Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

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martes, 19 de noviembre de 2024

SANTA ISABEL DE HUNGRIA, VIUDA. Que juntamente con nuestro Santo Patrón Luis noveno rey de Francia, son los patrones y protectores de la Tercera Orden Franciscana

 


“Isabel, hija de Andrés II, Rey de Hungría, comenzó a temer a Dios desde pequeña; y a medida que crecía, también crecía en piedad. Casada con Ludovico Landgrave de Hesse y Turingia, cumplió sus deberes para con Dios con no menos cuidado que para con su marido. De hecho, se levantaba por la noche para asistir a la oración durante mucho tiempo; y, dedicándose a diversas obras de caridad, sirvió a las viudas, a los huérfanos, a los enfermos, a los indigentes y, cuando azotaba una cruel hambruna, distribuía generosamente las provisiones de su casa. Dio cobijo a los leprosos y les besó las manos y los pies. Construyó un magnífico hospital para tratar y apoyar a los pobres. Después de la muerte de su marido, para servir más libremente a Dios, dejó a un lado toda vestimenta mundana y, vestida con una tosca sotana, entró en la orden de los Penitentes de San Francisco [la Tercera Orden], distinguiéndose sobre todo por la virtud de la paciencia y la humildad. . Porque, despojada de todo bien, expulsada de su palacio, abandonada por todos, soportó con invencible valentía los insultos, los sarcasmos y las calumnias, gozándose también inmensamente de sufrir tales cosas por Dios. Rebajándose al nivel más vil de servicio a los pobres y enfermos, les proporcionó todo lo que necesitaban, contentándose únicamente con hierbas y legumbres para su nutrición. Habiendo pasado su vida muy religiosamente en estas y muchas otras obras santas, llegó finalmente el fin de su peregrinación, que ya había predicho a sus servidores. Mientras, fijando los ojos en el cielo, se entretenía en la contemplación divina, se durmió en el Señor el 17 de Noviembre de 1231], después de haber sido maravillosamente asistida por Dios y consolada por los sacramentos. Inmediatamente se realizaron muchos milagros en su tumba. Reconocida y aprobada canónicamente, Gregorio IX la inscribió en la lista de los santos el 27 de mayo de 1235"

viernes, 25 de agosto de 2023

FESTIVIDAD DE NUESTRO SANTO PATRÓN LUIS IX REY DE FRANCIA


Hoy 25 de Agosto los miembros de Ntra. Soc. Religiosa estamos celebrando la Solemnidad de nuestro Sto. Patrón Luis IX Rey de Francia, así  mismo también los miembros de la Tercera Orden Franciscana que lo tienen como Patrón y protector ya que San Luis fue Terciario Franciscano.
Muchas personas nos han preguntado con cierto asombro del porqué nuestra Soc. Religiosa lleva el nombre de San Luis Rey de Francia, ya que les parece un poco raro, y solo nos limitamos a contestarles que tres podrían ser los motivos por los cuales nuestra Socidad Religiosa lleva el nombre de este Santo Rey.
Porque es un Santo políticamente incorrecto, aunque en realidad todos los santos lo fueron de una u otra forma.
Porque es un Santo que “no vende”, sobretodo en la era de las “democracias”, las “libertades”, los “igualitarismos” y la “superación” del hombre frente a Dios.
Porque San Luis fue un modelo de varón cristiano, de político católico, de esposo, de hijo, de padre de familia y de apóstol de Ntro. Señor Jesucristo.
Es por eso que hemos deseado compartir con ustedes una pequeñísima semblanza de la vida de este hombre de Dios para que con su edificante vida podamos reavivar el amor a Dios, a la Iglesia y a la Patria.
San Luis IX de Francia,​ también conocido como Ludovico, San Luis o San Luis de Francia (Poissy, 25 de abril de 1214 — Túnez, 25 de agosto de 1270), fue un rey de Francia. Hijo de Luis VIII el León y de la infanta castellana Blanca de Castilla (hija de Alfonso VIII). Fue, por tanto, primo hermano del rey castellano Fernando III el Santo.
San Luis, rey de Francia, fue dotado de todas las cualidades que hacen a los reyes grandes y a los santos ilustres. Nacido para gobernar a los hombres, fue un héroe en la paz y en la guerra. En toda su vida, según testimonio de su confesor, no cometió ni un solo pecado mortal. De ordinario llevaba un cilicio, y cuando se lo sacaba, daba cuarenta escudos de limosna. El viernes de cada semana ayunaba, se disciplinaba con cadenillas de hierro y servía a los pobres con sus propias manos. Dos veces salió de su reino a fin de conquistar Tierra Santa, y en esas expediciones mostró tanta piedad como coraje. Murió en 1270, en África, a la edad de 55 años.

