Estimados lectores y visitantes: el próximo Miércoles 17 de Febrero con la imposición de las sagradas cenizas, la Santa Iglesia invita a todos los bautizados a dar comienzo al tiempo de Cuaresma que son los cuarenta días de preparación para la Pascua. La Sta. Misa se celebrará a las 19;30 hs. Previo rezo del piadoso ejercicio del Vía Crucis que dará comienzo a las 19:00 hs. Como así también todos los Viernes de Cuaresma se rezará el Vía Crucis en la Capilla a las 19:00 hs.
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios. El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
¿Porqué cuarenta días? La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto. En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades. La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
ORACIÓN PARA OFRECER LA CUARESMA, POR SAN JUAN EUDES
ResponderEliminarOh mi Jesús, yo quiero amar, con Vos y por amor a Vos, la soledad, el silencio, la oración y la penitencia. Concededme la gracia, si Vos queréis, de separarme de las conversaciones vanas e inútiles, de abstenerme de toda palabra mala u ociosa, de poner mi delectación en conversar con Vos en la oración, de hacer todas mis obras en espíritu de oración y de recogimiento, y de hacer por amor vuestro algunas penitencias y mortificación. Oh Salvador, yo os ofrezco la abstinencia y el ayuno de esta Cuaresma, con todos los ayunos y demás mortificaciones de vuestra Santa Iglesia, de todos vuestros Santos y de vuestra Santísima Madre, en honor y unión de vuestros ayunos y penitencias, por satisfacción de mis pecados y para el cumplimiento de vuestra divina voluntad sobre vuestra Santa Iglesia, y sobre mi alma en particular. Amén.
La ceniza es símbolo de la caducidad de la vida y de todo lo material, y, por lo mismo, de dolor, de penitencia, de arrepentimiento, de gran aflicción. En la Biblia la expresión “cubrirse de ceniza y de cilicio” es sinónimo de amarga penitencia y de muy gran duelo. Todos estos significados entraña la ceniza, que la Iglesia bendice e impone a los cristianos al comienzo de la Cuaresma. En una de las oraciones de la bendición del Miércoles de Ceniza se dice expresamente que se la recibe sobre las cabezas “en señal de la humildad cristiana y como prenda del perdón que se espera”, que es, precisamente, lo que la Iglesia quiere expresar con ese rito.
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