Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

sábado, 11 de agosto de 2018

LA COBARDÍA DE LOS BUENOS FOMENTA LA AUDACIA DE LOS MALOS


A lo largo de los siglos, la Santa Iglesia Católica enseñó cuan imperioso es para los cristianos el deber de combatir con altivez la inmoralidad y la impiedad y como yerran los que, bajo la apariencia de una falsa prudencia, se niegan a hacerlo.
Santo Tomás de Aquino enseña: “que no se opone a la virtud de la Paciencia el rebelarse cuando es necesario contra quién practica el mal, una vez que, como dice San Juan Crisóstomo al comentar el texto: Aléjate de Mí, Satanás” de que nos habla el Evangelio de San Mateo cuando nos dice: Soportar pacientemente las injuria proferidas contra nosotros es digno de alabanza, pero soportar pacientemente las injurias contra Dios, sería el colmo de la impiedad” (Suma Teológica, 2-2, q.136, a4 in BAC, pág 847)

El Papa León XIII decía que: “Cuando la necesidad lo exige, la defensa de la Fe no es obligación exclusiva de los que mandan, sino también como dice Santo Tomás, todos y cada uno están obligados a manifestar públicamente su Fe, sea para instruir y confirmar a los demás fieles, sea para reprimir la audacia de los infieles. Apartarse frente al enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamor para oprimir la Verdad, es actitud propia de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan. En ambos casos esta conducta es en sí misma vergonzosa y además de lo más injuriosa para con Dios. La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del bien común, y provechosa únicamente para los enemigos del Cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos” (Sapientiae Christianae, 10-1-1890).

No hay comentarios:

Publicar un comentario