocasión para conocer Buenos Aires y algunos de sus sitios turísticos, como El Tigre, Luján y La Plata.
El número de asistentes no se conoce con precisión, pero se estima que en las celebraciones del doce de octubre y del domingo catorce, la concentración superó el millón de personas, una cifra altísima en un país cuya población apenas llegaba a los ocho millones de habitantes.
Hasta el día de hoy, se debate sobre los alcances de este Congreso, cuyos efectos sociales y políticos excedieron los límites habituales de una convocatoria de este tipo. Católicos nostálgicos de tiempos más religiosos consideran que nunca antes y nunca después, la Iglesia fue tan convocante; historiadores estiman que el Congreso Eucarístico marca el punto de agonía de la Argentina liberal y el nacimiento de una Argentina nacionalista y católica; en la misma línea, pero con algunas variantes, se estima que 1934 fue la revancha de la Argentina católica contra la Argentina liberal de 1880.
En otro orden de razonamiento, para algunos, lo sucedido fue una consecuencia de las concesiones que el régimen conservador del presidente Agustín Justo hizo a la Iglesia Católica para conseguir a cambio respaldo social y político; para otros, el Congreso fue de manera tácita una impugnación al liberalismo conservador dominante y el anticipo de una Argentina que en la década del cuarenta habrá de expresarse políticamente a través del peronismo.
Los historiadores Zanatta y Di Stéfano consideran que en 1934 la Iglesia Católica despertó de su letargo iniciado en 1880. Sin embargo, la hipótesis es refutada por colegas que demuestran que ese letargo no fue tal, porque en todas esas décadas las parroquias se multiplicaron, y alrededor de ellas se fundaron instituciones, diarios y revistas que mantuvieron viva la fe. Para 1930, ya existía la Acción Católica, revistas como Criterio, e intelectuales católicos del nivel de Gustavo Franceschi, pero los círculos de obreros católicos o las organizaciones caritativas parroquiales existían desde mucho antes, al punto que la consistencia de esas redes asociativas se llegaron a comparar con las organizadas en la vereda de enfrente por anarquistas y socialistas.
Concretamente, la masividad del Congreso Eucarístico no fue un fenómeno accidental; por el contrario, bien puede ser considerado la consecuencia de un proceso de larga data en una Argentina cuya religiosidad era más importante de lo que se registraba en la superficie. Por supuesto que cada una de estas consideraciones puede refutarse, pero en todos los casos lo que queda claro es que lo sucedido en octubre de 1934 fue uno de los acontecimientos más importantes de esa década, y para la Iglesia Católica uno de sus momentos de máximo esplendor.
Los católicos no salieron de la nada en la década del treinta, pero fue en esos años cuando se consolidó un ideario religioso ultramontano e integrista. Pertenece a este tiempo, el mito de la Argentina católica y el ser nacional. Para la Iglesia de entonces, el liberalismo y el comunismo eran los enemigos a derrotar. También algunas de sus consecuencias: la separación de la iglesia del Estado, el divorcio y la ausencia de enseñanza religiosa en las escuelas. Salvo minorías, los intelectuales católicos no alentaban al fascismo o a los nazis, pero compartían con éstos sus críticas al comunismo y al liberalismo, mientras que la objeción más seria que se le hacía -por ejemplo- a los nazis era la de practicar una suerte de neopaganismo.
El orden político que se defendía estaba en las antípodas de la democracia representativa. El concepto de democracia era social y no político y estaba vinculado con el desarrollo de las asociaciones intermedias. La defensa de un orden corporativo era la consecuencia lógica de esta visión, aunque a diferencia del fascismo, la Iglesia siempre advirtió sobre la idolatría al Estado y el culto a la violencia. Iban a pasar muchos años -entre otras cosas los horrores de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del Eje- para que lentamente la Iglesia se fuera reconciliando con la democracia. Pero entre tanto, para los años treinta el modelo a imitar era el propuesto por Salazar en Portugal, el político a considerar era Mussolini -que celebró el acuerdo de Letrán-, y el líder a honrar, era el general Francisco Franco en España.
El Congreso se realizó en 1934, pero tres décadas antes el arzobispo Mariano Espinosa había iniciado gestiones en Roma que no se habían concretado. Espinosa apuntaba a producir un hecho religioso de envergadura en una fecha cercana al Centenario. El objetivo consistía en establecer un contrapunto con la Argentina liberal y laicista que en la década del ochenta le había infligido una herida dolorosa a la Iglesia con la aprobación de las llamadas leyes laicas.
El Congreso Eucarístico Internacional se celebró en Buenos Aires gracias a las gestiones del arzobispo fray José María Bottaro, quien en 1932 recibió la autorización de Roma. Fue el primer congreso de esa magnitud en Sudamérica. El único antecedente databa de 1926, cuando Chicago (EE.UU.) había sido sede del Congreso. Precisamente, uno de los argumentos de las autoridades religiosas argentinas para convencer a los funcionarios del Vaticano tomó como referencia al Congreso de Chicago y a la asistencia masiva que produjo en una de las ciudades que hasta ese momento era conocida por las huelgas anarquistas y el imperio de la mafia.
Decía que el dato social más significativo del Congreso fue la presencia de las multitudes en las calles. Con el Congreso, se hizo realidad la Argentina de masas con todas sus ventajas e incomodidades. Este verdadero aluvión de hombres, mujeres y niños provenientes de los lugares más remotos del país y de todas las clases sociales, ocupó la ciudad de Buenos Aires durante una semana para inquietud de patricios, muchos de ellos con el corazón dividido, ya que por otro lado ellos eran quienes más habían contribuido a financiar los gastos del Congreso. Al respecto, no dejan de ser sintomáticas las posteriores declaraciones de un católico practicante y militante como Manuel Gálvez: “Fui dichoso estos días, no obstante las molestias nerviosas que me producía el verme entre aquellas gigantescas multitudes”.
El Congreso Eucarístico no cayó del cielo. En 1916, el mismo año en que Hipólito Yrigoyen asumió el poder, se celebró en Buenos Aires el Primer Congreso Eucarístico Nacional. Y en 1929, multitudes de católicos desfilaron desde Plaza de Mayo hasta el templo salesiano de San Carlos en Almagro. Se celebraba en esa ocasión a Don Bosco, pero el dato significativo de aquel acto fue que la cabeza de la procesión fue recibida en San Carlos por el presidente radical, lo que demostró que no sólo Justo era propenso a acercarse a la Iglesia católica, hecho del que nunca se sabrá con precisión si provenía de la fe o del oportunismo político. A título anecdótico, recordemos que la Gran Logia de Libres y Aceptados Masones expulsó a Justo de sus filas acusado de comportarse como un amanuense del cardenal Pacelli y sus obispos.