jueves, 10 de noviembre de 2022

EL EXORCISMO MÁS FAMOSO DE SAN JUAN DE LA CRUZ




Cuando el Santo vivió en Ávila, ganó notoriedad como gran exorcista debido a su poder sobre los demonios. El caso más sonado, fue el de Sor María de Olivares Guillamas, agustina del Convento de Nuestra Señora de Gracia. Oriunda de Ávila, hizo sus votos en este convento en 1563. Llamó la atención por una serie de hechos extraños que no pudieron ser explicados. Sin nunca haber tenido estudios, sabía y era muy buena explicando las Escrituras. Se dijo que "habla todos los idiomas y conoce todas las ciencias". Vinieron muchos eruditos a conocerle y hablarle.
Algunos historiadores incluso hicieron una lista de hombres famosos que estudiaron el caso de ésta monja: Mancio de Corpus Christi, dominico, Bartolomé de Medina, también dominico, Juan de Guevara, agustino (sus conferencias en la Universidad de Salamanca fueron tan elevadas que fueron consideradas "Milagrosas"), fray Luis de León, maestro de muchas ciencias, estudioso de la Biblia, agustino. No sabemos si estuvieron involucradas otras personalidades de Ávila: Don Francisco de Salcedo, Julián de Ávila, o alguno de los distinguidos dominicos o jesuitas. En resumen, los teólogos eruditos que visitaban Ávila "consideraban el espíritu de esta monja bueno y su conocimiento milagroso".
Sin embargo, no todo estaba claro. El provincial agustino y probablemente el padre general vinieron a Ávila. La conversación con la monja no los tranquilizó en absoluto. Trataron el asunto con cautela. Se enteraron de la santidad, espíritu y conocimiento de Fray Juan de la Cruz. Por eso hicieron todo lo posible para que viera a la monja. Ellos insistieron, pero Juan se negó, probablemente porque no tenía experiencia en este campo y porque era joven. Tenía por entonces 32 años.
El superior agustino le dio permiso para entrar y salir del monasterio cuantas veces fuese necesario y así pudiera investigar el caso excepcional sin obstáculos. Acordaron una fecha para la primera reunión de inmediato. A la hora señalada entró en la iglesia fray Juan detrás de la reja del coro se encontraba la monja. Ella siempre sorprendía a todos con un lenguaje agudo, dichos buenos e ingeniosos. “Sin embargo, cuando vio al fraile pequeño y poco llamativo, no pudo decir nada. Atónita, comenzó a temblar y a sudar como una culpable en la corte. No intercambiaron ni una sola palabra".
Fray Juan salió y en secreto le dijo al padre general que la monja había sido poseída por un espíritu maligno y que los exorcismos tendrían que repetirse muchas veces. El superior estuvo de acuerdo. A partir de ese momento, fray Juan podría hacer lo que creyera conveniente en este asunto. Así que al final accedió a ayudar. Años más tarde, dijo que antes de iniciar el exorcismo, "informó a los inquisidores del distrito que se le había permitido hacer lo que fuera necesario" (Biblioteca Mística Carmelitana 14, 190).
Empezaron a suceder cosas increíbles. Fray Juan, sin darse cuenta del riesgo que había corrido, comenzó a prepararse espiritualmente: oró, ayunó, hizo penitencia y realizó diversas austeridades. Dedicó días y semanas enteros al trabajo: exorcismos, reuniones, catequesis. Quería liberar a la pobre poseída no solo del demonio, sino también de la confusión mental de la que había sido víctima.
Satanás se negó a dejar el cuerpo, alegando que la monja era de su propiedad. Ella se entregó a él voluntariamente, firmando el pacto con su propio nombre y sellándolo con sangre. Fray Juan no se rindió y un día, durante la misa, se le apareció este documento. Lo quemó de inmediato.
El último ataque fue excepcionalmente fuerte. Los exorcismos se convirtieron en un espectáculo impactante. Después de largos desacuerdos y discusiones, los espíritus malignos “se fueron gritando que desde la época de Basilio nadie se les había opuesto con tanta fuerza. La monja se desmayó, pero luego volvió a ser ella misma. Estaba sentada en el suelo descansando después del exorcismo.
Fray Juan preparó un memorando en el que presentó su opinión sobre el asunto. La Santa Inquisición de Valladolid envió materiales procesales al tribunal principal de Madrid. El 23 de octubre de 1574 llegó una carta de Madrid: “Inmediatamente después de recibirla, el padre Juan de la Cruz, carmelita descalzo, debe comparecer ante el Tribunal de la Santa Inquisición. Será interrogado sobre el memorial enviado a esta Inquisición ".
Fray Juan fue a Valladolid. En los primeros días de noviembre también fue llevada allí María de Olivares, y fue recluida en un convento.
Fray Juan, gran exorcista con el poder de luchar contra los espíritus malignos, se hizo conocido. En una carta a la priora de Medina del Campo, Inés de Jesús, en el otoño de 1574, la Madre Teresa de Jesús escribió: “Hija mía, lamento mucho la enfermedad de la Hermana Isabel de San Jerónimo. Les envío al Padre Juan de la Cruz para que la sane. Dios le dio la gracia de expulsar demonios de los cuerpos. En Ávila, acaba de liberar a cierta persona de tres legiones de demonios. En nombre de Dios, exigió que le dijeran quiénes eran. Le obedecieron de inmediato.
Fray Juan fue a Medina del Campo y se encontró con una monja que se creía que estaba poseída. Se dio cuenta de que había habido un error. Isabel de San Jerónimo estaba simplemente mentalmente enferma. Murió el 23 de noviembre de 1582.
El caso de María de Olivares fue el más difícil y sin duda el más famoso, pero no el único en el que ayudó Juan de la Cruz.
P. Jose Vicente Rodriguez OCD

martes, 1 de noviembre de 2022

¿PARA QUÉ LEER LA VIDA DE LOS SANTOS ... ?



