S.S. el Papa Pío XI |
Dice el Canon 1325 del Código de Derecho Canónico de la Iglesia Católica (1917 _ 18), que si alguien llamándose cristiano "niega pertinazmente algunas de las verdades que han de ser creídas con fe divina y católica o la pone en duda, es hereje; si abandona por completo la fe cristiana, es apóstata.Herejía y apostasía, son por lo tanto pecados gravísimos contra la Fe, por los cuales se sale de la Iglesia única de Cristo y se deja de ser cristiano, es decir católico. Como es Dogma de Fe que fuera de la Iglesia Católica no hay salvación para nadie, los herejes y apóstatas estan condenados al fuego eterno si mueren en ese estado espiritual sin antes de haber abjurado de sus errores y retornado a la ortodoxia de la Fe al seno de la Iglesia.Es a estos pecados que se refiere en especial Ntro. Señor Jesucristo, cuando dice:
"...: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres: más la blasfemia contra el Espíritu Santo no se perdonará. Asimismo, a cualquiera que hablare contra el Hijo del Hombre se le perdonará; pero a quién hablare contra el Espíritu Santo, despreciando su gracia, no se le perdonará, ni en esta vida, ni en la otra". (San Mateo 12; 31,32). Es verdad que si el hereje ó el apóstata, reconoce su error, se arrepiente y pide perdón volviendo a la Fe, recibe el perdón divino. Lo que ocurre la mayoría de las veces, es que, eso es muy difícil que suceda, debido a que generalmente el Demonio hace obcecar a sus esclavos en el error y mueren por tanto sin arrepentimiento, excomulgados del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia Católica, y sin perdón de Dios en esta vida y mucho peor en la otra.Comprendiendo la gravedad de estos pecados, mucho peores que todos los otros que quitan la gracia de Dios pero que no dejan fuera de la Iglesia de Cristo; se ha de tener siempre muy presente:1- Que para salvarse es necesario mantenerse rectos en la Fe, en el seno de la Iglesia Católica Apostólica Romana, única Iglesia fundada por Ntro. Señor Jesucristo.2- Que "solamente son católicos los que no se oponen a la Fe y a la Doctrina de la Iglesia Católica"3- Los herejes y apóstatas, estando expulsados de la Iglesia, más allá de que si eran laicos, curas, obispos ó papas, pierden inmediatamente toda autoridad dentro de la Iglesia y el poder de juridicción. Dice al respecto San Roberto Belarmino: El Romano Pontífice, si cayere en herejía notoria y publicamente divulgada, por el mismo hecho y aún antes de cualquier sentencia declaratoria de la Iglesia, queda privado de su potestad de jurisdicción... Esta es la sentencia más común y cierta" (De Romano Pontífice, I.II, Cap.30, con el Jus Canonicum de Wernz Vidal).Reafirma esta doctrina Santo Tomás de Aquino aclarando que si bien la potestad de Orden no se pierde, la potestad de jurisdicción no permanece en herejes y apóstatas.
"...: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres: más la blasfemia contra el Espíritu Santo no se perdonará. Asimismo, a cualquiera que hablare contra el Hijo del Hombre se le perdonará; pero a quién hablare contra el Espíritu Santo, despreciando su gracia, no se le perdonará, ni en esta vida, ni en la otra". (San Mateo 12; 31,32). Es verdad que si el hereje ó el apóstata, reconoce su error, se arrepiente y pide perdón volviendo a la Fe, recibe el perdón divino. Lo que ocurre la mayoría de las veces, es que, eso es muy difícil que suceda, debido a que generalmente el Demonio hace obcecar a sus esclavos en el error y mueren por tanto sin arrepentimiento, excomulgados del Cuerpo Místico de Cristo, que es la Iglesia Católica, y sin perdón de Dios en esta vida y mucho peor en la otra.Comprendiendo la gravedad de estos pecados, mucho peores que todos los otros que quitan la gracia de Dios pero que no dejan fuera de la Iglesia de Cristo; se ha de tener siempre muy presente:1- Que para salvarse es necesario mantenerse rectos en la Fe, en el seno de la Iglesia Católica Apostólica Romana, única Iglesia fundada por Ntro. Señor Jesucristo.2- Que "solamente son católicos los que no se oponen a la Fe y a la Doctrina de la Iglesia Católica"3- Los herejes y apóstatas, estando expulsados de la Iglesia, más allá de que si eran laicos, curas, obispos ó papas, pierden inmediatamente toda autoridad dentro de la Iglesia y el poder de juridicción. Dice al respecto San Roberto Belarmino: El Romano Pontífice, si cayere en herejía notoria y publicamente divulgada, por el mismo hecho y aún antes de cualquier sentencia declaratoria de la Iglesia, queda privado de su potestad de jurisdicción... Esta es la sentencia más común y cierta" (De Romano Pontífice, I.II, Cap.30, con el Jus Canonicum de Wernz Vidal).Reafirma esta doctrina Santo Tomás de Aquino aclarando que si bien la potestad de Orden no se pierde, la potestad de jurisdicción no permanece en herejes y apóstatas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario