Padre Hervé Le Lay |
El Padre Hervé Lelay fue un insigne defensor de la TRADICIÓN CATÓLICA Y DE LA SANTA MISA DE SIEMPRE. En el Cementerio de El Tala en en el sur de la Provincia de Salta, muy vecino a Trancas, Tucumán, en un humilde mausoleo, a la entrada de esa necrópolis, se encuentran sepultados los restos del RP Hervé Le Lay, de vastísima actuación en la región, ex párroco de esa localidad entre marzo de 1957 y el 4 de julio de 1974. El Padre Le Lay (Lele, como le decían vulgarmente), fue un aguerrido defensor de la Tradición de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Para muchos, especialmente jóvenes, su personalidad es ahora desconocida, para otros un poco menos, en tanto que los mayores que vivieron las alternativas del Vaticano II, la acción de Le Lay, fue de gran importancia.
"DIOS ME AYUDA ESCANDALOSAMENTE", solía decir el Padre Hervé Le Lay, destacando la Divina Providencia.
Su recuerdo perdura en sus antiguos fieles de El Tala, quienes recuerdan sus enseñanzas y recomendaciones, Su Santa Misa de las 7 de la mañana, el armonio y el coro para las Misas cantadas, su rectitud y carácter fuerte cuando era necesario.
Padre Le Lay con los monaguillos en el Tala |
Algunos aún rezan EL SANTO ROSARIO EN LATIN, en su memoria y recuerdan anécdotas, expresiones y su sotana con los bolsillos llenos de caramelos y estampitas. Una calle lleva su nombre..
Tras las huellas del Padre HERVE LE LAY, gran apóstol y misionero defensor a ultranza de la sana doctrina CATÓLICA y la SANTA MISA de siempre, única que celebró durante toda su vida y defendió a costa de presiones, persecuciones e injustas sanciones, que motivaron la pérdida de su parroquia y su traslado a Córdoba, donde apoyado por un grupo de fieles, fundo una Capilla, desde donde continuó su apostolado, hasta su muerte, ocurrida el 19 de Abril de 1982.
Sus restos fueron llevados al El Tala, donde descansan en el Cementerio local.
Frente a la antigua parroquia del P. Le Lay en el Tala |
Gracias a la generosidad del Señor Juan Suarez fiel católico y amigo de la Ciudad de Tucumán y acompañado por el nuestro gran amigo Domingo Padilla, el pasado Sábado Santo viajamos a la localidad de El Tala -Salta- a visitar la antigua Parroquia del Padre Le Lay, como así también poder realizar un responso en el cementerio del pueblo dónde descansan los resto de este venerado sacerdote. Toda la gente del pueblo con la que hablamos y que lo conocieron nos confirman que era un sacerdote de ley, era el cura de los pobres y de los ricos, de los niños, jóvenes, adultos y ancianos,era el típico cura de pueblo, un cura que amaba a Dios por sobre todas las cosas y a sus fieles por amor a Dios, cientos de testimonio nos dieron de su santidad y hasta el día de hoy el pueblo habla de este gran pastor.
Pudimos tomarnos algunas fotos en el templo parroquial y en el altar donde el Padre Le Lay celebraba la Santa Misa, también estuvimos con la señora Rufina una bautizada por el Padre y también el Padre le enseño el Catecismo y hoy es la mujer que limpia la parroquia y funge como secretaria parroquial, nos habló del armonio que el padre hacía tocar para todas las Misas y que ahora está abandonado en un rincón, nos contó muchas anécdotas y nos decía que siempre les recordaba que la Casa de Dios era un lugar de aprendizaje y de oración. Muchas historias edificante, tanto Rufina como el señor del cementerio que también fue bautizado por el padre Le Lay, creen que el Padre fue un santo y nos dijeron también que mucha gente le pide al padre por sus necesidades y el Padre desde el Cielo les concede gracias. Por último, deseamos agradecer a la familia Castellanos que tienen cerca de El Tala una estancia y que nos recibieron con gran alegría y que también nos contaron hermosas anécdotas de este hombre de Dios que fue el Padre Le Lay.
SACERDOTE HUMILDE, SENCILLO, FIDELÍSIMO Y APÓSTOL (Por Roberto Caballero)
P. Le Lay en el día de su ordenación |
Quienes lo hayan conocido saben que fue así. Pequeño su físico, frágil su salud, incansable, sin embargo para el trabajo, puso todos sus empeños al servicio de su vocación. Vio, como muchos otros sacerdotes como se instalaban en el poder eclesiástico, los herejes Modernistas, como lo había denunciado a principio de siglo el Papa San Pío X, pero como muy pocos en el mundo y poquísimos en Argentina, se opuso a la infiltración con toda su alma, pese a sus escasas fuerzas y medios.
A su lado se rendían incondicionalmente, clérigos más jóvenes, sanos, vigorosos, entrampados en la confusión, vencidos por los medios, los cálculos mezquinos o la beatería mogigata. Su lucha fue la de David frente a Goliat.
P. Mauricio con la señora Rufina |
Nació el 25 de Octubre de 1913, en un pueblito de Bretaña (Francia). Hizo sus estudios eclesiásticos en las casas de formación de la Congregación del Espíritu Santo. Debió suspender sus estudios a raíz de la última Guerra Mundial (1939-1945), pues fue convocado y cayó prisionero de los alemanes. El 8 de Mayo de 1945 recuperó su libertad. Fue ordenado sacerdote el 7 de Julio de 1946.