Los Santos son los verdaderos discípulos de Nuestro Señor Jesucristo. La vida de los Santos es el Evangelio puesto en práctica y por esto son los modelos que tenemos que conocer e imitar para salvarnos. Sin embargo, los que hoy llamamos santos eran hombres como nosotros, que tenían problemas y dificultades en sus familias, con sus hijos y sus vecinos. También ellos tenían tentaciones, pecados e incluso algunos de ellos fueron grandes pecadores como San Agustín.
¿Cómo de pecadores alcanzaron la santidad? ¿Cómo vencieron la ira, la pereza, la envidia, los malos deseos y todas las tentaciones? En una palabra, ya fueran jóvenes o viejos, religiosos o seglares, padres o madres de familia, muchachos o muchachas, ¿qué medios emplearon para protegerse del mal, fortalecerse, santificarse, progresar, vencer y triunfar? Al leer su vida sabremos estas cosas. Mejor aún, la lectura de su vida, junto con la lectura del Catecismo y del Santo Evangelio nos fortalecerá, iluminará, instruirá y nos ayudará a ser verdaderos católicos, con la paz en el alma y la sonrisa en el rostro, a pesar de las dificultades de la vida.
Leer en familia
Los católicos de los siglos pasados, que conocían el valor y la importancia de estas buenas lecturas, hacían a veces sacrificios enormes para poder adquirir la vida de los mártires y de los santos; y constituían así un patrimonio intelectual católico para sus hijos. Pues no hay que olvidarlo nunca, los santos son los héroes y campeones del cristianismo; los mejores hijos de la Iglesia y los vencedores del mundo, de la carne y del demonio. A ellos es a quienes tenemos que conocer, imitar y seguir, y no a los protagonistas corruptos de la televisión y del cine.
Las familias católicas se reunían , después de la cena, rezaban juntos y leían cada día algunas páginas de las vidas de los santos, del Catecismo o del Evangelio. Esta lectura cotidiana alimentaba las inteligencias, fortificaba la voluntad; inflamaba su celo; los ponía en guardia contra las trampas y mentiras del demonio y de sus secuaces; unía a los miembros de la misma familia; formaba jóvenes virtuosos, obedientes, fuertes contra el mal y orgullosos de ser católicos, hijos de Dios y herederos del cielo, a tal punto que decían “antes morir que pecar” (S. Domingo Savio).
Frutos de la buena lectura
Esta lectura ha hecho Santos y familias felices. ¡Dichosos los padres que les dan a sus hijos la costumbre de leer la vida de los campeones de la Fe: tendrán hijos o nietos santos! Así, Santa Teresa de Jesús, cuando era niña, al leer la vida de los Santos con su hermano, se entusiasmó por la felicidad del cielo y finalmente llegó a él gloriosamente (1). ¡Dichosos los padres que defienden a sus hijos y nietos cerrando la puerta de su casa a los malvados, corruptos y corruptores de la caja de todos los vicios, impura y mentirosa! ¡Dichosos los padres que eligen buenos compañeros y modelos para sus hijos, pues los niños tienden a imitar todo!
«Dime con quién andas y te diré quién eres». Si les dan a leer a sus hijos la vida de los Santos, se sentirán movidos por estos héroes y, consciente o inconscientemente, tratarán de imitar sus virtudes de fortaleza, trabajo, obediencia y respeto de sí y de los demás. Muchos pecadores se convirtieron y se hicieron a su vez Santos al querer imitar los buenos ejemplos de los santos cuya vida leían; y otros hombres están, por desgracia, en el infierno por haber leído o visto cosas malas.
Algunos conocemos el caso del soldado español Ignacio de Loyola. Herido, clavado en su lecho de sufrimiento, Ignacio leyó la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de los Santos. Esta lectura repetida lo convirtió, le hizo descubrir la verdadera sabiduría e hizo de él mediante los Ejercicios Espirituales y la Compañía de Jesús, el mayor defensor de la Fe católica frente a la herejía protestante naciente.
La lectura es una escuela de santificación
¿Quieren ustedes vencer el pecado, saber santificar el sufrimiento, vivir cristianamente, salvar su alma, ser católicos militantes que ayudan a sus hermanos a vencer y a salvarse? Lean y hagan que otros lean la vida de los Santos y de los Mártires. Lean la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis, la Introducción a la Vida Devota de San Francisco de Sales, la Vida de San Juan Bosco, la de Santo Domingo Savio, San Pío X, Santa Mónica, Las Glorias de María de San Alfonso María de Logorio, etcétera.
Hoy en día, triunfan el mal y las sectas porque atacan a católicos ignorantes, cadáveres ambulantes, a gente que paga por dejarse envenenar a sí mismo y a sus familias, en lugar de formarse leyendo buenos libros.
Los santos nos hablan de la lectura
Miren lo que hacían los Santos: a unas religiosas que le pedían cilicios, San Alfonso de Ligorio les respondió enviándoles un buen lote de libros que les ayudarían a santificarse mejor (2). El mismo San Alfonso escribía: “No tengo la posibilidad, pero si pudiera quisiera imprimir tantos ejemplares de este pequeño libro (“El gran medio de la Oración”) como hay fieles vivos en el mundo, y distribuírselo a todos para que comprendieran la gran necesidad de la oración para salvarnos” (3).
El Santo Cura de Ars leía cada día la vida del santo del día y decía: “Leamos sobre todo la vida de algún santo, donde veremos lo que ellos hacían para santificarse; esto nos alentará” (4).
San Antonio María Claret decía: “Al considerar el bien tan grande que trajo a mi alma la lectura de libros buenos y piadosos, es la razón por la que procuro dar con tanta profusión libros por el estilo, esperando que darán en mis prójimos a quienes amo tanto los mismos felices resultados que dieron en mi alma ” (5). Y el mismo santo añadía: “El bien que se puede recabar de la lectura de un buen libro no se puede calcular, y siendo ésta la mejor limosna que puede hacerse, ciertamente recibirá de Dios un premio centuplicado en la vida eterna”(6). Delante de la inercia y flojera de unos católicos San Claret se quejaba: “¿Hasta cuando serán más prudentes y diligentes los hijos de las tinieblas que los de la luz? (Lucas 16, . Si los impíos lo hacen para pervertir ¿por qué no haremos nosotros otro tanto para conservar y aumentar la piedad de los fieles?” (7). Para mantener al pueblo en la fe católica y rechazar el veneno de los herejes, San Claret escribía a un amigo suyo: “Doy continuas gracias a Dios y a ustedes por el celo que veo les anima para hacer circular los escritos buenos, y que no sean más prudentes y solícitos los hijos de las tinieblas en hacer circular sus pestíferos errores escritos que los hijos de la luz en hacer correr los escritos saludables”(carta no 19). ¿Qué hacer para afrontar las sectas: “Conviene que salgan libros buenos, muchos y a bajo precio, y que se extiendan por toda España”, decía el mismo Santo (carta no 23). ¿Por qué no decir la misma cosa para nuestra nación?
La buena lectura nos ayuda a ser buenos
La lectura de los libros buenos produce un cambio de costumbres, amor a la paz, unión en la familia, cumplimiento de los deberes de estado; respeto y caridad hacia el prójimo, hace amar la virtud, rechaza el vicio, impulsa hacia lo bueno, lo verdadero, lo eterno, la santidad que es fuente de la felicidad y de todos los bienes.
Por consiguiente, el que quiere ser verdadero católico lea vidas de los Santos y medite sus ejemplos, ya que son estrellas brillantes y ardientes que encienden el corazón. No hay mejor lectura para llegar a la virtud como la lectura de la vida de los Santos. La lectura de la vida de los Santos es un arsenal en el que hallamos todas las armas para vencer a los enemigos de la salvación y domar nuestras pasiones; la vida de los Santos es una farmacia espiritual en la que hallamos todos los remedios para curar todas las enfermedades del alma. En la vida de los Santos hallamos fuerza, paciencia, caridad, justicia, buenos ejemplos y verdadera vida de familia católica. Así pues, el que quiere salvarse y salvar a su familia, lea y haga leer las vidas de los santos ofreciéndolas a sus hijos, nietos, ahijados, amigos como regalo de cumpleaños, o fiesta de su santo patrono. Pues sólo hay un camino para ir al cielo, es el que tomaron los Santos.
Sigámoslos pues y ayudemos a los demás a tomarlo. Sigamos a nuestros héroes, hagamos lo que ellos hacían y, como ellos, triunfaremos con la gracia de Dios.
(1) Santa Teresa de Jesús, Autobiografía, cap 1, no. 5
(2) San Alfonso de Ligorio, Obras Selectas, Madrid, BAC, 1954 tomo II, pág. 5
(3) El Gran Medio de la Oración, Prefacio
(4) San Juan María Vianney Sermones Escogidos, tomo I, pág. 50
(5) San Antonio María Claret, Escritos Autobiográficos, Madrid, BAC 1981 no. 42
(6) San Antonio María Claret, Escritos Espirituales, BAC, pág. 427-428
(7) San Antonio María Claret, Cartas Selectas, Madrid, BAC, pág. 24, carta no. 9

Visto en: Catolicidad.com

martes, 8 de febrero de 2022

SAN LUIS REY FUE UN GRAN DEFENSOR DE LOS DERECHOS DE DIOS DURANTE SU GOBIERNO


Luis IXº Rey de Francia

Amigo de la religión. Pocos gobernantes en la historia han sido tan amigos de la religión católica como el rey San Luis. Le agradaba mucho ir a los conventos a rezar con los religiosos y asistir con ellos a las ceremonias religiosas. Alguien le dijo que había gente que le criticaba por ser tan piadoso y asistir a tantas reuniones donde se rezaba, y él le respondió: "De eso no me avergüenzo ni me avergonzaré jamás. Y esté seguro de que si en vez de ir a esas reuniones a orar, me fuera a otras reuniones a beber, bailar y parrandear, entonces sí que esas gentes no dirían nada. Prefiero que me alabe mi Dios aunque la gente me critique, porque por El vivo y para El trabajo, y de El lo espero todo".
San Luis, rey de Francia, es, ante todo, una Santo cuya figura angélica impresionaba a todos con sólo su presencia. Vive en una época de grandes heroísmos cristianos, que él supo aprovechar en medio de los esplendores de la corte para ser un dechado perfecto de todas las virtudes. Nace en Poissy el 25 de abril de 1214, y a los doce años, a la muerte de su padre, Luis VIII, es coronado rey de los franceses bajo la regencia de su madre, la española Doña Blanca de Castilla. Ejemplo raro de dos hermanas, Doña Blanca y Doña Berenguela, que supieron dar sus hijos, más que para reyes de la tierra, para santos y fieles discípulos del Señor. Las madres, las dos princesas hijas del rey Alfonso VIII de Castilla, y los hijos, los santos reyes San Luis y San Fernando.
Padre de su pueblo y sembrador de paz y de justicia, serán los títulos que más han de brillar en la corona humana de San Luis, rey. Exquisito en su trato, éste lo extiende, sobre todo, en sus relaciones con el Papa y con la Iglesia. Cuando por Europa arreciaba la lucha entre el emperador Federico II y el Papa por causa de las investiduras y regalías, San Luis asume el papel de mediador, defendiendo en las situaciones más difíciles a la Iglesia. En su reino apoya siempre sus intereses, aunque a veces ha de intervenir contra los abusos a que se entregaban algunos clérigos, coordinando de este modo los derechos que como rey tenía sobre su pueblo con los deberes de fiel cristiano, devoto de la Silla de San Pedro y de la Jerarquía. Para hacer más eficaz el progreso de la religión en sus Estados se dedica a proteger las iglesias y los sacerdotes. Lucha denodadamente contra los blasfemos y perjuros, y hace por que desaparezca la herejía entre los fieles, para lo que implanta la Inquisición romana, favoreciéndola con sus leyes y decisiones.
En 1270 emprende una cruzada en contra de los Musulmanes en defensa de los Santos Lugares y es víctima de la peste juntamente con muchos miembros de su ejército a quien él personalmente cuidaba, muriendo el 25 de Agosto de 1270 a los 55 años.
Es canonizado por el Papa Bonifacio VIII el 11 de Agosto de 1297.

