Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

lunes, 28 de febrero de 2022

SACRAMENTO DEL BAUTISMO

 Ayer Domingo de Quincuagésima después de la Santa Misa en la Capilla Virgen de Luján, recibió el Santo Bautismo el niño Lautaro Nicolás Rosales, hijo de Luciano Rosales y Valentina Riesgo, fungiendo como padrinos; Sebastián Di Franco y Paula Rosales.




viernes, 18 de febrero de 2022

LOS QUE COMBATIERON Y COMBATEN LA MISA CATÓLICA ...

El encarnizamiento con que el demonio ha tratado en todos los tiempos de atacar al Santo Sacrificio de la Misa es una prueba de cuán sagrado e importante debe ser, y al mismo tiempo, cuán terrible para él.

 

   En el transcurso de los diez primeros siglos de cristianismo, cuando la Iglesia se veía combatida por innumerables herejes, nadie hubo tan osado que llegara a atacar el Augusto Sacrificio. Necesitábase para ello un gran avance en la perversidad, una audacia verdaderamente infernal.

   Ello no se verificó hasta el siglo once; pero debemos hacer notar que apenas hubo Berenguer de Tours proferido sus blasfemias, el mundo tembló de espanto y le gritó con indignación: “Eres piedra de escándalo de los fieles“, ya que más de cinco Concilios le habían anatematizado, hasta que, por un milagro de la misericordia divina, Berenguer abjuró de sus errores y habiendo hecho penitencia por ellos falleció confesando la verdadera doctrina (1088).
   Pero la simiente por él sembrada no desapareció con él, sino fructificó por desgracia algunos años más tarde en los albigenses. Esta secta diabólica declaró ilícito el matrimonio, permitió la impureza, arguyó violentamente contra la Misa privada, que así llamábase vulgarmente la Misa rezada, y llegó a tan alto grado su encono que condenaron a terribles penas a los fieles que a ella asistían; penas que no llegaban ni en mucho a las horrorosas que imponía a los sacerdotes que tenían la audacia de celebrar los sagrados misterios.
   A más de los albigenses, los enemigos más encarnizados que ha tenido la Misa han sido indudablemente los reformadores del siglo décimo sexto (XVI), ya que el propio Lutero confiesa el hecho de haber sido inspirado por Satán para abolir la Santa Misa, como acto de idolatría y que había obrado de tal suerte no ignorando que el diablo aborrecía todo lo bueno; más aún, que sus enseñanzas eran todas falsas.
   Si la inteligencia de Lutero no hubiese sido ofuscada por completo por los espíritus infernales, habría a lo menos raciocinado de esta suerte: Satanás pretende que la Santa Misa es un acto de idolatría: si esto fuese así, ¿porqué quiere abolirla cuando en alabarla y fomentarla daría con el medio de insultar más despiadadamente al Altísimo?

   Ahora bien; Satán ha privado del Santo Sacrificio de la Misa a todas las sectas luteranas, causándoles con ello el perjuicio más funesto y les ha imbuido de tal manera su propio odio contra este santo misterio que han llegado a proferir la terrible blasfemia de que “la Misa es una abominable idolatría”, como se lee en el catecismo de los calvinistas de Heidelberg.
   ¡Pobres insensatos! ¿Cómo pueden admitir, entonces que se haya salvado una sola alma desde Jesucristo? Todos los apóstoles y los sacerdotes, todos, han celebrado el Santo Sacrificio de la Misa: los mártires y los confesores han asistido a ella con ejemplar devoción; ¿acusarán acaso de idolatría a todo ese ejército de Cristo haciéndole, por consiguiente, digno del infierno? La razón natural se resiste a suponerlo.
   ¡Ah! Cuánto más consolador  es escuchar a San Fulgencio cuando dice: “Creo sin la menor sombra de duda que el hijo unigénito de Dios hecho hombre por nosotros, se ha ofrecido sin cesar, en fe y en caridad, el sacrificio del pan y del vino“. Guardémonos bien de que no acontezca lo que a los herejes, a quienes Satanás ha privado de la Santa Misa. No pudiendo arrebatárnosla enteramente se esfuerza en hacernos desconocer el valor sin fin del Santo Sacrificio para que no lo estimemos como es debido, haciéndonos negligentes a fin de que no podamos obtener los frutos abundantes de gracia que de la Misa debemos lucrar.
Pbro.Martin Cochem O.F.M. (1625-1712)

