Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

miércoles, 21 de febrero de 2024

LAS DEMOCRACIAS MODERNAS, INSULTAN LOS DERECHOS DE DIOS ...: Fuente: Editorial de la revista Fideliter n° 274

Nota del Blog...:  Aunque el artículo nos pareció muy acertado y por eso lo compartimos, hemos de aclarar que no es correcto llamar "papa" al impostor y hereje formal y material de Juan Bautista Montini -alias- Paulo VI.

Las democracias nacidas en 1789 no son las de los griegos de antaño.

Entre los griegos, el gobierno de la ciudad se entregaba a la masa de ciudadanos para garantizar el interés general. Como todos los ciudadanos eran iguales, todos podían pretender cuidar del bien común sin que uno u otro fuera superior a ellos. Era el régimen constitucional comúnmente llamado hoy democracia. Un régimen por tanto diferente a los otros dos, ya que todos tenían acceso al poder y no sólo uno o unos pocos, como en el régimen monárquico o aristocrático. En estas democracias ningún ciudadano tenía más poder que otro y nadie era más sumiso a nadie que otro; pero todos debían adherirse a las leyes vigentes y gobernar con justicia.
Este modo de gobierno se basaba, por tanto, en la igualdad de todos los ciudadanos y, en consecuencia, también en la libertad política de cada uno. Un poco quimérico, es verdad, este régimen podría degenerar por falta de virtud de sus ciudadanos y la democracia era de hecho una corrupción de este régimen constitucional. Los pobres aprovecharon esto para enriquecerse impunemente.

Pero hoy ya no estamos allí.
Las democracias nacidas en 1789 no son las de los griegos de antaño.

La Revolución Francesa modificó enormemente este régimen. Si todavía lleva el nombre de democracia es porque el poder no proviene de una sola persona sino de la mayoría. Sólo ha cambiado la libertad política de la que se enorgullecían los griegos, sujeta a leyes más o menos basadas en la naturaleza. Esta libertad se ha convertido en una ausencia de sujeción política entendida como autonomía individual y colectiva que ya no tiene límites. Ni Dios ni el amo pueden ya pretender indicar las reglas para una acción social justa: las leyes mismas las hacen quienes gobiernan. Esta autonomía territorial es, por tanto, prerrogativa del régimen democrático. Hoy quien dice democracia dice libertad y viceversa.


La democracia se ha convertido en el régimen político del liberalismo: ni Dios, ni amo.

Estamos evidentemente lejos de la verdad proclamada por León XIII en 1888: "decimos que el hombre debe necesariamente permanecer enteramente en real e incesante dependencia de Dios, y que, en consecuencia, es absolutamente imposible comprender la libertad del hombre sin sumisión a Dios y sujeción". a su voluntad... Negar esta soberanía de Dios y negarse a someterse a ella no es libertad, es abuso de la libertad y rebelión; y es precisamente de tal disposición del alma que se constituye y nace el vicio capital del liberalismo”.
La Iglesia Conciliar sigue prestando atención al hombre moderno, a este demócrata, a este liberal, que desafía todas las expectativas. Pablo VI declaró en su discurso del 7 de diciembre de 1965, durante la última sesión pública del concilio: “la Iglesia del Concilio no se contentó con reflexionar sobre su propia naturaleza y sobre las relaciones que la unen con Dios; también cuidaba mucho del hombre tal como se presenta en nuestro tiempo... el hombre enteramente ocupado en sí mismo... y una simpatía ilimitada la invadía por completo. »
Y el 8 de diciembre de 1965, Pablo VI concluyó el concilio dirigiéndose en primer lugar a los que están en el poder: “la Iglesia sólo os pide libertad. » Esta propuesta aterradora no sólo descoronó a Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre, sino que entregó al hombre a su propia autonomía.
En este mismo discurso, el Papa también dijo con benevolencia a las mujeres: “La Iglesia está orgullosa de haber magnificado y liberado a la mujer, de haber hecho brillar a través de los siglos su igualdad fundamental con el hombre. » Y finalizó dirigiéndose a los jóvenes de la época: “la Iglesia está preocupada de que esta sociedad que vais a establecer respete la dignidad, la libertad, los derechos de las personas, y estas personas son vuestras. » Así, el Consejo defendió claramente la igualdad y la libertad para todos, hombres y mujeres, individuos y pueblos. Los jóvenes de entonces son los amos hoy; destilan este liberalismo que envenena al mundo.
Lamentablemente hoy vemos que muchas de estas ideas extravagantes se convierten en amos de la propia Iglesia. Entonces, ¿esta igualdad de todos, esta libertad para todos, no podría afectar también a la Iglesia misma? ¿Podría entonces cambiar su régimen y convertirse también en una democracia moderna? El misterio está ante nuestros ojos: vemos estos cambios profundos que afectan a la Iglesia. Las nuevas leyes dan ahora igualdad a todos, hombres o mujeres, justos o injustos, los mismos derechos: esto es “libertad sin trabas” en la propia Iglesia.
Estamos afligidos pero tenemos fe. Creemos en la Iglesia una, santa, católica y apostólica. Creemos, todavía hoy, y más que nunca, que es Nuestro Señor Jesucristo quien fundó su Iglesia, una sociedad visible, monárquica, jerárquica, que es perpetua y durará hasta el fin de los tiempos.

