Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

sábado, 26 de junio de 2021

BREVE HISTORIA DE LA DEFENSA DE LA VERDADERA FE EN LA ARGENTINA

Hacer una historia de la defensa de la verdadera Fe en estas tierras, implica hablar del Ingeniero M. Roberto Gorostiaga. a él le debemos que en la actualidad nuestra Patria sea el más importante bastión de lucha contra la iglesia conciliar en América del Sur.

En las fotos vemos al Ing. Gorostiaga junto a Mons. Lefebvre, y al Dr. Carlos Disandro.

¿Cómo comienza esta historia? Quizás con aquellas reuniones de los sábados por la tarde en la Confitería del Molino. Allí nos encontrábamos: José María Racedo, Andrés de Asboth, el Capitán Rubio, etc., y, por supuesto, el Ingeniero Gorostiaga. Ahí surgió, entre otras cosas, la idea de publicar la revista "Roma". El epílogo de esos encuentros, era cruzar a la Plaza de los dos Congresos, en donde nos uníamos a un grupo comandado por el ingeniero Alfaro, que acudía a dirigir el rezo del Rosario, y entonar cánticos a la Celestial Señora acompañados por los sones de un armonio portátil.
Luego vino la búsqueda de lugares en donde sacerdotes fieles pudieran celebrar la Misa Tridentina. Primero, los sábados por la tarde en la capilla del Colegio Champagnat; después, los domingos por la mañana, en la Casa de Ejercicios de la calle Independencia, en la capilla facilitada por las hermanas gracias a la intermediación del Padre Julio Meinvieille, su capellán. La Misa era celebrada por el Padre Raúl Sánchez Abelenda. Luego en una capillita, ya no recuerdo el nombre, ubicada cerca de la avenida Gral. Paz, a pocas cuadras de Av. Cabildo. Otras veces, acudíamos a la Misa celebrada por el Padre Pascual en la capilla del Hospital Ferroviario, del que era capellán.

R.P. Sanchez Abelenda

Así arribamos a julio de 1976, en que se anuncia la visita al País de Monseñor Marcel Lefebvre. Es el ingeniero M. Roberto Gorostiaga quien se encarga de organizar su recibimiento. Para ello, convoca a un grupo de gente: Atilio Neira, Holofernes López Badra, Álvaro Ramírez Arandigoyen, Margarita Demontis de Quantin, Norberto Quantin, Andrés de Asboth, Jorge Sernani y Olga Moreno.
Durante su estadía en Buenos Aires, Monseñor se alojó en la casa de la señora Mercedes Anchorena de Ferrari, en la calle Libertad, generosamente ofrecida para tal fin.
Era la terrible época de la subversión Marxista en Argentina, existían numerosas restricciones; entre ellas, la prohibición de ir al Aeropuerto Internacional de Ezeiza con más de dos personas por vehículo. Por esa causa, solamente recibió allí a Monseñor Lefebvre el Ingeniero Gorostiaga. Se había alquilado un humilde local en Villa Marteli, donde se dispuso todo para que Monseñor celebrara una Misa. Pero... fue imposible llegar al mismo, pues las máximas autoridades del país (en ese momento ocupaba la Presidencia el General Jorge Rafael Videla), enviaron a la Policía Montada para que lo impidiera. Anteriormente, el gobierno del "Proceso de Reorganización Nacional" había suprimido los feriados de las fiestas del Corpus Christi, de la Asunción y la de la Inmaculada Concepción, lo que hizo que el Padre Raúl Sánchez Abelenda dijera en una de sus homilías de las Misas celebradas en la Casa de Ejercicios: "Esto lo van a pagar". ¡Vaya si lo están pagando, aún en esta vida!
A la luz de los acontecimientos posteriores, nos damos cuenta de las falencias de Monseñor Lefebvre. Muchos casi recién arrivados a esta lucha, se rasgan las vestiduras por nuestra colaboración con él, pero, en ese entonces, lo vimos como nuestra tabla de salvación. Por otra parte, es muy fácil criticar, ¿dónde estaban ellos para "iluminarnos"? por otra parte, ¿quién pensaba que las cosas iban a llegar al punto actual? Quizás el doctor Carlos Disandro importante intelectual y pensador argentino o alguna otra mente preclara.
Gracias a Monseñor Lefebvre tuvinos una capilla en donde se celebraba la verdadera Misa. ¿Que eran "una cum" y con el misal reformado de Juan XXIII? A muchos de los sedevacantistas que por varios años colaboramos con su obra, eso no nos parecía relevante: ¡teníamos la Santa Misa y los Sacramentos!

