Por Jusdivar
Desde que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, le dio el libre albedrio. Pero, el hombre en su libertad fue tentado por el demonio a comer de la fruta del árbol prohibido, diciéndole: “seréis como Dios” accediendo al engaño y a partir de ese engaño el hombre quedó herido en su naturaleza, lo que se conoce como “Pecado Original” cometido por nuestros primeros padres Adán y Eva. Esta fue la primera revolución llevada adelante por el hombre, la sublevación contra Dios. A partir de ese entonces el orden fue trastocado, el hombre fue expulsado del paraíso o el edén, la inteligencia que antes estaba en comunión con Dios, dejó de estarlo precisamente por el pecado, las pasiones que eran manejadas por la inteligencia, también dejaron de estar en ese orden; es decir, las consecuencias fueron realmente graves.
El hombre, en su soberbia, no cejo en continuar y profundizar esa revolución, es así como se produjo la revolución de Lutero en el año 1517, introduciendo lo que se conoce como el “Libre Examen”, es decir la libre interpretación de los textos sagrados. La revolución Jacobina o revolución Francesa, impulsada por los burgos, cuya prominencia estaba ejercida por los banqueros judíos o usureros, también la masonería ejerció un rol decisivo para el triunfo de los postulados que hasta hoy tienen plena vigencia. La ejecución política se inicia con la “toma de la Bastilla” conocidas por todos, presentando un profundo odio al orden social Cristiano. Cristocentrismo que imperó durante toda la Edad Media como muy bien lo definió Leon XIII “HUBO UN TIEMPO EN QUE REINO LA FILOSOFÍA DEL EVANGELIO”.
Su odio fundamentalmente estaba dado a la verdad, al verbo encarnado, a Dios hecho hombre, a la Iglesia, cuerpo místico de Cristo. La revolución francesa construye su propia trinidad: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”, para remplazar a la verdadera Trinidad; al Dios Padre, al Dios Hijo y al Espíritu Santo, hasta hizo sacerdote de la revolución. Para que los iluministas triunfaran necesitaron grandes sacrificios ya que hubo una tenaz resistencia por parte de verdaderos Católicos de la región de La Vandee, que no es como normalmente se nos enseñas en las escuelas, nos muestran que la toma de la bastilla fue una cosa fácil, porque el pueblo se encontraba cansado de la opresión y que fue como comerse una galletita; no señores, no les fue tan fácil a los revolucionarios.
El liberalismo también parió una doctrina mucho más perversa, como es el marxismo, su odio ciego a la religión Católica produjo una verdadera persecución como muy pocas veces se vio en la historia, produciendo millones y millones de muertos. Esta política perversa fue ejecutada en Rusia en el año 1917 por Lenin y luego se extendió por todo el centro de Europa y Asia. El comunismo fue condenado por el Papa Pio XI como una ideología intrínsecamente perversa.
Pero veamos cual es el fin del Liberalismo: El liberalismo le hace creer al hombre que la libertad es su bien más preciado y que es su esencia. Que la libertad es hacer lo que quiere siempre y cuando no perjudique al otro. Que esa libertad tiene por igual a lo malo y a lo bueno, a la verdad con la mentira, a la belleza con la fealdad. En fin, iguala a Dios con el hombre, a Dios con el Demonio y todo otro igualitarismo que ande dando vuelta por ahí. Todo ésta subversión genera la doctrina de que todos somos iguales, lo que a la postre permite universalizar los Derechos del hombre en el año 1948 o los hoy tan mentados derechos humanos, en desmedro del Derecho Divino y del Derecho Natural, que ya no rigen en la “Civita” como ordenamiento social.
Esa falacia de libertad sin límites, engañosamente le hizo creer al pueblo, que su voz era la voz de Dios: “Vox populis, vox Dei, Dios no tenía ninguna participación en la vida del hombre, solamente quedaba relegado al templo. El pueblo por si solo jamás tiene el poder, el poder lo tienen sectores minúsculos y que en la práctica lo tienen aquello que detentan el dinero, hoy por hoy. El pueblo se transforma en masa y la masa no tiene vida propia, por lo pronto no tiene poder, es movida externamente por aquellos ideólogos que si saben lo que es el poder. El hombre se transforma en un número, nada más que eso, no se “respeta ninguna libertad” porque la libertad no es hacer lo que uno quiere, sino como lo enseñó siempre la Iglesia: el hombre es libre cuando hace el bien. León XIII dijo:”la libertad es la máxima expresión del bien”, la Iglesia no lo definió de otra manera. CRISTO, nuestro Sr. hijo de Dios y Dios, dijo: “solo la verdad os hará libre” y no otra cosa o sistema. No dijo, la democracia liberal, el comunismo u otro sistema, solo la VERDAD hace libre al hombre.