Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

sábado, 13 de febrero de 2021

EL APOSTOLADO SEGÚN LOS ESTATUTOS DE LA SOCIEDAD RELIGIOSA SAN LUIS REY DE FRANCIA



Sexta Parte: Apostolado.
 

I. Debido a la situación sin precedentes de la Iglesia Católica, y a la responsabilidad moral que tienen los fieles para recibir los sacramentos válidos, los sacerdotes de la Sociedad Religiosas San Luis Rey de Francia muy ciertamente deben continuar la misión de la Iglesia, santificando a los fieles a través del ofrecimiento del Santo Sacrificio de la Misa de Siempre, la administración de los Sacramentos y otras obras pastorales. La intención de la Iglesia es que la Gloria de Dios y la salvación de las almas es la ley suprema. El Código de Derecho Canónico de 1917 continuara siendo la guía de los miembros de la Sociedad Religiosa (aunque no obliga). 

II. Nuestro Señor Jesucristo, envía a los Apóstoles a todas las naciones a continuar su propia misión redentora, que es “hacer partícipes (a los hombres) de la comunión que existe entre el Padre y el Hijo: id… y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo cuanto yo os he mandado”. (Mt. 28,19 – 20). 

III. Todos los miembros de la Sociedad Religiosa San Luis Rey de Francia participaran con su esfuerzo de la misión apostólica de la congregación, aun cuando desempeñen tareas ajenas a lo que es propio del trato de las almas. También los religiosos enfermos, y cuando los haya, los ancianos, participan con sus sufrimientos en el apostolado que ejercen los otros miembros, y en grado sumo, ya que están completando lo que falta a la Pasión del Señor. 

IV. Los sacerdotes de la Sociedad Religiosa San Luis Rey de Francia se ocupan de un apostolado activo que incluye el trabajo parroquial, la enseñanza, la edición y publicación de literatura católica; viajaran para hacer posible la Santa Misa y los sacramentos a los fieles católicos que no tienen sacerdotes fieles a la Fe de Siempre. 

V. El sacerdote fiel, celebra solamente la Misa de Siempre en latín y de cara al Tabernáculo y en la que se repite el Gran Sacrificio del Calvario, y mediante el cual se convierte el en el canal de gracia para su rebaño. Cuando administra el sacramento de la Penitencia, otorga la absolución, en una confesión privada, a todos los que verdaderamente están arrepentidos. De ese modo borra el pecado y ocasiona la sanación de las almas. El lleva las almas a Dios a través del Santo Bautismo, y administra el sacramento de la Extremaunción a aquellos en peligro de muerte, de tal manera preparándoles sus almas para la Gloria. Además, aconseja a los hombres y mujeres, mientras se preparan para el matrimonio y la paternidad, en una sociedad que ya no cree en la santidad de ninguno, y los une en santo Matrimonio.

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