martes, 25 de agosto de 2020

MUY BREVE Y COMPLETA HISTORIA DE LA VIDA DE NUESTRO SANTO PATRÓN SAN LUIS IX REY DE FRANCIA (En su 750 Aniversario de su llegada al Reino Celestial)


San Luis IX, Rey de Francia, nació el 25 de abril de 1214, y fue coronado a los doce años de edad a causa del fallecimiento de su padre Luis VIII. Por su corta edad, su reinado quedó en manos de su madre Blanca de Castilla, quien lo educó en buenos ideales de vida.
Cuando cumplió la mayoría de edad recibió el título de Luis IX, el 5 de abril de 1234, época en que se unió en matrimonio con Margarita, hija del Conde de Provenza Ramón Berenguer, quien fue parte fundamental como compañera en su reinado y en su camino hacia la santidad. De su matrimonio tuvo once hijos, a los que personalmente dio una excelente educación.

viernes, 8 de febrero de 2019

DESVELANDO AL VERDADERO SAN FRANCISCO DE ASÍS (de mucha actualidad para hoy día en en que todo se falsea)



Por: Jorge Soley, economista.

Hace ya unos años escribí sobre la visión empobrecida y casi diríamos que caricaturesca de San Francisco de Asís, que nos lo presenta como un hippie y un revolucionario. El Francisco real con el que, escribía entonces, uno de sus biógrafos, Augustine Thompson se había topado, era, en palabras de ese autor, un “purista en cuestiones de liturgia”, que cuidaba cada detalle y para nada cultivaba esa estética poco cuidada con que tantos sacerdotes nos han castigado en tiempos recientes. Por eso cuando tuve noticia de la aparición de un libro en italiano, obra de Guido Vignelli, titulado “San Francesco antimoderno. Il vero volto del Santo di Assisi”, me lancé a leerlo.
Seguir leyendo:  
https://verdadcatolica.blogspot.com/2019/02/desvelando-al-verdadero-san-francisco.html

martes, 22 de mayo de 2018

SAINT ANTHONY OF PADUA MIRACLE AT THE CONFESSIONAL. (San Antonio de Padua, Milagroso hasta en el confesionario)



The Sacrament of Penance also called Reconciliation, Forgiveness, Confession, and Conversion.


Jesus came and stood in the midst, and said to them: Peace be to you. And when he had said this, he shewed them his hands and his side. The disciples therefore were glad, when they saw the Lord. He said therefore to them again: Peace be to you. As the Father hath sent me, I also send you. When he had said this, he breathed on them; and he said to them: Receive ye the Holy Ghost. Whose sins you shall forgive, they are forgiven them; and whose sins you shall retain, they are retained. 
(John Ch. 20:19-23)
The usual snare with which the devil catches the young is to fill them with shame when they are about to confess their sins. When he pushes them to commit sins, he removes all shame, as if there were nothing wrong with it, but when they are going to confession, he returns that shame magnified and tries to convince them that the priest will be shocked by their sins and will no longer think well of them. Thus the devil tries to drive souls to the brink of eternal damnation. Oh, how many lads does Satan steal from God. (St. John Bosco)
ANTHONY the Priest spent long hours in the confessional. There he was brought face to face with strange and sorrowful problems of all kinds. One penitent in particular found that, when he knelt at the feet of this young Franciscan priest, he was unable to confess his sins. The sorrow which filled his heart was so great that he simply could not speak. Anthony read that heart and and knew that it was sincerely penitent. so he said to the man, "Go home, write your sins on a piece of paper, then bring the paper back to me." The man did so. Anthony bade him read the list. Obediently the penitent started with the first. To his astonishment he saw that, as soon as he had told it, the name of each sin disappeared from the paper. So it went on. When the last sin had been confessed, the paper was perfectly blank and the penitent having witness such a great Miracle and Mercy from our Lord poured fourth tears of joys.
A Prayer to Beg the Intercession of Our Lady and the Saints Before Confession
MAY the blessed Angels and Saints of God, who rejoice in the conversion of a sinner; and above all, may thou, O Blessed Virgin, the refuge of the penitent and the Mother of Mercies, intercede for me, that the Confession which I am now going to make may not have the effect of rendering me more criminal than I am, but may procure for me the happiness of a reconciliation with my long-offended God and the grace never more to offend Him mortally.
And do thou, likewise, my good Angel, the faithful guardian of my soul and the witness of my past sins and infidelities---do thou, by thy prayers, assist me to rise again and beg that, in this holy Sacrament, I may obtain those helps which may enable me to lead a new life for the time to come. Amen

Traducción:

El Sacramento de la penitencia también llamado de la reconciliación, del perdón, la confesión y la conversión.

Jesús vino y se puso de pie en medio de sus Apóstoles y les dijo: la paz sea con vosotros, y diciendo esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de gozo, viendo al Señor. El repitió: "¡Paz a vosotros! como me envió el Padre, así os envío yo". Después sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviereis, le serán retenidos".
(San Juan 20:19-23)
La trampa habitual con la que el diablo atrapa a los jóvenes es a con vergüenza cuando están a punto de confesar sus pecados. Cuando los empuja a cometer pecados, él quita toda la vergüenza, como si no hubiera nada malo con ella, pero cuando se van a confesar, él regresa con esa vergüenza ampliada y trata de convencerlos de que el sacerdote se pondrá mal por sus pecados y ya no va a pensar bien de ellos. Así, el diablo trata de conducir almas al borde de la condenación eterna. Oh, cuántos muchachos le roba Satanás a DIOS. (San Juan Bosco)
San Antonio fue un sacerdote que pasó largas horas en el confesionario. Allí se encontró cara a cara con extraños que tenían tristes problemas de todo tipo. Un penitente en particular se encontró que, cuando se arrodilló a los pies de este joven sacerdote franciscano, no fue capaz de confesar sus pecados. El dolor que llenó su corazón era tan grande que simplemente no podía hablar. Antonio leyó ese corazón y sabía que estaba sinceramente arrepentido. Así que le dijo al hombre: " vete a casa, escribe tus pecados en un pedazo de papel, y luego trae el papel de vuelta a mí." el hombre lo hizo. San Antonio le pidió que leyera la lista. Obedientemente el penitente comenzó con el primero. Para su asombro vio que, tan pronto como lo había dicho, el nombre de cada pecado desapareció del periódico. Así que siguió. Cuando el último pecado había sido confesado, el papel estaba perfectamente en blanco y el penitente que había presenciado un gran milagro y misericordia de nuestro Señor derramó cuatro lágrimas de alegrías.

