Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

lunes, 1 de diciembre de 2014

DOMINGO 1º DE ADVIENTO - BREVE REFLEXIÓN -



Por el Rev. Padre: Gustavo Peña

Queridos lectores, amigos y fieles:

En este 1º Domingo de Adviento el Evangelio de San Lucas nos propone para meditar sobre: la “Incertidumbre del Tiempo y la Brevedad de la Vida”.
El relato de este evangelio es muy parecido, casi idéntico, al de San Mateo que escuchábamos el domingo pasado.
Estos evangelios nos advierten, lo que dijo Nuestro Señor, sobre el Fin de los Tiempos.
No por casualidad, la Iglesia, ha querido poner estos evangelios; uno al final, y el otro al comienzo, del Ciclo Litúrgico; justamente para hacernos comprender la incertidumbre del tiempo y la brevedad de la vida.

INCERTIDUMBRE DEL TIEMPO

“El cielo y la tierra pasarán”, dice Nuestro Señor.
Qué desgraciada será la persona que al final de su vida se da cuenta que puso su corazón y su tesoro aquí en la tierra.
No seamos necios en poner y fijar nuestras esperanzas en este mundo, como si este mundo fuera a durar eternamente.
Este mundo no es nuestra morada perpetua; es el Cielo, es allí donde debemos poner todo nuestro corazón y tesoro.

BREVEDAD DE LA VIDA

Nuestra vida es como una barca, que navega por las aguas de este mundo, y a veces parece hundirse.
Nuestro Señor Jesucristo viene en nuestro auxilio, y para salvarnos nos da la soga de su Redención; pero para ello debemos sacar de la barca de nuestro corazón, todo aquello que nos es innecesario; todo lo que hace peso en nuestra vida: las preocupaciones, los negocios, los defectos y vicios, los placeres, etc.; para poder llegar al puerto seguro que es el Cielo.
Y este tiempo de Adviento, que la Iglesia ha dispuesto en cuatro semanas, en preparación para la Navidad, es para esto; es para preparar nuestro corazón a la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Sacar todo aquello que nos impide llegar a Dios, para que Dios nazca en nuestro corazón y renueve nuestra vida.
Este es el tiempo propicio para la conversión, para el arrepentimiento, para hacer obras buenas y así obtener un tesoro en el Cielo.
Pidamos a Dios, por medio de la Santísima Virgen, que nos conceda la Gracia de la Conversión, de nuestra vida, y de la Perseverancia Final en este tiempo de incertidumbre.

+ AVE MARÍA PURÍSIMA

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