martes, 13 de febrero de 2024

CON LA IMPOSICIÓN DE LAS CENIZAS ESTE MIÉRCOLES, LA SANTA IGLESIA DA COMIENZO AL TIEMPO DE CUARESMA

 

Con la imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.


La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Las palabras que se usan para la imposición de cenizas, son:

“Recuerda hombre que polvo eres y en polvo te convertirás"

Origen de la costumbre
Antiguamente los judíos acostumbraban cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como signo de su deseo de conversión de su mala vida a una vida con Dios.
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos de año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo.Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros hermanos los hombres.
Cuando el sacerdote nos pone la ceniza, debemos tener una actitud de querer mejorar, de querer tener amistad con Dios. La ceniza se le impone a los niños y a los adultos.

El ayuno y la abstinencia
El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 61 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

La oración
La oración en este tiempo es importante, ya que nos ayuda a estar más cerca de Dios para poder cambiar lo que necesitemos cambiar de nuestro interior. Necesitamos convertirnos, abandonando el pecado que nos aleja de Dios. Cambiar nuestra forma de vivir para que sea Dios el centro de nuestra vida. Sólo en la oración encontraremos el amor de Dios y la dulce y amorosa exigencia de su voluntad.

Para que nuestra oración tenga frutos, debemos evitar lo siguiente:
La hipocresía: Jesús no quiere que oremos para que los demás nos vean llamando la atención con nuestra actitud exterior. Lo que importa es nuestra actitud interior.
La disipación: Esto quiere decir que hay que evitar las distracciones lo más posible. Preparar nuestra oración, el tiempo y el lugar donde se va a llevar a cabo para podernos poner en presencia de Dios.
La multitud de palabras: Esto quiere decir que no se trata de hablar mucho o repetir oraciones de memoria sino de escuchar a Dios. La oración es conformarnos con Él; nuestros deseos, nuestras intenciones y nuestras necesidades. Por eso no necesitamos decirle muchas cosas. La sinceridad que usemos debe salir de lo profundo de nuestro corazón porque a Dios no se le puede engañar.

El sacrificio
Al hacer sacrificios (cuyo significado es "hacer sagradas las cosas"), debemos hacerlos con alegría, ya que es por amor a Dios. Si no lo hacemos así, causaremos lástima y compasión y perderemos la recompensa de la felicidad eterna. Dios es el que ve nuestro sacrificio desde el cielo y es el que nos va a recompensar. “Cuando ayunéis no aparezcáis tristes, como los hipócritas que desfiguran su rostro para que los hombres vean que ayunan; en verdad os digo, ya recibieron su recompensa. Tú cuando ayunes, úngete la cabeza y lava tu cara para que no vean los hombres que ayunas, sino Tu Padre, que está en lo secreto: y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará. “ (San Mateo 6,6)”