MENSAJE DE NAVIDAD 2024 DE LA SOCIEDAD RELIGIOSA SAN LUIS REY DE FRANCIA
¡ Queridos fieles, benefactores y amigos !
Hoy y durante el tiempo de Navidad que en este día comienza, celebramos en primer lugar un hecho histórico: el nacimiento de Jesús, el hijo de María, la esposa de José. El mismo que después de unos treinta años de vida oculta, pasó haciendo el bien y anunciando las buenas nuevas de Salvación, el evangelio del Reino de Dios
Ese Jesús que como leemos en las Sagradas Escrituras, fue crucificado, muerto y sepultado y después resucitó al tercer día.
Jesús nació en un sitio determinado, en Belén de Judea, y en un tiempo concreto, bajo el imperio del César Augusto y siendo Quirino gobernador de Siria.
Ha nacido un Niño. Este Niño es Dios hecho hombre. Pero si Dios se ha hecho hombre es para que el hombre pueda convertirse en hijo de Dios. Es "por nosotros los hombres y por nuestra salvación que bajó del Cielo" (como decimos en el Credo) que compartió nuestra condición mortal. En Jesucristo, la vida divina fue vivida humanamente, a través de una inteligencia, una voluntad y unos sentimientos de hombre verdadero, y esta vida divina vivida humanamente es comunicada por Jesucristo a todos los que creen en él, a los que no han nacido meramente "de sangre ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios". En Jesús de Nazaret la vida divina se hace perceptible a nuestros sentidos, para que "conociendo a Dios visiblemente, él nos lleve al amor de lo invisible"
Nuestro Salvador Jesús es el Hijo Unigénito de Dios, igual en todas las cosas a su Padre. Pero por amor a nosotros, se rebajó a la forma humilde de siervo y vistió nuestra misma carne humana, haciéndose igual en todo al hombre menos en el pecado. Y puesto que por el pecado nos habíamos hecho agentes del diablo, Cristo vino en forma de hombre para redimirnos, ofreciendo sus sufrimientos y muerte para satisfacer la Justicia Divina y así evitarnos la condenación eterna. ¿Quién podría creerlo si no fuese por medio de la Santa Fe Católica? ¿Quién podría concebir semejante doctrina?
Dice el venerable Beda, doctor de la Iglesia, que vivió en Inglaterra en la Edad Media”: “Que Jesús apenas nacido y antes de que se inscriba en el censo del César ya había comenzado a padecer, naciendo muy pobremente e incómodo para nuestra liberación, y aquí podemos ver cómo empieza a pagar nuestras deudas con sus sufrimientos”.
Es por todo esto y no por otra cosa que los cristianos celebramos la Navidad con Alegría, gozo y paz; porque por la Encarnación del Hijo de Dios en las entrañas virginales de María hemos sido salvados. Pareciera que a medida que el tiempo pasa y la historia humana avanza, se va opacando el esplendor de este mensaje. Los mismos signos que anuncian una nueva Navidad, como el pesebre con su lenguaje directo de imágenes transmitiendo el histórico misterio del Dios hecho hombre, se ve reemplazado por otros signos e imágenes que manifiestan el proceso de una cultura menos cristiana. El papá Noel, el trineo con sus renos, la estrella cometa, poco a poco son vaciados de su raíz y contenido cristiano y manifiestan una transformación cultural que después se traduce en fiestas más paganas que cristianas, más materialistas que espirituales, más bárbaras que humanas como ya estamos acostumbrados a verla.
Es nuestro deber como católicos devolver – más no sea por lo menos en nuestros hogares- a esta solemnidad el verdadero sentido cristiano que encarna la Navidad: La ‘nativitas’, el nacimiento de Jesucristo: Dios y hombre verdadero que vino para ser el Salvador del mundo, de todos los hombres y de cada hombre que acepte reconocerlo como a su Señor y Redentor.
Queridos hermanos, no seamos necios y no desaprovechemos la conmemoración de esta nueva Navidad que por gracia infinita de Dios en este 2024 podemos celebrar y que no sabemos si tendremos otras, unámonos en este tiempo más intimamente a Dios amándolo y observando sus Mandamientos.
Pidamos en esta noche santa y a los pies del pesebre, la gracia de amar mucho a este Dios que se ha hecho Niño para que nosotros seamos grandes y que la Virgen Madre y San José nos protejan siempre y nos ayuden a ser hombres y mujeres de buena voluntad.
Y a todos les deseamos una Santa y Felíz Navidad.
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