Se celebró el pasado Jueves 24 de Diciembre a la medianoche en la capilla Virgen de Lujan.
En el Mensaje de Navidad 2009 de la Soc. Religiosa San Luis Rey de Francia leído durante la Misa de Gallo se señala que:
Es necesario rescatar los valores cristianos y humanos que encarnan el nacimiento de Jesucristo: Dios y hombre verdadero que vino para ser el Salvador del mundo, de todos los hombres y de cada hombre.
Por eso los hombres de buena voluntad debemos empeñarnos en rescatar el sentido profundo de la Navidad, convertida muchas veces en una fiesta profana y casi pagana, cuando en realidad es una fiesta sagrada. Y al finalizar el mensaje navideño se nos exhorta que al estar muy cerca de comenzar el año del Señor 2010 , sería muy triste reducirlo solo a un cambio de almanaque, la llegada de un nuevo año , no sólo debe ser un pulular de augurios vacíos, pronósticos en el aire y fiestas bacanales, sino que debe ser para nosotros cristianos, motivos de renovar los propósitos buenos que no hemos cumplido hasta ahora.
Que esta Navidad, donde se manifiesta la gracia de Dios, a decir de San Pablo, nos enseñe "a rechazar la impiedad y las corrupciones del mundo, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la manifestación de la Gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús" (San Pablo a Tito 2, 12-13).
En el Mensaje de Navidad 2009 de la Soc. Religiosa San Luis Rey de Francia leído durante la Misa de Gallo se señala que:
Es necesario rescatar los valores cristianos y humanos que encarnan el nacimiento de Jesucristo: Dios y hombre verdadero que vino para ser el Salvador del mundo, de todos los hombres y de cada hombre.
Por eso los hombres de buena voluntad debemos empeñarnos en rescatar el sentido profundo de la Navidad, convertida muchas veces en una fiesta profana y casi pagana, cuando en realidad es una fiesta sagrada. Y al finalizar el mensaje navideño se nos exhorta que al estar muy cerca de comenzar el año del Señor 2010 , sería muy triste reducirlo solo a un cambio de almanaque, la llegada de un nuevo año , no sólo debe ser un pulular de augurios vacíos, pronósticos en el aire y fiestas bacanales, sino que debe ser para nosotros cristianos, motivos de renovar los propósitos buenos que no hemos cumplido hasta ahora.
Que esta Navidad, donde se manifiesta la gracia de Dios, a decir de San Pablo, nos enseñe "a rechazar la impiedad y las corrupciones del mundo, para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad, mientras aguardamos la feliz esperanza y la manifestación de la Gloria de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús" (San Pablo a Tito 2, 12-13).