Un hereje es un bautizado que rechaza un dogma de la Iglesia Católica Romana. Un cismático es quien niega estar en comunión con el Papa verdadero o con los verdaderos católicos. Un apóstata es quien rechaza por completo la fe cristiana. Todos los herejes, cismáticos y apóstatas se separan automáticamente de la Iglesia Católica (Pío XII, encíclica Mistici corporis, 29 de junio de 1943). Por lo tanto, quien es hereje no es católico (Papa León XIII, encíclica Satis cognitum, 29 de junio de 1896). Y la mayoría de los herejes están convencidos que no niegan dogma alguno, cuando en realidad sí lo hacen.
(I) o lo hubiese suscitado o cometido, la promoción o la asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido con el acuerdo unánime de todos los cardenales, es nula, inválida y sin ningún efecto;
(ll) y de ningún modo puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos.
(III) Tal asunción no será tenida por legítima en ninguna de sus partes…
(IV) los que así hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder…
10. Por lo tanto, a hombre alguno sea lícito infringir esta página de Nuestra Aprobación, Innovación, Sanción, Estatuto, Derogación, Voluntades, Decretos, o por temeraria osadía, contradecirlos. Pero si alguien pretendiese intentarlo, sepa que habrá de incurrir en la indignación de Dios Omnipotente y en la de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Dado en Roma, junto a San Pedro, en el año de la Encarnación del Señor 1559, XV anterior a las calendas de Marzo, año 4º de nuestro Pontificado
+ Yo, Pablo, obispo de la Iglesia católica…”
San Roberto Belarmino: “Un papa que se manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Este es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”. (De Romano Pontifice, II, 30)
Enciclopedia Católica, “Papal Elections” [Las Elecciones Papales], 1914, Vol. 11, p. 456: “Desde luego, la elección de un hereje, de un cismático, o de una mujer [como Papa] será nula e inválida”.
Notas:
[1] The Papal Encyclicals [Las Enciclicas Papales], edición inglesa,, Vol. 1 (1740-1878), p. 256
[2] Decrees of the Ecumenical Councils [Los Decretos de los Concilios Ecumenicos], edición inglesa,, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, Vol. 1, p. 479.
[3] Von Pastor, History of the Popes[Historia de los Papas], edición inglesa, II, 346; citado por Warren H. Carroll, A History of Christendom[Una Historia de la Cristiandad], Vol. 3 (The Glory of Christendom[La Gloria de la Cristiandad]), edición inglesa, Front Royal, VA: Christendom Press, p. 571.
Visto en: http://cruxetgladius.blogspot.com.ar
Después de 64-65 años de Sede vacante esto que publican es archiconocido por los católicos medianamente formados en la Doctrina. Es hora de dejar de citar Bulas y comentarios y dedicarse a poner el remedio a tanto mal. La Iglesia es "sociedad perfecta" por tanto tiene en sus manos la manera de solucionar cualquier problema que la atañe. Ustedes ¿a qué clase de anarquismo se asociaron? Pregunto porque no veo ni escucho que haya disposición verdadera en ustedes de ayudar a terminar la vacancia, y por el contrario actúan como si todo estuviera normal y en situación pacífica. ¿No han notado que sin un Papa la situación en la que se encuentran ustedes y los Obispos que están en la misma posición, son una monstruosidad? ¿Qué esperan para unirse a los que buscamos y queremos y tenemos la intención clara y expresa de darle a la Iglesia una Cabeza? ¿No entendieron todavía que quien no quiera y no tenga la intención -por las excusas que sean- que haya un Papa, no es católico. El Papa es "creado" por Jesucristo, y el Papa crea a los Obispos de la misma manera como el Padre crea a Cristo, Verbo Encarnado mediante el Espíritu Santo. Así como el Espíritu Santo procede de las otras dos Personas, así procede el Obispo: de Jesucristo y del Papa. Todo en la Iglesia es reflejo de lo que sucede en el seno Trinitario.
