No nos dejemos engañar por la propaganda sincrética que difunden las usinas de los poderes anticristianos.
Todos los paganos terminan en el infierno, como cualquier otro que rechace a Cristo voluntariamente. "el que no creyere se condenará" e incluso "a los tibios vomitaré de mi boca" (Apocalipsis 3:15-17) "El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama." Por lo que apañarles en su error es de lo menos caritativo que puede haber. El verdadero ecumenismo, la verdadera caridad con los que están en el error, es mostrarles la verdad plena, y rezar por ellos –no “con” ellos- para que se conviertan a la verdadera fe. CONVERSIÓN de judíos, mahometanos y paganos; y RETORNO de herejes y cismáticos. Esta sí es nuestra fe de siempre; la fe de los apóstoles; la fe que nos gloriamos de profesar.
Decía el Papa Gregorio XVI en su Encíclica Mirari Vos, Sobre los errores modernos del 15 de Agosto de 1832:
“Otra causa que ha producido muchos de los males que afligen a la iglesia es el indiferentismo, o sea, aquella perversa teoría extendida por doquier, merced a los engaños de los impíos, y que enseña que puede conseguirse la vida eterna en cualquier religión, con tal que haya rectitud y honradez en las costumbres. Fácilmente en materia tan clara como evidente, podéis extirpar de vuestra grey error tan execrable. Si dice el Apóstol que hay un solo Dios, una sola fe, un solo bautismo, entiendan, por lo tanto, los que piensan que por todas partes se va al puerto de salvación, que, según la sentencia del Salvador, están ellos contra Cristo, pues no están con Cristo y que los que no recolectan con Cristo, esparcen miserablemente, por lo cual es indudable que perecerán eternamente los que no tengan fe católica y no la guardan íntegra y sin mancha…”“Sólo los soberbios, o más bien los ignorantes, pretenden sujetar a criterio humano los misterios de la fe, que exceden a la capacidad humana, confiando solamente en la razón, que, por condición propia de la humana naturaleza, es débil y enfermiza”.
Y dice el Santo Padre Pío XI en su Enciclica Mortalium Animos:
" Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes, invitar a discutir allí promiscuamente todos, a infieles de todo género, a cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio.
Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al nuturalismo y ateísmo… de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios."
Como reza toda la santa Iglesia en la sagrada liturgia del Viernes Santo:
“Oremos también por los herejes y cismáticos, para que Dios nuestro Señor los saque de todos sus errores, y se digne volverlos a la santa Madre Iglesia Católica y Apostólica”.
“Oremos también por los incrédulos judíos; para que Dios nuestro Señor aparten el velo de sus corazones, y, ellos también reconozcan a nuestro Señor Jesucristo”
“Oremos también por los paganos, para que Dios Omnipotente quite la perversidad de sus corazones; y abandonando sus ídolos se conviertan al Dios vivo y verdadero y a su único Hijo y Señor nuestro Jesucristo”.
ResponderEliminarInformaciones importantes:
Fecha: Del 19 al 21 de Agosto de 2023
Misa de apertura a las 08:00 hrs / Cierre: 14:00
Lugar: Regimiento de infantería paracaidista – Av. Ejército argentino, Córdoba
Costo: 15.000
¿Seréis como dioses? La utopía actual del super-hombre
Nos encontramos frente a un avance extravagante de la bioética, pero ¿se esconde ahí una revolución más profunda y peligrosa?
Basta ver sus frutos: la procreación asistida (o interrumpida), la gestación ajena, el cambio de género, querer eliminar el “él” o “ella”, etc. todo eso atenta contra la obra divina de la creación.
Sin embargo, todas estas revueltas humanas presuponen un sustrato: un "sentimiento" profundo de lo que somos, una masa humana, capaz de querer, elegir, determinarse por tal o cual cambio; y la lista de posibilidades es cada vez más larga...
Teorizan locas esperanzas: “se puede buscar una buena manera de vivir por fin sin esfuerzo ni trabajo; se puede buscar una forma de disfrutar sin trabas, sin sufrir ni morir. Sí, se puede...”
Se niega la composición armoniosa del alma y del cuerpo, y se cae en el error actual: el hombre es sólo materia. Es el materialismo ateo, contra el que la Virgen advirtió en Fátima, el que se extiende por el mundo, buscando perder las almas. La masa humana, modificable a voluntad, se ha convertido en plastilina. El hombre ya no es un ser natural, es un producto artificial, un mecanismo.