jueves, 10 de febrero de 2022

MISA DE REQUIEM

 Fue esta mañana en la Iglesia Inmaculado Corazón de María en Tampa Fl, el Padre Emilio Fattore celebró la Misa de cuerpo presente del Sr. José Luva, pidiendo por la salvación de su alma y la cristiana resignación de sus familiares y seres queridos.




martes, 8 de febrero de 2022

SAN LUIS REY FUE UN GRAN DEFENSOR DE LOS DERECHOS DE DIOS DURANTE SU GOBIERNO


Luis IXº Rey de Francia

Amigo de la religión. Pocos gobernantes en la historia han sido tan amigos de la religión católica como el rey San Luis. Le agradaba mucho ir a los conventos a rezar con los religiosos y asistir con ellos a las ceremonias religiosas. Alguien le dijo que había gente que le criticaba por ser tan piadoso y asistir a tantas reuniones donde se rezaba, y él le respondió: "De eso no me avergüenzo ni me avergonzaré jamás. Y esté seguro de que si en vez de ir a esas reuniones a orar, me fuera a otras reuniones a beber, bailar y parrandear, entonces sí que esas gentes no dirían nada. Prefiero que me alabe mi Dios aunque la gente me critique, porque por El vivo y para El trabajo, y de El lo espero todo".
San Luis, rey de Francia, es, ante todo, una Santo cuya figura angélica impresionaba a todos con sólo su presencia. Vive en una época de grandes heroísmos cristianos, que él supo aprovechar en medio de los esplendores de la corte para ser un dechado perfecto de todas las virtudes. Nace en Poissy el 25 de abril de 1214, y a los doce años, a la muerte de su padre, Luis VIII, es coronado rey de los franceses bajo la regencia de su madre, la española Doña Blanca de Castilla. Ejemplo raro de dos hermanas, Doña Blanca y Doña Berenguela, que supieron dar sus hijos, más que para reyes de la tierra, para santos y fieles discípulos del Señor. Las madres, las dos princesas hijas del rey Alfonso VIII de Castilla, y los hijos, los santos reyes San Luis y San Fernando.
Padre de su pueblo y sembrador de paz y de justicia, serán los títulos que más han de brillar en la corona humana de San Luis, rey. Exquisito en su trato, éste lo extiende, sobre todo, en sus relaciones con el Papa y con la Iglesia. Cuando por Europa arreciaba la lucha entre el emperador Federico II y el Papa por causa de las investiduras y regalías, San Luis asume el papel de mediador, defendiendo en las situaciones más difíciles a la Iglesia. En su reino apoya siempre sus intereses, aunque a veces ha de intervenir contra los abusos a que se entregaban algunos clérigos, coordinando de este modo los derechos que como rey tenía sobre su pueblo con los deberes de fiel cristiano, devoto de la Silla de San Pedro y de la Jerarquía. Para hacer más eficaz el progreso de la religión en sus Estados se dedica a proteger las iglesias y los sacerdotes. Lucha denodadamente contra los blasfemos y perjuros, y hace por que desaparezca la herejía entre los fieles, para lo que implanta la Inquisición romana, favoreciéndola con sus leyes y decisiones.
En 1270 emprende una cruzada en contra de los Musulmanes en defensa de los Santos Lugares y es víctima de la peste juntamente con muchos miembros de su ejército a quien él personalmente cuidaba, muriendo el 25 de Agosto de 1270 a los 55 años.
Es canonizado por el Papa Bonifacio VIII el 11 de Agosto de 1297.