Hacer una historia de la defensa de la verdadera Fe en estas tierras, implica hablar del Ingeniero M. Roberto Gorostiaga. a él le debemos que en la actualidad nuestra Patria sea el más importante bastión de lucha contra la iglesia conciliar en América del Sur.
En las fotos vemos al Ing. Gorostiaga junto a Mons. Lefebvre, y al Dr. Carlos Disandro.
¿Cómo comienza esta historia? Quizás con aquellas reuniones de los sábados por la tarde en la Confitería del Molino. Allí nos encontrábamos: José María Racedo, Andrés de Asboth, el Capitán Rubio, etc., y, por supuesto, el Ingeniero Gorostiaga. Ahí surgió, entre otras cosas, la idea de publicar la revista "Roma". El epílogo de esos encuentros, era cruzar a la Plaza de los dos Congresos, en donde nos uníamos a un grupo comandado por el ingeniero Alfaro, que acudía a dirigir el rezo del Rosario, y entonar cánticos a la Celestial Señora acompañados por los sones de un armonio portátil.
Luego vino la búsqueda de lugares en donde sacerdotes fieles pudieran celebrar la Misa Tridentina. Primero, los sábados por la tarde en la capilla del Colegio Champagnat; después, los domingos por la mañana, en la Casa de Ejercicios de la calle Independencia, en la capilla facilitada por las hermanas gracias a la intermediación del Padre Julio Meinvieille, su capellán. La Misa era celebrada por el Padre Raúl Sánchez Abelenda. Luego en una capillita, ya no recuerdo el nombre, ubicada cerca de la avenida Gral. Paz, a pocas cuadras de Av. Cabildo. Otras veces, acudíamos a la Misa celebrada por el Padre Pascual en la capilla del Hospital Ferroviario, del que era capellán.
R.P. Sanchez Abelenda
Así arribamos a julio de 1976, en que se anuncia la visita al País de Monseñor Marcel Lefebvre. Es el ingeniero M. Roberto Gorostiaga quien se encarga de organizar su recibimiento. Para ello, convoca a un grupo de gente: Atilio Neira, Holofernes López Badra, Álvaro Ramírez Arandigoyen, Margarita Demontis de Quantin, Norberto Quantin, Andrés de Asboth, Jorge Sernani y Olga Moreno. Durante su estadía en Buenos Aires, Monseñor se alojó en la casa de la señora Mercedes Anchorena de Ferrari, en la calle Libertad, generosamente ofrecida para tal fin.
Era la terrible época de la subversión Marxista en Argentina, existían numerosas restricciones; entre ellas, la prohibición de ir al Aeropuerto Internacional de Ezeiza con más de dos personas por vehículo. Por esa causa, solamente recibió allí a Monseñor Lefebvre el Ingeniero Gorostiaga. Se había alquilado un humilde local en Villa Marteli, donde se dispuso todo para que Monseñor celebrara una Misa. Pero... fue imposible llegar al mismo, pues las máximas autoridades del país (en ese momento ocupaba la Presidencia el General Jorge Rafael Videla), enviaron a la Policía Montada para que lo impidiera. Anteriormente, el gobierno del "Proceso de Reorganización Nacional" había suprimido los feriados de las fiestas del Corpus Christi, de la Asunción y la de la Inmaculada Concepción, lo que hizo que el Padre Raúl Sánchez Abelenda dijera en una de sus homilías de las Misas celebradas en la Casa de Ejercicios: "Esto lo van a pagar". ¡Vaya si lo están pagando, aún en esta vida! A la luz de los acontecimientos posteriores, nos damos cuenta de las falencias de Monseñor Lefebvre. Muchos casi recién arrivados a esta lucha, se rasgan las vestiduras por nuestra colaboración con él, pero, en ese entonces, lo vimos como nuestra tabla de salvación. Por otra parte, es muy fácil criticar, ¿dónde estaban ellos para "iluminarnos"? por otra parte, ¿quién pensaba que las cosas iban a llegar al punto actual? Quizás el doctor Carlos Disandro importante intelectual y pensador argentino o alguna otra mente preclara.
Gracias a Monseñor Lefebvre tuvinos una capilla en donde se celebraba la verdadera Misa. ¿Que eran "una cum" y con el misal reformado de Juan XXIII? A muchos de los sedevacantistas que por varios años colaboramos con su obra, eso no nos parecía relevante: ¡teníamos la Santa Misa y los Sacramentos!
Misa en la Capilla Ntra. Sra. Mediadora de todas las Gracias
Volviendo al desarrollo de los acontecimientos: dada la prohibición de las autoridades nacionales de celebrar en lugares ¿públicos? las Misas de Monseñor Lefebvre fueron en casas de familias: en la de la ya mencionada señora Mercedes Anchorena de Ferrari, en las de varias otras familias cuyos nombres escapan a mi memoria y en la del Capitán Jorge Rafael Rubio. Curiosamente, de toda esa gente que lo recibió en ese momento, solamente siguió en las filas de la FSSPX, el Capítán Rubio, cuyo hijo menor, Ezequiel Rubio, un chiquillo entonces, luego entró en el Seminario de La Reja y actualmente es el Superior del Priorato de la Ciudad de Buenos Aires, (hoy Superior del Distrito de América Central y el Caribe)
Monseñor Lefebvre regresó a Suiza dejando aquí al Padre Michel Faure con la misión de establecer las bases de su obra.
Comenzó entonces la búsqueda de un sitio apropiado para poner el primer centro de misas. Con la señora Margarita Demontis de Quantin, recorrimos varios edificios en venta que luego visitaban el ingeniero Gorostiaga y el Padre Faure para dar su "visto bueno". Finalmente, fue seleccionada una casona que, si mal no recuerdo había encontrado el señor Holofernes Lopez Badra (su hijo menor, entonces aún no nacido, hoy es sacerdote de la FSSPX).
Mientras tanto, la agrupación "Patria Grande" había ofrecido sus instalaciones en la Avenida Entre Ríos, a una cuadra del edificio del Congreso de la Nación para que allí se celebrara Misa. Los sacerdotes con que contábamos eran: el Padre Raúl Sánchez Abelenda, el Padre Antonio Mathet y el Padre Michael Faure. Con su habitual generosidad, el ingeniero Gorostiaga adquirió la casa seleccionada, de Venezuela 1318, que constaba de una planta baja derruida, y primero y segundo pisos.
Empezó una carrera contra reloj, pues se quería llevar a cabo la inauguración cuanto antes.
Se instaló la capilla en un amplio patio cubierto del primer piso. La familia Guillén prestó un altar, bancos, manteles y ornamentos y el domingo 5 de diciembre se celebró la primera Misa.
Tomado de: http://www.catolicosalerta.com.ar/