Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

jueves, 9 de septiembre de 2021

TE ADORAMOS, OH CRISTO, Y TE BENDECIMOS PORQUE CON TU SANTA CRUZ REDIMISTE AL MUNDO

 

“Y Yo cuando sea elevado de la tierra atraeré a todos hacia Mí”
(Jn. 12, 32)


¿Quién, al pensar en Jesucristo, no asocia inmediatamente a su Persona la cruz? Aquella cruz de la que pendió el Salvador del mundo será siempre la Santa Señal de los cristianos.
La cruz es el lenguaje más sublime empleado por Cristo, Palabra hecha carne. Es el testimonio elocuente del Amor del Hijo al Padre, del amor de Dios a la humanidad, sello que garantiza la divinidad de Jesucristo, Siervo sufriente de Yahvé. Es anuncio clamoroso del triunfo de la Redención, victoria sobre la muerte y puerta abierta para los cielos nuevos y para la tierra nueva.
Cristo y su cruz no pueden separarse; ¿puede acaso rechazarla el cristiano? La debilidad de la cruz es la fuerza que vence al mundo.
A través de los siglos resonarán las palabras del Señor que fue crucificado: “Si alguien quiere venir en pos de Mí, cargue con su cruz y sígame”. Esta invitación hecha a la humanidad forma parte del núcleo de la predicación evangélica. El Evangelio es Evangelio de la Cruz y por ello de la Gracia, Buena Nueva de Salvación.
No hay lugar para cobardías cuando Aquél mismo que cargó con el peso del madero nos invita a seguirle y nos anuncia: “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.

4 comentarios:

  1. EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ
    En el año 320 la Emperatriz Elena de Constantinopla encontró la Vera Cruz, la cruz en que murió Nuestro Señor Jesucristo, La Emperatriz y su hijo Constantino hicieron construir en el sitio del descubrimiento la Basílica del Santo Sepulcro, en el que guardaron la reliquia.
    Años después, el rey Cosroes II de Persia, en el 614 invadió y conquistó Jerusalén y se llevó la Cruz poniéndola bajo los pies de su trono como signo de su desprecio por el cristianismo. Pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año. Para ello se realizó una ceremonia en la que la Cruz fuellevada en persona por el emperador a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz.

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  2. La inmensa mayoría de las almas que se van quedando en el camino, dejan de llegar a la cumbre por no haber logrado dominar el horror al sufrimiento que experimenta su débil carne. Solamente el que se decide afrontar con energía inquebrantable el sufrimiento y la muerte prematura, si es preciso, logrará alcanzar las supremas alturas de la santidad. Hay que tomar aquella «muy determinada determinación» de la que habla Santa Teresa.

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  3. La necesidad de consagrarnos diariamente a Dios:
    El cristiano debe valerse de las consagraciones para estar más unido a Dios y aprovechar las gracias que ellas proporcionan. La consagración personal a Dios, a Jesucristo, a la Virgen María, una y otra vez renovada en la vida cristiana de cada día y con las fórmulas oracionales apropiadas, ha contribuído en los últimos siglos notablemente al perfeccionamiento espiritual de muchos cristianos.

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  4. “Verdad llana es que cuanto menos el hombre piensa en sí mismo, más piensa en su buena fortuna y en todos los dones de Dios. San Francisco de Asís se había sumergido en la pobreza como se sumergen tierra adentro los hombres que cavan locamente en busca de oro. Y es precisamente la calidad positiva y apasionada de este aspecto de su personalidad lo que constituye un desafío a la mentalidad moderna frente al problema de la prosecución del placer”
    ‘San Francisco de Asís’ G.K. Chesterton

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