Por: Mons. José F. Urbina Aznar
Jesucristo, al fundar Su Iglesia, la conformó con Él mismo, la ajustó, a su Persona y a Su Doctrina. La configuró con Él mismo. No podemos ir en pos de Jesucristo, sino ingresando a esa comunidad santa que es su Iglesia, que es su cuerpo místico, recibiendo con corazón agradecido SUS ENSEÑANZAS, SUS PRECEPTOS Y SU GRACIA. La Iglesia es la depositaria de la gracia y de la verdad. Para hacer esto posible, Cristo sufrió su horrenda Pasión. A la Iglesia, nuestro Salvador confió todos Sus tesoros y todo Su poder. Por este motivo, si no anclamos nuestra vida religiosa y nuestra vida moral en las enseñanzas y directrices de la Iglesia y en las divinas energías que Su gracia nos comunica, estamos caminando sin remedio a la condenación eterna. Si no miramos a Cristo para obrar y sufrir con El en obediencia total a Su Padre celestial para establecer el reino de Dios en la Tierra, que era Su intención, cueste lo que nos cueste, estamos traicionando el amor de Dios al dejarnos entrar al pueblo de los santos. Los Sacramentos que la Iglesia administra tienen por finalidad la santificación de los hombres. Ellos nos introducen en la nube luminosa de la gloria de Dios y predican que tenemos que buscar nuestra salvación exclusivamente en la glorificación de Dios, que implica el cumplimiento amoroso y libre de Sus leyes y preceptos, oyendo a Su santísima Iglesia y a sus pastores. Son leyes y preceptosde libertad, de la libertad de los hijos de Dios, contra los que se rebelan los hombres insensatos. Los Sacramentos orientan nuestra vida a Cristo y su acción redentora poderosísima, nos van haciendo comprender por la acción del Espíritu Santo en el alma, que no podremos salvarnos sino incorporándonos a Cristo, es decir, cristificándonos, y por su acción eficaz redentora. Por los Sacramentos nos unimos a la obra cultual de la Iglesia y formamos parte de ella, recibimos una misión eclesiástica y participamos del gran tesoro que nos es comunicado por la comunión de los santos.
(Continúe leyendo:)http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2016/07/la-iglesia-apostata-del-vaticano-se-ha.html
Muy bueno!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarEl link no es continuación de este artículo según parece,
ResponderEliminar¿podrían poner el articulo entero?
Si, es la continuación,y está muy interesante el artículo,gracias por compartirlo
Eliminar¿Vive todavía el obispo Urbina?
Gracias a dios sale uno a defender la morar y la dotrina
ResponderEliminarQue se animen a denunciar a los verdaderos culpables que son los okupas posconciliares sin atacar a los pocos que resistieron como monseñor Lefebvre, él no tuvo la culpa del desastre hizo lo que pudo.
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