ResponderEliminarEspero que realmente reflexionen.
+Julio Aonzo
Monseñor Aonzo creo que este blog refresca y publica estos artículos porque como dice una decadente diva Argentina, el público se renueva, y no solo que se renueva sino que hay gente joven que ni idea tiene de las dispocisiones y leyes de la Iglesia.
ResponderEliminarSobre el tema del Papa y la restauración de la jerarquía católica usted está en lo cierto, pero se debería organizar algo serio y consensuado para apoyar la elección de un Pontífice y ese es un trabajo de los obispos, cosa que en el actual "sedevacantismo" es una utopía.
¿Y quién le dijo a usted que el "material" humano se debe buscar en el "actual sedevacantismo"? ¿Porqué dice que "se debería organizar algo serio"? ¿Tiene idea sobre lo que se está haciendo al respecto? Si usted tiene ideas lo invito a que se comunique conmigo para que el "consenso" pueda tener mayor alcance.. Es una tarea católica que involucra a todos los bautizados que quieran vivir según las disposiciones divinas expresadas por Jesucristo. La Apostasía sigue llevando almas al Infierno, así que no trabajar activamente por la próxima elección de un Papa es una traición, como mínimo, y de ahí para abajo.
ResponderEliminar+Julio Aonzo
Le envié una respuesta a Juan de la Cruz que veo que no me han publicado. ¿Tendrían la amabilidad de hacerlo, por favor?
ResponderEliminar+Julio Aonzo
Monseñor Aonzo; no la habíamos publicado porque no habíamos abierto el blog por compromisos pastorales.
EliminarNo sé quién es el que contesta, pero esa respuesta debería servir para que reflexionaran: ¿"compromisos pastorales"?
ResponderEliminarEl por qué del tan grande y principal misterio de la vida jerárquica de la Iglesia, es, pues para que la autoridad sea divina en toda la Iglesia, así, es necesario que haya un punto único y supremo en el que Dios mismo la introduzca inmediatamente y de donde circule y se derrame como de FUENTE inagotable e incorruptible hasta las últimas extremidades del Cuerpo Místico. En consecuencia, si no hubiera sido instituida la Cabeza, el Papa, toda la jerarquía se lanzaría en una especie de círculo vicioso, reducidos e impelidos a tomar unos de otros lo que ellos mismos no recibirían de la FUENTE, por tanto con el tiempo quedarían secos y nadie podría saber qué hacer para encontrar el primer origen del poder eclesiástico y para asegurar luego la legitimidad en todas las comunicaciones y derivaciones particulares.
La Iglesia Católica está liberada de estas tinieblas a las que han quedado reducidas, no solo las "iglesias nacionales" o los griegos cismáticos, sino en la actualidad toda la gama de ACÉFALOS, que "corren por todos lados, sin ser enviados" como los falsos profetas. ¿Quién los ha "enviado" a ustedes a tener "compromisos pastorales"? ¿Dé dónde sacan ustedes la jurisdicción que niegan en los Obispos? ¿No ven que están en medio de ese círculo vicioso?
+Julio Aonzo
Queridos hermanos en nuestro Señor Jesucristo, busquemos vivir en paz, procurando no inmiscuirnos en contiendas de grupo, en diatribas personales, en lo que nos separa de la caridad de Cristo; teniendo en cuenta, que no todos vamos a pensar igual, ni vamos a tener los mismos puntos de vista, e incluso, haciendo uso de la libertad que se nos ha concedido, no todos sostienen la fe católica; lo cual no es motivo ni justificación para que en defensa de la fe incurramos en pecados, pues ante todo debemos amar y servir a Dios nuestro Señor mediante el cumplimiento de sus sagrados mandamientos y conservando su doctrina.
ResponderEliminarAlgunas veces, pensando servir a Dios, podemos realizar un apostolado inmisericorde, unido a faltas de caridad, e incluso llegando a la utilización de la mentira, la difamación, y la calumnia como herramientas para salir adelante en discusiones que son de orden personal; todo lo cual causa grave daño a nuestra salud espiritual.