Una oración para suplicar la intercesión de nuestra Señora y los santos antes de confesarse

Que los benditos ángeles y santos de Dios, que se regocijan en la conversión de un pecador; y sobre todo, que tú, oh bendita Virgen, el refugio del penitente y la madre de la misericordia, interceder por mí, que la confesión que voy a realizar ahora, no tenga el efecto de hacerme más criminal de como estoy, pero puede conseguir para mí la felicidad de una reconciliación con mi Dios ofendido y la gracia nunca más para ofenderme de muerte.
Y tú, igualmente, mi buen ángel, el fiel guardián de mi alma y el testigo de mis pecados pasados y infidelidades --- Tú, por tus oraciones, me ayudas a subir de nuevo y rogar que, en este sagrado Sacramento, yo Puede obtener esas ayudas que me permitan llevar una nueva vida por el momento. Amén

jueves, 22 de junio de 2017

ANÉCDOTAS DE PERSONAS HEROICAS


Al fallecer fray Tomás de Torquemada, primer confesor de Isabel, el cardenal Mendoza aconsejó a su soberana que nombrase como confesor a fray Hernando de Talavera, hombre virtuoso y de grandes merecimientos. Al ser presentado, la Reina le expuso sus deseos. El humilde fraile dijo: "Acepto el cargo, Señora, honrosísimo para mí. Y permitidme una pregunta: ¿Cuándo he de empezar a ejercerlo?" E Isabel le contestó: "Ahora mismo, si os place." Entonces el monje se sentó en una silla e indicó con respeto a la Reina que se pusiera de rodillas, como cualquier otro penitente. Isabel se quedó sorprendida. Sus anteriores confesores se habían arrodillado ante ella como muestra de deferencia hacia su persona. "Reverendo Padre -dijo-, la costumbre indica que ambos debemos arrodillarnos." Fray Hernando respondió: "Hija mía, la confesión es el tribunal de Dios, en el que no existen reyes ni reinos, sino simplemente pecadores, y yo, a pesar de mi indignidad, soy Su ministro. Lo justo es que yo me siente y vos os arrodilléis." Al oír esta respuesta, exclamó la Reina: "Éste es el confesor que yo busco", e hincóse de rodillas ante el sacerdote para confesar sus pecados.

jueves, 12 de enero de 2017

103 ANIVERSARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE LA REPÚBLICA MEXICANA A CRISTO REY.




El 11 de enero de 1914, se consagró a México al Sagrado Corazón de Jesús, acto, que demostró la fe de este compromiso, cuando en 1926 el pueblo Católico se levanto en armas para luchar por la Iglesia de Cristo.

La primera consagración al Corazón de Cristo Rey ocurrió el 11 de enero de 1914 durante una Santa Misa que presidió el entonces Arzobispo de México en la Catedral Metropolitana, quien depositó a los pies de la imagen las insignias reales. Esta consagración se realizó con la fórmula del Papa León XIII, renovándose con una forma especial en 1924 cuando México acogió el Congreso Eucarístico.

ACTO DE PROCLAMACIÓN Y CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE CRISTO REY Y JURAMENTO DE FIDELIDAD Y VASALLAJE.


¡VIVA CRISTO REY!

Corazón Sacratísimo del Rey pacífico: radiante de júbilo como fieles vasallos, venimos hoy a postrarnos al pie de tu trono y gozosos te proclamamos a la faz del mundo: REY INMORTAL DE LA NACIÓN MEXICANA, al acatar tu Soberanía sobre todos los pueblos. 
Queremos coronar tu frente, ¡Oh Cristo Rey!, con una diadema de corazones mexicanos y poner en tus manos, el cetro de un poder absoluto, para que rijas y gobiernes a tu pueblo amado. Eres Rey como afirmaste en tu pasión, ¡porque eres el Hijo de Dios! Por lo tanto, ¡Oh Monarca amabilísimo!, este pueblo tuyo, que tiene hambre y sed de justicia, que se ampara en tu celestial Realeza, te promete entronizar tu Corazón en todos sus hogares, pobres o ricos y rendirte el homenaje que mereces, reconociendo tus derechos santísimos sobre todo el orbe.

Consagramos a tu Corazón Sagrado, la Iglesia de México con todos sus Pastores, Ministros y Comunidades religiosas; la Patria querida con todos sus hogares, las familias con todos sus miembros; ancianos, jóvenes o niños; a los amigos y a los enemigos y muy particularmente, a las madres, las esposas y las hijas, destinadas a modelar el corazón del futuro pueblo mexicano, para que triunfes y reines en todos los habitantes de esta Nación.

¡Oh Cristo Rey!, con ardiente júbilo te juramos fidelidad como nobles generosos vasallos. Habla, pues, manda, reclama y exige con imperio: pídenos la sangre y la vida, que son tuyas, porque totalmente te pertenecemos; resueltos estamos a dártelos por defender tu bandera hasta que triunfe y sea exaltado, reverenciado y amado para siempre tu herido Corazón. 
Ya reina en México tu Corazón divino y desde la santa Montaña consagrada a ti, enjugará las lágrimas, restañará la sangre, curará las heridas de esta República conquistada por María de Guadalupe. Tú dominarás en ella con el cetro suavísimo de tu misericordia y en la paz como en la guerra, en la agitación como en la tranquilidad, nos verás con benignos ojos y extenderás tus benditas y poderosas manos para bendecirnos. Y nosotros, con todas las generaciones futuras, te aclamaremos nuestro Rey y Salvador. Allá volarán las muchedumbres a pedirte gracias y a ofrecerte, con alma y vida, guardar tu santa Ley: y tú, Redentor amoroso de los hombres, atrae a tu Corazón adorable a los pecadores para convertirlos.

Recobra el dominio sobre tantas almas apóstatas, desorientadas y engañadas con falsas y perversas doctrinas; conserva la fe en nosotros y despréndenos de los miserables bienes del mundo; calma los odios y une a los hermanos; ilumina a los ciegos; perdona a los ingratos; pero, sobre todo, concede a tu Iglesia la libertad y la paz por la que tanto suspiramos. Derrite con el fuego de tu divino pecho, misericordioso Jesús, el hielo de las almas; establece tus reales en todos los pueblos de nuestro país y penetre tu caridad a las cárceles, a los hospitales, a las escuelas, a los talleres; haz un trono para ti en cada corazón mexicano, porque los Pastores y las ovejas, los padres y los hijos, nos gloriamos en ser tuyos. Danos, por fin, una santa muerte, sepultándonos en la herida preciosa de tu Corazón de amor, para resucitar en los esplendores del cielo, cantando eternamente:

CORAZÓN SANTO
TU REINAS YA,
MÉXICO TUYO
SIEMPRE SERÁ

¡VIVA CRISTO REY!


lunes, 1 de febrero de 2016

ST. LOUIS KING OF FRANCE ON PROPRIETY IN DRESS (SAN LUIS REY Y EL DECORO EN EL VESTIR)


We read in Joinville’s Life of St. Louis that at Whitsunday the saintly King of France happened to be feasting with his knights at Corbeil. A dispute arose between Joinville, the king’s Seneschal, and some other knights over a matter of the propriety of certain kinds of dress:

“One Whitsunday the saintly king happened to be at Corbeil, where all the knights had assembled. He had come down after dinner in the court below the chapel, and was standing at the doorway talking to the Count of Bretagne, when Master Robert de Sorbon came to look for me, and taking a hold of the hem of my mantle, led me towards the king. So I said to Master Robert: ‘My good sir, what do you want with me?’ He replied: ‘I wish to ask you whether, if the king were seated in this court and you went and sat down at a bench, at a higher place than he, you ought to be severely blamed for doing so?’ I told him I ought to be. ‘Then,’ he said, ‘you certainly deserve a reprimand for being more richly dressed than the king, since you are wearing a fur-trimmed mantle of fine green cloth, and he wears no such thing.’

‘Master Robert,’ I answered him, ‘I am, if you’ll allow me to say so, doing nothing worthy of blame in wearing green cloth and fur, for I inherited the right to such dress from my father and mother. But you, on the other hand, are much to blame, for though both your parents were commoners, you have abandoned their style of dress, and are now wearing finer woolen cloth than the king himself.’ Then I took hold of the skirt of his surcoat and of the surcoat worn by the king, and said to Master Robert, ‘See if I am not speaking the truth.’”

