8 de mayo se celebra a la Virgen Patrona de Argentina, Nuestra Señora de Luján, quien además es la protectora de los transportistas y del camino, así como de la Policía Federal del país.
Cuenta la tradición que en 1630 la imagen de la Virgen, proveniente de Paracaiba (Brasil) era llevada desde Buenos Aires hacia Sumampa, Santiago del Estero, por encargo de un viajero portugués. A orillas del Río Luján la carreta se detuvo inexplicablemente. Por ello se dice que ella eligió el sitio de emplazamiento de su iglesia y allí creció una las ciudades más reconocidas de nuestro país.
La imagen tiene 38 centímetros de alto. Su manto azul está caído, salpicado de estrellas blancas y la túnica es encarnada.
Transcurridos los tiempos coloniales, un 8 de mayo de 1887 con la asistencia de altos dignatarios de la Iglesia Romana y del Cabildo Eclesiástico Metropolitano, fue coronada Nuestra Señora de Luján por el Papa León XIII, deviniendo así en una virgen muy querida para toda la feligresía argentina.
En la Basílica en Luján se encuentra la pequeña imagen de 38 centímetros modelada en Brasil en arcilla cocida (terracota) y que representa a la Inmaculada Concepción. La imagen fue enviada a Argentina en mayo de 1630. Fue en 1887 que la imagen fue coronada canónicamente por el Papa León XIII.