"Si tú sabes dejar a los hombres, ellos te dejarán hacer tus buenas obras". Imitación de Cristo I, XXI, 2.
Es muy importante rectificar nuestra intención, pedir consejo a un director espiritual, y ante todo, guiarnos por el amor de Dios, buscando que donde hay odio sembremos perdón, indulgencia, comprensión, el santo temor de Dios.
El pasado no lo podemos cambiar, porque son hechos consumados, pero podemos y debemos aprender de nuestros errores, de las enseñanzas que nos brinda la historia de la Iglesia, para ser más asertivos en nuestras decisiones, para no atribuirnos responsabilidades que no nos corresponden; esto es algo muy importante, porque podemos correr el riesgo de apasionarnos tanto con la misma defensa de la fe que podemos descuidar nuestra vida espiritual, las prácticas de piedad cristiana, la frecuencia de los sacramentos, la paz que debe reinar en nuestros corazones fruto de la gracia de Dios.
Debemos estar consientes de que muchas almas su manera ordinaria de vivir es en la polémica, en el debate, en las diatribas personales; contra los cuales debemos precavernos, pues llevamos caminos distintos, evitar en la medida de lo posible las palabras agrias y picantes que lastiman a nuestros hermanos, los argumentos a conveniencia, utilizar la doctrina de la Iglesia como arsenal para combatir intelectualmente.
"Mucha paz tendríamos si en los dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen, no quisiésemos meternos. ¿Cómo quiere estar en paz mucho tiempo el que se entromete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge?" Imitación de Cristo I, XI, 1.
Procuremos llevar nuestros proyectos, deseos, e ideas, a la presencia de Dios mediante la oración, sopesar las cosas conforme al fin y motivo de nuestra existencia, valorar el desgaste que vamos a tener, entregarnos primeramente al retiro espiritual, y desde ahí, con un corazón en paz e iluminado por la gracia de Dios, poder tomar las mejores decisiones.
Roguemos a la augusta Madre de Dios, se digne bendecirnos e interceder por nuestras necesidades espirituales y materiales, poniendo de nuestra parte nuestra capacidad para alcanzar el reino de los cielos.
R.P. Hernán: La vida espiritual de cualquier cristiano se apoya en la Gracia Santificante, para tener la Gracia Santificante es preciso que se obtenga por los Sacramentos. Enseña el Catecismo del Concilio de Trento:
ResponderEliminar“Si se considera con cuidado la naturaleza y condición de los demás sacramentos, se comprenderá, desde luego, que dependen todos ellos del Sacramento del Orden, de suerte tal, que sin éste no pueden los unos hacerse ni administrarse de ninguna manera, y los otros es claro que carecen de la ceremonia solemne y de cierto rito y culto religioso”.(cap. VII,1)
Bien sabían los enemigos de la Iglesia que destituyendo (por usurpación y vacancia) la Cabeza del Sumo Sacerdocio de la Iglesia, que es el Vicario de Jesucristo, el Papa, dejaría de existir el “obstáculo” principal que impediría la propagación de la Apostasía anunciada por San Pablo. Razón por la cual, fue el astutísimo Satanás que, con sus ardides y engaños, hizo creer que bastaba conservar la Liturgia con su centro, que es la Santa Misa, para distraer las inteligencias de los católicos –Obispos y Sacerdotes con sus fieles, del verdadero combate principal, el cual era la elección cuanto antes de un verdadero Pastor Supremo. Hemos dicho ya que en eso consistió la “prueba” o “tentación” que reveló Nuestro Señor a San Juan para el período de la Iglesia Católica “Filadelfia”. Muchísimos han sucumbido a la tentación bajo apariencia de bien y más o menos con diferentes matices ha llegado hasta el día de hoy: a algunos, por no combatirla de frente, han errado en los medios y se han ido deslizando a la herejía o al cisma y a otros le ha cegado el entendimiento hasta el punto de negar la necesidad del Vicario de Cristo, lo cual es consecuencia de no creer que la Iglesia Católica es “una sociedad perfecta” que posee en sí misma los medios para hacerlo. En definitiva, son herejes jansenistas porque consideran que ¡Dios manda cosas imposibles! En efecto, siendo la elección de Sumo Pontífice de derecho divino, Jesucristo quiere que San Pedro tenga perpetuos sucesores, por tanto es Voluntad de Dios que lo haya y…Dios no manda cosas imposibles!