En 1947, advirtió en su congregación la influencia Modernista. Lo que le ocasionó serias dificultades que lo determinaron a abandonarla, pidiendo su regularización para proseguir su ministerio en alguna parroquia. Encontró en Argentina la protección de Monseñor Roberto Tavella (que en su momento ayudó, en parecidas circunstancias al Padre Leonardo Castellani). Este obispo de Salta, confió al Padre Le Lay la parroquia San Antonio de Padua dela localidad del Tala, dónde ejerció desde el 3 de Marzo de 1957 al 4 de Julio de 1976. De esta parroquia fue expulsado al usurpar el arzobispado de Salta los jerarcas modernistas de la Nueva Iglesia los cargos de gobierno y administración de la Iglesia Católica, así como sus bienes, muebles e inmuebles.
Altar dónde celebraba el P. Le Lay |
Suspendido “a divinis” en la arquidiócesis de Salta, un grupo de fieles católicos de la Ciudad de Córdoba (víctimas de idéntica persecución de parte del Modernista “cardenal” Primatesta) le pidieron al Padre Le Lay su asistencia espiritual permanente. Vino a Córdoba, radicándose en la ciudad de Alta Gracia, en una casa cedida generosamente y sin ninguna condición por el señor Carlos Grunwaldt, fiel de católico de la Ciudad de San Nicolás Bs. As. El 7 de Abril de 1978 comenzó su ministerio en Córdoba. El “arzobispo” de la Iglesia Conciliar dictó el el 9 de Agosto de 1978 una disposición suspendiendo al Padre Le Lay “a divinis”, carente de toda eficacia desde luego, por venir de una autoridad ajena a la Santa Iglesia Católica.
Comenzó su ministerio en la ciudad de Córdoba, rezando la santa Misa y administrando los sacramentos en casa de familias –como los primeros cristianos-, después en un local alquilado en la calle Montevideo esquina Belgrano, y finalmente en la actual capilla San Pio V de la calle Guido 227.
Desde el punto de vista doctrinario, jamás cedió un ápice y señaló sin vacilar, pese a la veneración que le tenía, la incoherente posición del Arzobispo Marcel Lefebvre quién, pese al extremo rigor de sus objeciones a la autoridades de la Nueva Iglesia (como él le llama) se obstina en la pretensión de conseguir un “lugarcito” en ella. Lefebvre también llama a sus jerarcas usurpadores, pero negocia con ellos reconociéndoles legitimidad. El Padre Le Lay se opuso rotundamente a estas incongruencias.
Lucho hasta que se lo permitió su quebrantada salud. Murió el 19 de Abril de 1982. Nos dejó su lección y su ejemplo.
Comentando una carta que le enviara el Padre Antonio Mathet y que publicara en su revista la Tradición nro. 135 del mes de Febrero de 1979, escribía: “Somos pocos, poquísimos, -pusillos grex- que nos hemos quedado fieles a la Tradición Católica, obedeciendo a doscientos sesenta y pico de Papas, a veinte Concilios ecuménicos. No aceptamos la Revolución litúrgica y sus consecuencias, no aceptamos la revolución doctrina, ni la revolución disciplinar”.
Todas las fotos, aquí:
http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2016/05/homenaje-la-memoria-del-padre-herve-le.html
Todas las fotos, aquí:
http://verdadcatolica.blogspot.com.ar/2016/05/homenaje-la-memoria-del-padre-herve-le.html
Mientras la mayoría del clero apostataba, el Padre Le Lay se mantuvo fiel a la Fe de siempre y a los juramentos de su ordenación sacerdotal.
ResponderEliminarJunto al padre Antonio Mathet, Raul sanchez Abelenda, Padre Sarmiento y Ullet, fueron los únicos curas que no rezaron la misa nueva ni abandonaron el Combate por la Fe en Argentina
ResponderEliminarMathet no fue sacerdote, pues fue "ordenado" en el rito de Montini, el cual es - en el mejor de los casos - dudoso.
ResponderEliminarTomás; hasta dónde sabemos de Mathet es que fue ordenado con el rito inválido y nulo de Montini en Paraná por Adolfo Tortolo y luego lo reordenó el arzobispo Lefebvre. Lo hemos conocido bien de cerca al padre Mathet y el nos aseguraba de que era un sacerdote bien ordenado.
ResponderEliminarTambién comprendo que muchos católicos fieles dudan del sacerdocio y el episcopado de Marcel Lefebvre y no decimos nada, porque sus argumentos son bien sólidos, pero por ahora lo dejamos en mano de Dios y del Papa, si es que llegara haber algún día por supuesto.
Recuerdo como si fuera hoy cuando el Padre LeLay gritaba desde su capilla a dos cuadras del seminario arquidiocesano de Cordoba, allá en la esquina de Montevideo y Belgrano y decía: Montini, marrano, hereje, cismático y lo decía sin pelos en la lengua frente a los maricones que el arzobispado mandaba para que espiaran la libertad de los hijos de Dios.
ResponderEliminarFue una lástima que los Boixados y otras familias deslumbradas por los curas recien llegados de Francia y mandados por Lefebvre, hayan involucrado a Le Lay. Pasado un tiempo los lefebvristas se apoderaron de su apostolado más allá de que Le Lay decia que Lefebvre era un traidor, y así son las cosas con la "Docta" es por eso que el Cr. Disandro llamaba a los cordobeses : Córdoba la falluta.
DEMOLITIO CONSUMMATA EST. the end. Dios no los perdone a los Demoledores.
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