At this point the king gets involved with the dispute, along with his two sons, taking first one side, then the other, in a discussion about the propriety of clothing, especially among men of authority and high rank and how much is too much. The king eventually takes the side of Joinville, admitting that it is right for a man of rank to dress according to his rank, and that it is not fitting for him to dress lower than his station out of some misguided sense of humility. He concludes with this advice:

“’As the Seneschal [Joinville] rightly says, you ought to dress well, and in a manner suited to your condition, so that your wives will love you all the more and your men have more respect for you. For, as a wise philosopher has said, our clothing and our armor ought to be of such as a kind that men of mature experience will not say that we have spent too much on them, nor younger men say that we have spent too little.’”

St. Louis is advocating moderation in clothing, neither spending too much money on clothing that it is ostentatious nor spending so little that one looks meager. But notice that moderation for St. Louis is governed by station in life. Always dress with moderation, but “in a manner suited to your condition.” A prince or prelate or person in authority does not exercise moderation by abandoning the dress and symbolic vesture of that authority. A man must dress according to his station, “so that your wives will love you all the more and your men have more respect for you.” The implication is that respect is diminished when a man does not dress according to his station.
Yes, moderation must always be exercised, by St. Louis’ point is that moderation looks different for those in different stations in life. Merely pretending we are not at one station by adopting the dress of those of a lower station is not humility.
Related: Humilty and Stations in Life

lunes, 24 de agosto de 2015

25 DE AGOSTO DÍA DEL SANTO PATRÓN DE NUESTRA SOCIEDAD RELIGIOSA, LUIS IX REY DE FRANCIA, COMO ASÍ TAMBIÉN PATRÓN DE LA TERCERA ORDEN FRANCISCANA


Ntro, Sto. Patrón vistiendo el hábito franciscano
San Luis IX, rey de Francia, que, tanto en tiempo de paz como durante las guerras interpuestas en defensa del cristianismo, se distinguió excepcionalmente por su activa fe y por la justicia en el gobierno, el amor a los pobres y la constancia en las adversidades. Tuvo once hijos en su matrimonio, a los que educó de una manera inmejorable y piadosa, y gastó sus bienes y fuerzas, y su vida misma, en la adoración de la cruz, la corona de espinas y el sepulcro del Señor, hasta que, mientras estaba acampado cerca de Túnez, en la costa de África del Norte, murió contagiado de peste.
patronazgo: patrono de Francia, de París y de innumerables ciudades francesas, también de Berlín y Munich; de la ciencia, los ciegos, los peregrinos, viajeros, comerciantes, constructores, canteros, albañiles, carpinteros, pintores, yeseros o escayolistas, decoradores, herreros, fabricantes de pinceles, tejedores, impresores y encuadernadores, pescadores, panaderos, peluqueros, fabricantes de botones, joyeros, vendedores de lino; protector contra la ceguera, las enfermedades auditivas y las plagas.

Oración

Oh Dios, que has trasladado a san Luis de Francia desde los afanes del gobierno temporal al reino de tu gloria, concédenos, por su intercesión, buscar ante todo tu reino en medio de nuestras ocupaciones temporales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

sábado, 3 de mayo de 2014

INVENCIÓN O HALLAZGO DE LA SANTA CRUZ

Hoy 3 de Mayo. Fiesta de la Invención o Hallazgo de la Santa Cruz. Hacia el año 326 la emperatriz Elena de Constantinopla (madre del emperador Constantino I el Grande) hizo demoler el templo de Venus que se encontraba en el monte Calvario, en Jerusalén, y excavar allí hasta que le llegaron noticias de que se había hallado la Vera Cruz. El viaje se había realizado con objeto de encontrar el Santo Sepulcro, que se hallaba perdido. Se inició la búsqueda debido al culto de la cruz, desde la muerte de Jesucristo. Según la historia dorada de Santiago de la Vorágine, cuando la emperatriz —que entonces tenía ochenta años

— llegó a Jerusalén, hizo someter a interrogatorio a los judíos más sabios del país para que confesaran en del lugar en el que Cristo había sido crucificado. Después de conseguir esta información, la llevaron hasta el supuesto Monte de la calavera (el Gólgota), donde el emperador Adriano, 200 años antes, había mandado erigir un templo dedicado a la diosa Venus. Se cree que en realidad el Gólgota era una antigua cantera abandonada con un macizo rocoso, poco útil para la construcción, que quedó sin utilizar y constituyó posteriormente el patíbulo donde colocaban las cruces los romanos. Esta cantera estaba fuera de la muralla, pero cercana a ella.


Santa Elena ordenó derribar el templo y excavar en aquel lugar, en donde según la leyenda encontró tres cruces: la de Jesús y la de los dos ladrones. Como era imposible saber cuál de las tres cruces era la de Jesús, la leyenda cuenta que Elena hizo traer un hombre muerto, el cual, al entrar en contacto con la cruz de Jesucristo, la Vera Cruz, resucitó. El hallazgo de la reliquia se conmemoraba antiguamente en el mes de mayo con el nombre de fiesta de la Invención de la santa Cruz.

La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el lugar del hallazgo un fastuoso templo, la llamada Basílica del Santo Sepulcro, en la que guardaron la reliquia. Mucho después, en el año 614, el rey persa Cosroes II tomó Jerusalén y, tras la victoria, se llevó la Vera Cruz y la puso bajo los pies de su trono, como símbolo de su desprecio a la religión de los cristianos.

Tras quince años de luchas, el emperador bizantino Heraclio lo venció definitivamente en el año 628. Poco después, en una ceremonia celebrada el 14 de septiembre de ese año, la Vera Cruz regresó a Jerusalén, llevada en persona por el emperador a través de la ciudad procesionalmente. Dice la leyenda que cuando el emperador, vestido con gran magnificiencia, quiso cargar con la reliquia, fue incapaz de hacerlo, no siéndole posible hasta que no se despojó de todas las galas a imitación de la pobreza y la humildad de Cristo .Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Santa Cruz

viernes, 25 de abril de 2014

DÍA DE FIESTA PARA NUESTRA SOCIEDAD RELIGIOSA, AL CONMEMORARSE HOY EL 800 ANIVERSARIO DE NUESTRO SANTO PATRÓN LUIS IX REY DE FRANCIA


Hoy Viernes 25 de Abril de 2014 se conmemora el 800 aniversario del nacimiento de nuestro Santo Patrón Luis IX Rey de Francia
El Santo Rey nació en Poissy (Francia) un 25 de Abril del año 1214 y muere en Túnez el 25 de Agosto de 1270.
A los Once años de edad; Luis fue coronado como rey de Francia, aunque su madre Doña Blanca de Castilla (hija de Alfonso VIII). Fue, por tanto, primo hermano del rey castellano Fernando III el Santo.) gobernó por él hasta su mayoría de edad. El Santo Rey pasó a ser luego, uno de los gobernantes más exitoso de Francia y de Europa, llevó a cabo nuemerosas reformas para el bien de su corona y para que Cristo el Rey de reyes fuera el centro de Francia.
Siempre se destaca el amor que San Luis tenía a la Iglesia y al Papa, es por eso que velaba de manera particular para que en Francia la Iglesia de Cristo gozara libremente de todos sus derechos. Al mismo tiempo el monarca lleno de piedad y celo por la Gloria de Dios se involucra y lidera desde 1246 y 1254, la séptima Cruzada. Recupera la Corona de Espinas de Ntro. Sr. Jesucristo y manda a construir la Sainte-Chapelle en París. Su cuerpo es venerado en la Abadía de Saint Denis en París.



