Señor nuestro Jesucristo, en tu amor misericordioso te compadeciste sobre todo de la pobre humanidad. Designaste a los ángeles como mensajeros y como servidores tuyos a las llamas de fuego ( PS. 103,4). ENVÍA SACERDOTES AL PUEBLO QUE ES TUYO Y QUIERE SERLO, Y VÍSTELOS DE JUSTICIA PARA ALEGRÍA DE TUS FIELES. ( PS. 131,9 )
TU CONOCES EL CORAZÓN DE LOS HOMBRES. ILUMINA sus mentes para que puedan reconocer claramente la gracia inestimable de Tu llamada. FORTALECE su voluntad para que puedan atravesar victoriosamente todas las flaquezas y tentaciones del mundo. CONCÉDELES que no se pierdan en el placer paralizante y perezcan en las brumosas profundidades de la pasión humana. Haz que NO REHÚYAN del sacrificio. Que, como águilas reales, desplieguen sus alas y se eleven a las brillantes alturas de Tu sacerdocio eterno.
HAZ QUE SUS PADRES se den cuenta de lo grande y eternamente hermoso que es darte a sus propios hijos. Dales el VALOR Y LA FUERZA para superar todas las consideraciones externas y las inhibiciones internas que se interponen en el camino de esta liberación. DESPIERTA en las almas generosas la disposición interior para ayudar con mano caritativa a tus elegidos cuando la pobreza les impida seguir tu llamada. DA A SUS MAESTROS Y EDUCADORES luz y fuerza para nutrir cuidadosamente la tierna planta de Tu llamada en sus jóvenes corazones hasta que amanezca el día en que asciendan a Tu altar con corazones fervientes y puros.
Y entonces, misericordiosísimo Jesús, CONCÉDELES QUE SEAN VERDADEROS ÁNGELES PARA TU PUEBLO Ángeles de pureza, QUE PONEN TU AMOR DIVINO por encima de cualquier otro amor humano, por tierno y santo que sea; ángeles de amor, que renuncian a las alegrías de una familia terrena para CONVERTIRSE en padre y pastor de otra familia más grande y den su amor precisamente a los pequeños e infelices, a los cansados y abandonados; ÁNGELES DE LUZ, que dejan que la fe en Ti brille en los corazones de la gente como la estrella de la mañana; ángeles de sacrificio, que se consumen como una llama sacrificial por el bien de sus hermanos y hermanas; Ángeles de CONSEJO Y FORTALEZA, que los consuelan en el dolor, los fortalecen en la batalla y los conducen en las horas agónicas de la duda por el camino luminoso de la virtud y el deber; ángeles de gracia, que purifican las almas y las elevan, uniéndolas a Ti en el pan de la vida; ÁNGELES DE PAZ, que las llenas en los últimos momentos de su vida con el dichoso deseo y amor por Ti, que las dejas ir a casa con el dichoso beso de Tu paz divina y les abres las puertas del cielo, donde Tú eres la luz infinita y la alegría eterna de sus corazones por toda la eternidad. Amén