Misa en la Capilla Ntra. Sra. Mediadora de todas las Gracias

Volviendo al desarrollo de los acontecimientos: dada la prohibición de las autoridades nacionales de celebrar en lugares ¿públicos? las Misas de Monseñor Lefebvre fueron en casas de familias: en la de la ya mencionada señora Mercedes Anchorena de Ferrari, en las de varias otras familias cuyos nombres escapan a mi memoria y en la del Capitán Jorge Rafael Rubio. Curiosamente, de toda esa gente que lo recibió en ese momento, solamente siguió en las filas de la FSSPX, el Capítán Rubio, cuyo hijo menor, Ezequiel Rubio, un chiquillo entonces, luego entró en el Seminario de La Reja y actualmente es el Superior del Priorato de la Ciudad de Buenos Aires, (hoy Superior del Distrito de América Central y el Caribe)
Monseñor Lefebvre regresó a Suiza dejando aquí al Padre Michel Faure con la misión de establecer las bases de su obra.
Comenzó entonces la búsqueda de un sitio apropiado para poner el primer centro de misas. Con la señora Margarita Demontis de Quantin, recorrimos varios edificios en venta que luego visitaban el ingeniero Gorostiaga y el Padre Faure para dar su "visto bueno". Finalmente, fue seleccionada una casona que, si mal no recuerdo había encontrado el señor Holofernes Lopez Badra (su hijo menor, entonces aún no nacido, hoy es sacerdote de la FSSPX).
Mientras tanto, la agrupación "Patria Grande" había ofrecido sus instalaciones en la Avenida Entre Ríos, a una cuadra del edificio del Congreso de la Nación para que allí se celebrara Misa. Los sacerdotes con que contábamos eran: el Padre Raúl Sánchez Abelenda, el Padre Antonio Mathet y el Padre Michael Faure.
Con su habitual generosidad, el ingeniero Gorostiaga adquirió la casa seleccionada, de Venezuela 1318, que constaba de una planta baja derruida, y primero y segundo pisos.
Empezó una carrera contra reloj, pues se quería llevar a cabo la inauguración cuanto antes.
Se instaló la capilla en un amplio patio cubierto del primer piso. La familia Guillén prestó un altar, bancos, manteles y ornamentos y el domingo 5 de diciembre se celebró la primera Misa.
Tomado de: http://www.catolicosalerta.com.ar/ 

lunes, 21 de junio de 2021

FRENTE A LA REINANTE Y APOCALÍPTICA GRAN APOSTASÍA DE LA FE, DIOS NO ABANDONÓ A SU IGLESIA

 Estimados lectores y visitantes de esta bitácora católica, como hemos titulado este breve post, damos incesante gracias a Dios Padre de toda bondad por conservar frente a la gran apostasía de Fe la sucesión apostólica en su Iglesia y así cumpliendo aquella promesa de que : !Las puertas del Infierno no han de prevalecer contra Ella" -San Mateo 16: 18-

Frente a la reinante confusión  y pérdida de la Fe de millones de bautizados a causa de la actual situación de apostasía generalizada, hecha manifiesta desde el conciliábulo del Vaticano Segundo y de todos los documentos emanados luego de esa magna asamblea firmados por herejes formales y materiales, impostores y embaucadores Modernistas, muchos de entre los católicos que desean perseverar en la Fe verdadera y las buenas costumbres, se preguntan: ¿dónde está la Iglesia de Cristo? ¿quiénes son los verdaderos obispos que resisten a la herejía? ¿con quienes trabajan los sacerdotes Católicos Apostólicos Romanos que celebran la Misa de Siempre? ¿quiénes les dan las órdenes clericales, los oleos sagrados o realizan las confirmaciones a sus fieles? etc, etc... Es por todo esto que hemos confeccionado una lista no exhaustiva de nombres de los Obispos católicos  que en la actualidad asisten a los sacerdotes católicos en sus iglesias, oratorios y capillas en todo el continente americano. Confiamos en Dios que sirva esta información para contestar las dudas y desconocimiento de aquellos bautizados que desean agradar a Dios en todo y glorificarlo en su Santa Iglesia.

S.E.R. Mons. Luis Argueta de Guatemala, Mons. Giles Butler de U.S.A, y Mons. Marck Antony Pivarunas de U.S.A.



Mons. Julio Aonzo de Argentina 

Monseñor louis Montelongo U.S.A.

 Mons. Luis Madrigal de México y Mons, Fellay 

Mons. De Galarreta y Mons. Faure


Mons. Tomas de Aquino y Mons, Williamson




Mons, Tissier

Mons. Kelly y Mons. Santay de U.S.A. y Mons. Martín Dávila de México