Testamento espiritual de San Luis a su hijo

(Acta Sanctorum Augusti 5 [1868]1, 546)

Hijo amadísimo, lo primero que quiero enseñarte es que ames al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas; sin ello no hay salvación posible.
Hijo, debes guardarte de todo aquello que sabes que desagrada a Dios, esto es, de todo pecado mortal, de tal manera que has de estar dispuesto a sufrir toda clase de martirios antes que cometer un pecado mortal.
Además, si el Señor permite que te aflija alguna tribulación, debes soportarla generosamente y con acción de gracias, pensando que es para tu bien y que es posible que la hayas merecido. Y, si el Señor te concede prosperidad, debes darle gracias con humildad y vigilar que no sea en detrimento tuyo, por vanagloria o por cualquier otro motivo, porque los dones de Dios no han de ser causa de que le ofendas.
Asiste, de buena gana y con devoción, al culto divino, mientras estés en el templo, guarda recogida la mirada y no hables sin necesidad, sino ruega devotamente al Señor con oración vocal o mental.
Ten piedad para con los pobres, desgraciados y afligidos, y ayúdalos y consuélalos según tus posibilidades. Da gracias a Dios por todos sus beneficios, y así te harás digno de recibir otros mayores. Obra con toda rectitud y justicia, sin desviarte a la derecha ni a la izquierda; ponte siempre más del lado del pobre que del rico, hasta que averigües de qué lado está la razón. Pon la mayor diligencia en que todos tus súbditos vivan en paz y con justicia, sobre todo las personas eclesiásticas y religiosas.
Sé devoto y obediente a nuestra madre, la Iglesia romana, y al sumo pontífice, nuestro padre espiritual. Esfuérzate en alejar de tu territorio toda clase de pecado, principalmente la blasfemia y la herejía.
Hijo amadísimo, llegado al final, te doy toda la bendición que un padre amante puede dar a su hijo; que la Santísima Trinidad y todos los santos te guarden de todo mal. Y que el Señor te dé la gracia de cumplir su voluntad, de tal manera que reciba de ti servicio y honor, y así, después de esta vida, los dos lleguemos a verlo, amarlo y alabarlo sin fin. Amén.

sábado, 7 de diciembre de 2013

ISABEL LA CATÓLICA REINA DE ESPAÑA, ES MODELO DE HEROICAS VIRTUDES, DE MUJER Y DE POLÍTICA VERDADERA

La permanente actividad de la Reina Isabel, sus continuos viajes a caballo a través del reino, la falta de reposo para recuperarse de sus dolencias físicas y espirituales y los muchos disgustos familiares, habían llevado a Isabel a una situación de postración, afectando a su corazón de modo importante, de tal modo que precisaba unas largas vacaciones para recuperarse de sus múltiples dolencias, pero la Reina consciente de sus obligaciones en la gobernación del reino, pensaba que sus deberes estaban muy por encima de su salud corporal y espiritual.

Ordena las honras fúnebres sean sencillas, sin colgaduras ni demasiadas velas, y que lo que había de gastarse en esos lujos funerarios se aplique en ayudar a los pobres. Pide también que se paguen todas sus deudas, y del resto que se apliquen un millón de maravedíes para dotar a jóvenes pobres en su matrimonio, y otro millón para los que deseen consagrarse a la vida religiosa. También dispone otras cantidades para rescatar cautivos.

Ordena que se la entierre en el convento de San Francisco de Granada, ciudad recuperada para la cristiandad gracias ella, y a la que tiene particular cariño. Vestida con hábito franciscano, que se haga sepultura a ras de tierra, cubierta sólo con una losa sencilla, sin ningún tipo de mausoleo. Añade con su natural respeto y a mor a su esposo: Pero quiero e mando, que si el Rey mi Señor eligiese sepultura en otra cualquiera iglesia o monasterio de cualquiera otra parte o lugar destos mis reinos, que mi cuerpo de su señoría, porque el ayuntamiento que tuvimos viviendo, e que nuestras ánimas espero en la misericordia de Dios, tendrán en el Cielo, lo tenga e representen nuestros cuerpos en el suelo.

