La Cuaresma es un tiempo penitencial, de oración, ayuno y limosna, donde el color litúrgico es el violeta. Entretanto, tenemos, en el transcurso de este tiempo, un momento de júbilo, donde el color litúrgico pasa del violeta al rosa. Es el llamado "Domingo Laetare", o "Domingo de la Alegría".
El IV Domingo de la Cuaresma recibe estos nombres porque así comienza, en este día, la Antífona de Entrada de la Santa Misa: "Laetare, Ierusalem, et conventum facite omnes qui diligites eam; gaudete cum laetitia, qui in tristitia fuistis; ut exsultetis, et satiemini ab uberibus consolationis vestrae" ("¡Alégrate Jerusalén! ¡Reuníos, vosotros todos que la amáis; vosotros que estáis tristes, exultad de alegría! Saciaos con la abundancia de sus consolaciones"), conforme Isaías 66, 10-11.
El color litúrgico pasa del púrpura al rosa para representar la alegría por la proximidad de la Pascua.
Este domingo ya fue llamado también de "Domingo de las Rosas", pues, en la antigüedad, los cristianos acostumbraban obsequiarse rosas. Y es aquí que surge la "Rosa de Oro".
En el siglo X surgió, entonces, la tradición de la "Bendición de la Rosa", ocasión en que el Santo Padre, en el IV Domingo de la Cuaresma, iba del Palacio de Letrán a la Basílica Estacional de Santa Cruz de Jerusalén, llevando en la mano izquierda una rosa de oro que significaba la alegría por la proximidad de la Pascua. Con la mano derecha, el Papa bendecía a la multitud. Regresando procesionalmente a caballo, el Papa veía su montura conducida por el prefecto de Roma. Al llegar, obsequiaba al prefecto la rosa, en reconocimiento por sus actos de respeto y homenaje.
De ahí, entonces, tuvo inicio la costumbre de ofrecer la "Rosa de Oro", para personalidades y autoridades que mantenían una buena relación con la Santa Sede, como príncipes, emperadores, reyes...
TONSURA CLERICAL:
En este marco de tenue júbilo, esta mañana en la capilla de nuestra Casa Religiosa, el seminarista Juan Pablo Palacio Ospina recibió la tonsura clerical.
Tonsura (Latín tondere, "cortar el pelo") un rito sagrado instituido por la Iglesia por el cual un cristianobautizado y confirmado es recibido en el orden clerical mediante el recorte de su pelo y la investidura con la sobrepelliz. La persona así tonsurada se convierte en partícipe de los privilegios y obligaciones comunes del estado clerical y está preparada para la recepción de órdenes. La tonsura en sí misma no es una ordenación propiamente dicha, ni una orden verdadera. Es más bien una simple adscripción de una persona al servicio divino en cosas tales como las que son comunes a todos los clérigos. Históricamente la tonsura no estaba en uso en la Iglesia primitiva durante la época de la persecución. Incluso después, San Jerónimo (in Ezech., XLIV) desaprueba el que los clérigos se afeiten sus cabezas. De hecho, entre los griegos y romanos tal costumbre era una señal de esclavitud (Vea artículo CABELLO (EN LA ANTIGÜEDAD CRISTIANA). Debido a esta misma razón los monjes adoptaron la costumbre de afeitarse la cabeza. Hacia fines del siglo V, o comienzos del VI, la costumbre pasó al clero secular.
Como un rito sagrado, la tonsura estaba originalmente unida a la primera ordenación recibida, como en la Iglesia Griega se une todavía a la orden de lector. En la Iglesia Latina comenzó como una ceremoniaaparte alrededor del final del siglo VII, cuando los padres ofrecían a sus hijos jóvenes al servicio de Dios. El ordinario del candidato debe concederle la tonsura, aunque los abades mitrados pueden concederla a sus propios súbditos. No se prescribe ninguna edad especial para su recepción, pero el receptor debe haber aprendido los rudimentos de la fe y ser capaz de leer y escribir. La ceremonia puede ser realizada en cualquier tiempo o lugar.
En cuanto a la tonsura monástica, algunos escritores han distinguido tres clases: (1) la romana, o la de San Pedro, en la cual se afeita toda la cabeza excepto un círculo de pelo; (2) la oriental, o de San Pablo, en la cual se afeita toda la cabeza; (3) la celta, o de San Juan, en la que sólo se afeita una media luna de pelo al frente de la cabeza. En Bretaña, los oponentes sajones a la tonsura celta la llamaban la tonsura de Simón el Mago.
Según el Derecho Canónico, todos los clérigos están obligados a usar la tonsura bajo ciertas penas. Pero sobre este tema, Taunton dice: "En los países de habla inglesa, a partir de una costumbre surgida en los días de la persecución, y con una prescripción de más de tres siglos, el afeitado de la cabeza, la corona sacerdotal, parece haber caído en desuso con el consentimiento tácito de la Santa Sede. Ningún concilionacional o provincial lo ha ordenado, ni siquiera cuando trata sobre la vestimenta clerical; y la Santa Sede no ha insertado la ley al corregir los decretos de aquellos concilios".
Tomado de: http://ec.aciprensa.com
Bibliografía: TAUNTON, The Law of the Church (Londres, 1906), s.v.; GASPARRI, De sacra ordinatione, I (París, 1893); WERNZ, Jus Decretalium, II (Roma, 1899).
Fuente: Fanning, William. "Tonsure." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14. New York: Robert Appleton Company, 1912. 22 Nov. 2016
Que alegria!!
ResponderEliminarMuchas felicidades para Juan Pablo. Nuestros saludos y bendiciones
Me lo perdí esta mañana. Mi felicitaciones para Juan Pablo
ResponderEliminarQue bien, de a poco va creciendo la comunidad religiosa, pronto habrán monjas .
ResponderEliminarMuy importante la explicación sobre la tonsura, que Dios bendiga a su comunidad religiosa de San Luo rey
ResponderEliminarFelicidades al nuevo flamante clérigo, que la Santísima Virgen le ayude a ser fiel a las obligaciones que adquirió como clérigo de la Santa Iglesia. Enhorabuena un paso mas cerca hacia el altar de Dios.
ResponderEliminarFélicitations Monsieur l'Abbé Juan Pablo.Que Dieu vous bénisse toujours.
ResponderEliminarMuy orgullosa de ti hijito de mi vida... Dios y la Santísima Virgen sigan guiando tu vocación, te amo!!
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