+Julio Aonzo
Segundo comentario para el P. Hernán: todo lo que sucede en la Iglesia, en su constitución divina, es reflejo de lo que sucede en el seno Trinitario. Esto se manifiesta en la majestuosidad de la Sociedad Divina en la que resplandece y está basado: en las relaciones de origen de las Personas y en la procesión. De manera análoga en la Iglesia fundada por Jesucristo, que ha dicho “que Él hace las obras que le ha visto hacer al Padre” y que por eso “hace siempre lo que el Padre quiere”, toda dependencia descansa y se basa en la “missio” (enviar) que es como una imitación y sobre todo una continuación de las procesiones divinas. (ver Cat. De Trento en el punto 3). Quien se arroga a sí mismo esta dignidad de la “missio” recibe lo que Señor ha dicho por Jeremías Profeta: “Yo no enviaba esos profetas (falsos) y ellos de suyo corrían por todas partes” (XXIII,21). De este admirable orden, los obispos dependen de Jesucristo y del vicario de Jesucristo porque proceden como de un solo origen y fuente, de Jesucristo y de su vicario. Esta dependencia de origen hace que los Apóstoles no dependan de San Pedro por una mera conveniencia sino por la necesidad misma del origen de su poder y por su adherencia y comunión con Él: siempre los Apóstoles aparecen sometidos a San Pedro que es su Cabeza, “a fin de no trabajar en vano” (ver Gálatas I,18, II,2) y no edificar en otro fundamento, sino en la Piedra, que es Jesucristo y su Vicario, constituyendo una sola Cabeza en la Iglesia Católica.
ResponderEliminar¿Qué pretendemos decir con esto? Que la potestad eclesiástica es de dos clases: de orden y de jurisdicción (“missio”). El fin del poder del Orden tiene por fin el verdadero Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo en la sagrada Eucaristía, y es inmóvil porque imprime carácter (recibido válidamente), pero la “missio” o jurisdicción es a la que corresponde regir y gobernar al pueblo cristiano y conducirlo a la bienaventuranza eterna. (ver Cat. De Trento, VII, 6)
Digámoslo claramente: La “missio” en período de sede vacante no existe, pues la Cabeza Visible –que es una con Jesucristo- no existe: no hay Papa. Por tanto, nadie puede arrogarse ser “enviado” a administrar Sacramentos aunque posea el poder de Orden, porque este poder no habilita en sí mismo para regir y gobernar y conducir a las almas al Cielo. Es necesario que el que envíe sea la máxima autoridad en la Iglesia: el Papa.
Por tanto, los Obispos y sacerdotes que recibieron el Sacramento del Orden en este período de sede vacante y teniendo en frente una institución que es propagadora de la Apostasía, lo han recibido con una única finalidad y mediante el ejercicio de una virtud: la epiqueya, para trabajar haciendo lo que se debe hacer para que la Santa Iglesia Católica tenga la Cabeza Visible. Si esta intención estuviera ausente o se la tapara con innumerables excusas, los Obispos y sacerdotes quedan inhabilitados para ejercer la “missio” porque ningún Papa reinante los ha enviado. Dice Nuestro Señor: “Como mi Padre me envió, así os envío a vosotros” (San Mateo XVIII,18). Esto es Doctrina, no es opinión personal ni "realizar un apostolado inmisericorde". La Iglesia siempre combatió los errores y las herejías.
+Julio Aonzo
https://www.youtube.com/watch?v=BOI2ifop6dg
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