domingo, 25 de agosto de 2013

FESTIVIDAD DE NUESTRO SANTO PATRÓN LUIS IX REY DE FRANCIA

Queridos Fieles y Amigos en Cristo y María:
Hoy 25 de Agosto los miembros de Ntra. Soc. Religiosa estamos celebrando la Solemnidad de nuestro Sto. Patrón Luis IX Rey de Francia, también los miembros de la Tercera Orden Franciscana que lo tienen como Patrón y protector ya que San Luis fue Terciario Franciscano.
Muchas personas me han preguntado con cierto asombro del porqué nuestra Soc. Religiosa lleva el nombre de San Luis Rey de Francia, ya que les parece un poco raro, y yo solo me limito a contestarles que tres son los motivos por los cuales nuestra Soc. Lleva este nombre.
1º Porque es un Santo políticamente incorrecto, aunq
ue en gral. todos los santos lo fueron.
2º Porque es un Santo que “no vende” , sobretodo en la era de las “democracias”, las “libertades”, los “igualitarismos” y la “superación” del hombre frente a Dios.
3º Porque San Luis fue un modelo de varón  cristiano, de político católico, de esposo, de padre de familia y de apóstol de Ntro. Señor Jesucristo.
En este Domingo he deseado compartir con ustedes una pequeñísima semblanza de la vida de este hombre de Dios para que con su edificante vida podamos reavivar el amor a Dios, a la Iglesia y a la Patria.
Nace en Poissy el 25 de abril de 1214, y a los doce años, a la muerte de su padre, es coronado rey hasta 1234.
Hombre de gran talla espiritual, Luis IX, Rey de Francia, se muestra a la altura del papel que la Providencia le ha señalado, aprovechando las circunstancias históricas que le tocan vivir para llegar a ser santo. Su profunda religiosidad destaca en todo momento, apareciendo a los ojos de la Historia como un asceta que, a través del gobierno de su nación, llega a ser modelo de legisladores cristianos.
Padre de su pueblo, y sembrador de paz y de justicia, el reinado de San Luis se tiene, en lo humano, como uno de los más ejemplares y completos de la Historia. La idea de que el gobierno es ante todo un deber de servicio a los súbditos le hacía encaminar todos sus esfuerzos a conseguir la felicidad de éstos, ajustándose siempre a las normas más estrictas de la moral cristiana. Por ello, también en lo sobrenatural, su reinado es digno de admiración.
Sin duda, su madre, Doña Blanca de Castilla, influyó mucho en la formación de su personalidad. Mujer capaz y prudente, cuando a la muerte de su esposo Luis VIII, asume la regencia de Francia, no descuida la educación de su hijo. Y mientras se enfrenta enérgicamente con las dificultades del gobierno no se olvida de inculcarle los deberes propios de su futuro oficio, y ante todo va grabando en su alma el ideal de una vida al servicio de Dios. Más de una vez oirá el pequeño Luis de boca de su madre: «Hijo mío, prefiero verte muerto antes que en desgracia de Dios por el pecado mortal». El joven rey, a la sombra de su madre va creciendo en virtudes humanas y divinas.
Cuando Doña Blanca le considera con suficiente madurez para gobernar —está por cumplir los veinte años—, hace que le declaren mayor de edad. Ya rey, Luis IX no se olvida de seguir los consejos de su madre, a quien consulta siempre antes de decidir asuntos importantes.
Es por consejo de ella, que el mismo año contrae matrimonio con Margarita, la virtuosa hija de Ramón Berenguer, conde de Provenza. A partir de este momento el rey Luis no sólo es modelo de hijos, sino también de los esposos. El amor ardiente que tiene a su mujer es correspondido por ella, y Dios bendice aquella unión con el don de la fecundidad. Recordando ahora lo que antes hiciera con él su madre Doña Blanca, no descuida la educación de sus hijos, cumpliendo perfectamente los deberes de padre, a la vez que desempeña los de rey.
Hasta la muerte, San Luis halla en su esposa la comprensión y aliento necesarios para luchar sin tregua por el bien de sus vasallos. Todos los días administra justicia personalmente, atendiendo las quejas de los oprimidos y los desamparados. Busca la paz entre todos, pueblo y nobleza, y se esfuerza por desterrar la perturbación que sembraban algunos de sus nobles por ciudades y pueblos. Ello provoca la última rebelión feudal, en 1240, a la que se une Enrique III de Inglaterra. San Luis lucha contra ellos y vence a los ingleses en Saintes, en 1242, pero a la hora de dictar las condiciones de paz sigue únicamente los dictados de la misericordia.
Todos los medios a su alcance los pone al servicio del bienestar de su nación. Establece las grandes ordenanzas, promulga una ley sobre la moneda y la organización de los negocios. Erige fundaciones benéficas, como el hospital de los «Quinzevingt», para trescientos ciegos. Limita el derecho de desafío, prohíbe el duelo y lo sustituye por la prueba ante testigos y las negociaciones contradictorias, con lo cual opera una completa transformación en la jurisprudencia. Firma el tratado de Corbeil, con Jaime I el Conquistador.
En toda su actividad no olvida que el bienestar del país no será completo si a las mejoras materiales no van unidas también las sobrenaturales. Lucha denodadamente contra los blasfemos y perjuros, y lucha para que desaparezca la herejía entre los fieles, implantando para ello la Inquisición romana. Favorece a la Iglesia en la introducción de sus decretos sinodales, aunque a veces ha de intervenir contra los abusos a que se entregaban algunos eclesiásticos. Es fiel en todo momento al Romano Pontífice, y cuando hace de mediador entre Federico II y el Papa, defiende siempre a la Iglesia.
Personalmente da a su pueblo un gran ejemplo de piedad y devoción. Ama la penitencia y los sacrificios, y no ahorra cilicios, ni disciplinas. Sienta a su mesa a los pobres y desamparados, recorre hospitales y reparte limosnas. Se entrega largamente a la oración. Devoto de las sagradas reliquias, edifica en París la «Sainte Chapelle» para albergar dignamente la corona de espinas, y más adelante otras veneradas joyas.
En 1248 escucha el llamamiento de Inocencio IV, y se lanza a la reconquista de los Santos Lugares, ocupando Damieta en 1249; pero en el año siguiente cae prisionero en Mansurah, cautividad de la que finalmente puede salvarse. San Luis continúa luego, con los restos de su ejército, hacia San Juan de Acre, visitando Nazaret, el Monte Tabor y Caná, pero la muerte de su madre, en 1254, le hace emprender el regreso.
En 1270 emprende una cruzada en contra de los Musulmanes en defensa de los Santos Lugares y es víctima de la peste juntamente con muchos miembros de su ejército a quien él personalmente cuidaba, muriendo el 25 de Agosto de 1270 a los 55 años.
Es canonizado por el Papa Bonifacio VIII el 11 de Agosto de 1297.
Con esta breve semblanza deseamos rendir nuestro amor, admiración y devoción a Nuestro Santo Patron San Luis Rey de Francia, pidiendo siempre su santa protección.
Misa de esta mañana
Durante la Epístola
Durante la Reflexión Dominical
Elevación del Corpus Christi

miércoles, 7 de agosto de 2013

EN LA FESTIVIDAD DE SAN CAYETANO (CONFESOR)

San Cayetano nació en Vicenza (Venecia) en el año 1480 en el seno de una familia noble, su padre era el Conde Gaspar de Thiene y su madre María di Porto, su padre fallece cuando sus hijos eran pequeños.
Estudió Teología y Derecho Civil y Canónico en la Universidad de Padua en 1504 y en 1506 se trasladó a Roma para realizar estudios sacerdotales, siendo nombrado secretario privado del Papa Julio II, quien muere en 1513 lo que decide a Cayetano abandonar el cargo y estudiar durante 3 años para ser sacerdote.
Funda en Roma una asociación de clérigos denominada Cofradía del Amor Divino y posteriormente regresa a Vicenza donde ingresa al oratorio de San Jerónimo para trabajar con las personas menos favorecidas, como los pobres y enfermos incurables del hospital. Lo mismo realizó en Venecia a la que se traslada en 1520, donde debido a que era un hombre de fortuna la cual compartía con los pobres, fue considerado fundador del hospital.
Debido al momento histórico que el pueblo cristiano estaba atravesando, como eran la corrupción en el seno de la Iglesia y la posterior aparición del protestantismo y la Reforma, Cayetano se dirige a Roma junto con el Obispo de Teato, Giampietro Caraffa, Bonifacio Colli y Pablo Consiglieri, con quienes funda una orden de clérigos regulares llamada la "Ordo Regularium Theatinorum" o Congregación de los Teatinos (el nombre de padres teatinos que se da a los miembros de esa congregación , viene de Chieti, la teate Marrucinorum de los latinos, uno de los episcopados de Giampietro Caraffa), que tenía como finalidad principal la renovación del clero, la predicación de la sana doctrina, el cuidado de los enfermos y la restauración del uso frecuente de los Sacramentos, siendo aprobada la creación de la orden por Clemente VII.
Luego de mucho esfuerzo y trabajo, Cayetano cae enfermo en el verano de 1547. Los médicos le aconsejan poner un colchón sobre su cama de tablas, el respondió: "Mi salvador murió en la cruz; dejadme pues, morir también sobre un madero".
Murió en Nápoles a la edad de 77 años, el domingo 7 de agosto de 1547.





jueves, 13 de junio de 2013

SAN ANTONIO DE PADUA PREDICANDO ANTE EL SANTO PADRE EL PAPA DE SU ÉPOCA


Cómo San Antonio de Padua, predicando ante el papa y los cardenales,
fue entendido por gentes de diversas lenguas.

El admirable vaso del Espíritu Santo, San Antonio de Padua, uno de los discípulos y compañeros predilectos de San Francisco, que le llamaba su obispo, predicó una vez en consistorio delante del papa y de los cardenales; en este consistorio había muchos hombres de diversas naciones: g...riegos, latinos, franceses, alemanes, eslavos, ingleses y de otras diversas lenguas del mundo. Inflamado por el Espíritu Santo, expuso y desarrolló la palabra de Dios con tanta eficacia, profundidad y claridad, que todos los que se hallaban en el consistorio, aunque eran de lenguas tan diversas, entendieron claramente todas sus palabras sin perder una, como si hubiera hablado en el idioma de cada uno de ellos; hasta tal punto, que todos quedaron estupefactos, y les pareció que se había renovado el antiguo milagro de los apóstoles en tiempo de Pentecostés, cuando hablaron en todas las lenguas por la virtud del Espíritu Santo. Y se decían unos a otros con admiración:

-- ¿No es de España este que predica? Pues ¿cómo es que todos nosotros le oímos hablar en la lengua de nuestro país?

Y el mismo papa, lleno de admiración por la profundidad de sus palabras, dijo:

-- A la verdad, éste es arca del Testamento y armario de la divina Escritura.

En alabanza de Cristo. Amén.