El transhumanismo da al hombre el poder de dar forma a su ser y de tomarse por el gran arquitecto del universo. ¡No podemos permanecer en la apatía ante semejante proyecto y en la indiferencia ante semejante blasfemia!
No se trata de lamentarse, sino de formarse. No sólo para evitar ser engañados por las encantadoras sirenas de este mundo ilusorio, sino también para esclarecer a aquellos con quienes entramos en contacto a fin de ayudarles a seguir siendo criaturas libres de Dios. El próximo encuentro de jóvenes en Córdoba es realmente un momento privilegiado: ¡Los esperamos a todos!
Hay batallas que pertenecen a los héroes del pasado, y que a veces nos gusta recordar.
Hay otras luchas más recientes para resistir a los excesos del mundo moderno. El pontificado de San Pío X, la obra de la Ciudad Católica, la lucha por la Tradición, o la escuela libre... Tantos testimonios de la fidelidad vigorosa de nuestros mayores.
Y luego hay otras luchas. Las nuestras. Las de una generación marcada por la destrucción de la familia, del matrimonio, de la filiación, e incluso por la destrucción de la identidad individual. Batallas difíciles, como las de nuestros mayores, como las de nuestros antepasados. Batallas exigentes, de esa exigencia que caracteriza a las causas nobles. Combates a veces aterradores, proporcionales al odio mortal que nos profesa el enemigo. Estas batallas, por naturaleza inciertas, sólo los valientes aceptarán librarlas. Cuanto más tiempo pasa, más segura pareciera la derrota y la disminución de nuestras fuerzas. Y sin embargo... en cada época, cada lucha dirigida por nuestros mayores presentaba los mismos obstáculos, las mismas amenazas. ¡La fe mueve montañas! Nuestra victoria es cierta y segura, con la ayuda y la gracia de Dios.
Los desafíos de nuestro tiempo no son más que nuevas olas de una lucha mayor, pero son los que afrontamos hoy. Aquí nos encontramos. Con el pequeño territorio que tenemos que proteger. Con nuestro entorno para despertar, convertir o, al menos, iluminar.
Los encuentros de jóvenes no son un lugar de combate. Son un tiempo de preparación, formación y fortalecimiento. Son una base de retaguardia, con sus formadores, con la unidad de sus participantes, y por supuesto con sus tiempos de oración. Son unos pocos días, cortos, motivadores, vigorizantes, donde los participantes en busca de fuerza y luz encontrarán respuesta.
Son todos muy bienvenidos. Los esperamos y los recibiremos con alegría. Su presencia será enriquecedora para ustedes y para nosotros.
No dude en reservar su participación: ¡la fecha se acerca!
Querido joven, ¡hasta pronto!
Que hubo históricamente corrupción de las costumbres y un gran etcétera en el Vaticano, es cosa sabida y ha constituido alimento permanente de la malicia de los enemigos de la Iglesia. Ahora, que la corrupción de las costumbres sea proclamada como cosa buena y se propongan malabarismos conceptuales para darle una justificación moral a partir de la "teología" (???), esto sí es cosa jamás vista.
ResponderEliminar«¡Ay, los que llaman al mal bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por oscuridad...!» (Isaías 5,20)
Sí es verdad. En la casa de Dios caben todos.
ResponderEliminarTodos los bautizados. Todos los conversos.
Todos los que desean ser amados por Dios y hacer su voluntad.
Los que luchan contra sus pecados y contra sí mismo. Los que libre y voluntariamente quieren seguir a Jesús y a su Doctrina Sagrada.
Pero no caben los reincidentes, los pecadores irredentos, los obstinados que quieren torcer la voluntad de Dios a su conveniencia, los que buscan otros caminos paralelos al cielo, los que les da lo mismo cualquier religión, los que negocian con Dios con un diezmo y una promesa.
Los que exigen aceptación sin conversión, los que desean seguir en la misma sin redención, los que no leen la letra chica, los que no quieren cambiar de vida.
No porque Dios no los quiera sino porque ellos han rechazado su Voluntad.
Dios no pone un revólver en la cabeza para que el susodicho se convierta, ya se condenó solo porque le dio la gana condenarse.
Porque "quien hace la voluntad de Dios y la pone en práctica ése es mi hermano, mi hermana, mi familiar y mi madre" decía Jesús.