Deseamos compartir con nuestros lectores y visitantes, estas interesantes ilustraciones tomadas de una revista conmemorativa y que se vendía durante el mismo año del Congreso, y aún quedan algunos ejemplares circulando y que Nuestra Sociedad Religiosa tuvo la gracia de que el dueño de la Librería Acción de la Ciudad de Bs.As. nos lo regalara para nuestra biblioteca.



Tapa del cuadernillo, 2da Ed.

Continúe viendo este valiosísimo documento en imágenes en http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2014/05/un-sencillo-y-humilde-homenaje-en-este.html

lunes, 7 de octubre de 2013

BREVE RESEÑA DEL ARZOBISPO QUE SALVÓ LA SUCESIÓN APOSTÓLICA EN MEDIO DE LA GRAN APOSTASÍA DE LA FE

Arzobispo Thuc
S.E.R. Mons. Thuc (6 de Octubre  1897- 13 de Diciembre 1984)
Monseñor Pietrus Martinus Ngo Dinh Thuc, arzobispo de Hue,  Fue el arzobispo católico de Hue, Vietnam y fue hermano del anticomunista y católico presidente de Vietnam. que gobernó el sur de Vietnam en los años previos a la guerra de Vietnam . Fue el fundador de la Universidad de Dalat .
.En 1925 fue ordenado sacerdote por el Cardenal Wilhem Marinus Van Rossum (prefecto de la Congregación para la Propaganda de la Fe) en Roma, donde concluyó sus tres doctorados en la Pontificia Universidad Gregoriana; en Filosofía, en Teología y en Derecho Canónico.
 En 1938, fue consagrado obispo por el nuncio en Indochina, el arzobispo francés Antonin Ferdinand Drapier OP; luego fundó la primera Universidad Católica de Indochina y recibió poderes patriarcales confirmados por Pío XII.
En 1962 asistió a la primera de las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II y en las pocas intervenciones que tuvo se plantó valientemente al lado de Ottaviani en contra de las primeras “propuesta exploratorias” de los modernistas. Tal y como debieron hacer todos los obispos católicos.
Escudo Episcopal de Mons. Thuc
En septiembre de 1963, cuando inició la segunda sesión del Conciliábulo, el cardenal Ottaviani presentó la versión del polémico documento De ecclesiay fue aprobado con cierta tolerancia de los modernistas; pero cuando se trató sobre la posibilidad de integrar el esquema sobre la Virgen María al final de este. La asamblea se dividió completamente (la votación explorativa dio 1114 placet y 1074 non placet) ya que los modernistas, encabezados por Liénart y con la venia de Pablo VI, se opusieron abiertamente a tratar la Consagración de Rusia al Inmaculado Corazón de María; en este punto el obispo vietnamita tenía gran interés por la urgente situación de su país amenazado por la Bestia Roja.
Al rechazarse la propuesta, en ese mismo mes, la guerra de Vietnam se convertiría en una gran tragedia tras la evidente traición del “católico” John F. Kennedy a sus “aliados” y la prácticamente entrega a los comunistas de Vietcong. Los comunistas capturaron a el presidente de Vietnam y lo asesinaron junto a toda su familia el 2 de noviembre de 1963. Veinte días más tarde fue asesinado el presidente norteamericano.
Al saber de la captura y muerte de su hermano, el arzobispo Thuc partió de Roma a Vietnam a principios de noviembre, para tratar de rescatar a sus demás familiares. En esos días se empezó a inclinar el conciliábulo hacia los dictados montinianos con la primera votación de un documento herético sobre la colegiabilidad el día 15 de noviembre; cuando Monseñor Thuc se encontraba ausente.
Luego de meses de desesperación por los infructuosos intentos para ingresar al caótico país, tuvo que regresar a Roma para encontrarse con la sorpresa de que ya el pontífice anticristiano lo había sustituido con otro arzobispo y se le liberaba de la asistencia a las siguientes sesiones del conciliábulo, al cual nunca regresó.
Ese día, dos años más tarde de que Monseñor Thuc fuera destituido y separado del conciliábulo, es cuando se firmaron definitivamente los 16 documentos, incluidos los cinco heréticos, por casi todos los padres conciliares, incluidos Lefebvre y Castro Mayer. (Esto fue tomado de un comentario de Foro Católico)