Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

lunes, 11 de agosto de 2014

ANTECEDENTES DE LAS ELECCIONES DE JUAN BAUTISTA MONTINI -ALIAS- PABLO VI Y DE KAROL WOJTYLA -ALIAS- JUAN PABLO II



Comentario a la obra “Su Santidad” de B. Kostas, Editorial Veritas , Santa Fe de Bogotá, Colombia, pags. 161-168

Montini y Wojtyla

Abundan las pruebas de que desde hace siglos existe un siniestro plan de infiltración de la Santa Iglesia por parte del Judaísmo y su medio principal, la Masonería, para alcanzar sus fines de abatir la Institución de Jesucristo. A tan alto grado ha llegado el poder judaico que, es más, ya no se tiene que esconder para trabajar dentro de la Iglesia. Así hubo embajadores como Jules Isaac ante la Santa Sede para dictar sus iniciativas de reforma de la liturgia, de la Biblia, de la catequesis a favor del judaísmo, lo que se realizó obedientemente a través de las reformas hechas por el Vaticano II. La infiltración es comprobable sobre todo desde hace dos siglos. Un hecho significativo es el beneplácito de la Masonería hacia los seudopapas, cuando ante los anteriores Papas católicos se mostraron adversos hasta llevar a cabo acciones ignominiosas.
Por ejemplo: cuando murió S. S. Pío IX fue sepultado en la Basílica Vaticana. (Pío IX, 1846, 1878). Pero él había manifestado el deseo de que sus restos descansaran en la Iglesia de San Lorenzo Extramuros. Para cumplir los deseos del pontífice, se dispuso el traslado de sus restos, tres años después, a dicho templo. Pío IX había sido el autor de la Encíclica QUANTA CURA (que después ha sido contradecida por el Vaticano II) y del SYLLABUS ERRORUM, o condenación de los errores modernos liberales nacidos de la masonería. Pues bien, cuando los restos eran trasladados, un populacho instigado por los anticlericales agredió a la procesión tratando de arrebatar los restos para arrojarlos al Tíber. Dura fue la lucha de la autoridad civil para impedir el atropello instigado por los masones; los restos de S. S. Pío IX llegaron a su destino tras una batalla campal con una muchedumbre enardecida que aborrecía (1) al Papa represor de los ideales masónicos. Por el contrario, -notémoslo bien- la Masonería internacional manifestó su duelo por la muerte de Juan XXIII a través de desplegados publicados en todos los idiomas en distintos países.

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