Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

domingo, 16 de diciembre de 2018

DOMINGO DE GAUDETE (Domingo de Regocijo)


Misa de Gaudete en Capilla Virgen de Luján
Es el Tercer Domingo de Adviento, llamado así por la primera palabra del Introito de la Misa (Gaudete, es decir, Regocíjense). El Tiempo de Adviento se originó como un ayuno de cuarenta días en preparación para la Navidad, comenzando el día después de la fiesta de San Martín (12 de noviembre), de aquí que a menudo se le llamara también la "Cuaresma de San Martín" – nombre por el que el Adviento fue conocido desde el siglo V. No se puede datar antes del siglo quinto el ayuno del Adviento, porque no hay evidencia de que se observara la Navidad el 25 de diciembre antes de finales del siglo cuarto. (Duchesne, "Origines du culte chrétien", Paris, 1889), y la preparación para una fiesta no puede haber sido anterior a la fiesta misma. En el siglo IX, la duración del Adviento se redujo a cuatro semanas, encontrándose en una carta de San Nicolás I (858-867) a los búlgaros, la primera alusión a un Tiempo más corto, y hacia el siglo XII el ayuno había sido ya reemplazado por una simple abstinencia. San Gregorio el Grande fue el primero en redactar un Oficio para el Adviento, y el Sacramentario Gregoriano es el más antiguo en proveer Misas propias para los domingos de Adviento. 
En ambos se hacen provisiones para cinco domingos, pero hacia el siglo X el número usual eran cuatro, aunque algunas iglesias de Francia observaban cinco domingos incluso en el siglo XIII. No obstante todas estas modificaciones sin embargo, el Adviento preservó muchas de las características de los tiempos penitenciales lo que lo hace una especie de contraparte con la Cuaresma, correspondiendo así el tercer domingo de Adviento, o el del medio, con el domingo de la mitad de la cuaresma o Domingo de Laetare (Alegría). 
Misa de Gaudete en la Iglesia Inmaculado corazón de María
En este Domingo de Laetare, el órgano y las flores, prohibidos durante el resto de la estación, podían ser usados; se permitió el uso de vestimentas color rosa en lugar del púrpura (o negro como en un inicio); el diácono y el subdiácono reasumieron el uso de la dalmática y de la túnicela en la Misa principal, y los cardenales usaban color rosa en lugar del púrpura. Todas estas marcas características continuaron usándose y son la disciplina actual de la Iglesia Latina. El Domingo de Gaudete por lo tanto, hace un alto, como el Domingo del Laetare, a medio camino a través de un Tiempo que de otra manera es de carácter penitencial, y significa la cercanía de la venida del Señor. De las "estaciones" que se mantienen en Roma para representar los cuatro domingos de Adviento, la correspondiente a la basílica Vaticana se le asigna al Gaudete, ya que es el más importante de los cuatro domingos. Tanto en el Oficio como en la Misa a través del Adviento, se hace referencia continua a la segunda venida de nuestro Señor, y se enfatiza en el tercer domingo por medio de la adición de signos permitidos para ese día, como una expresión de alegría. El Domingo de Gaudete está marcado por un Nuevo Invitatorio, la Iglesia no invita ya a los fieles a meramente adorar "al Señor que va a venir", sino que les llama a una liturgia de alegría porque "el Señor está ahora aquí y al alcance de la mano". 
Las lecturas de Nocturnas, correspondientes a la Profecía de Isaías, describen la venida del Señor y las bendiciones que resultan de ello, y las antífonas de las Vísperas hacen eco de las promesas proféticas. La alegría de la espera se enfatiza por las constantes Aleluyas tanto en el Oficio como en la Misa a través de todo el Tiempo de Adviento. En la Misa, el Introito "Gaudete in Domino semper" resalta lo mismo, y da el nombre al día. La Epístola nos incita a regocijarnos y nos urge a prepararnos para encontrarnos con el Salvador a través de oraciones y súplicas y de acciones de gracia, mientras que el Evangelio de San Juan Bautista nos advierte que el Cordero de Dios está ahora entre nosotros, aunque parezca que no Le conocemos. El espíritu del Oficio y de la Liturgia a través de todo el Adviento es uno de espera y de preparación para la fiesta de Navidad así como para la segunda venida de Cristo, y los ejercicios penitenciales, que han sido adecuados para ese espíritu, son suspendidos en el Domingo de Gaudete para simbolizar la alegría y el regocijo por la Redención Prometida, las cuales nunca deben estar ausentes del corazón del fiel.
Visto en: http://www.mercaba.org

1 comentario:

  1. Maria Del Carmen Bonaterra19 de diciembre de 2018, 5:12

    Gracias Padres por esta hermosa informacion dobre el Adviento Es conocimiento sobre la liturgia , historia y Doctrina del Adviento

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