Reflexión

INDISPENSABLE REFLEXIÓN

Sobre el Sedevacantismo se ha dicho lo que se ha querido, muchos han opinado sobre esta posición teológica y canónica católica sin conocer en profundidad sus verdaderos orígenes y desarrollo, sus verdaderos protagonistas --eclesiásticos de la mayor relevancia jerárquica como intelectual--, sus verdaderos y graves fundamentos dogmáticos, su imperiosa razón de defender a los católicos de la grave apostasía y cisma en el que ahora viven y malviven. Paradójica y curiosamente sus máximos enemigos y detractores han sido aquellos que se dicen "defensores de la tradición católica", estos son los falsos tradicionalistas, todos ellos ex miembros de la FSSPX a la cual hoy día calumnian y difaman con un diabólico resentimiento; dirigidos por una élite infiltrada con psudosteólogos que inventaron laberínticas "tesis" rabínicas-dominicas-jesuíticas, y de una gran malicia al servicio del complot judeo-masónico, y secundados por la complicidad y servilismo de una mayoría de incautos que movidos siempre por la ingenuidad de una cómoda negligencia se alimentan de las "teologías" y de los "teólogos" del facebook o de los blog de la internet. Frente a todos estos paracaidístas devenidos en estos últimos meses al "sedevacantismo" los hay de muchos colores, entre ellos contamos a los desilucionados por el coqueteo de Jorge Bergoglio con los Protestantes, Judíos y Musulmanes, como si Ratzinger, Wojtila y Montini no lo hubiesen hecho antes, estos nuevos "sedevacantistas" creen que solo Bergoglio es hereje formal y material y por lo tanto no es papa, pero los muy incautos "ignorantes en la cuestión" aceptan la misa nueva y los sacramentos dados con el nuevo ritual inválido e ilegítimo de Paulo VI. Los Católicos fieles creemos firmemente que el último Papa de la Iglesia Católica Apostólica Romana fue S.S Pío XII y que de allí por defecto y consecuencia de la Grana Apostasía ha cesado la institución del cónclave y cualquier iniciativa al respecto, solo será una delirante intentona.

miércoles, 27 de marzo de 2019

EL RECUERDO DE UN PENSADOR INCLASIFICABLE, Por: Carlos Bukovac



Un 15 de marzo de 1981 fallecía el Padre Leonardo Castellani, para muchos, un verdadero genio intelectual y literario. Nació el mismo año que Borges, en la ciudad de Reconquista; no obstante, pese a su enorme talento, no tuvo la misma suerte que Jorge Luis en cuanto a su fama. Su obra es inmensa y de lo más variada. Hace algunos años, fue escrita una biografía suya de dos tomos por el Dr. Sebastián Randle, un fabuloso libro, pero sólo para fanáticos del jesuita santafesino. Valga entonces este artículo para acercar a los lectores a la figura de este gran argentino.

2 comentarios:

  1. Ernesto Sábato? jaja nadie resiste a un archivo

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  2. RUBEN CALDERON BOUCHET SOBRE SU CONVERSIÓN GRACIAS AL PADRE CASTELLANI

    "Leí a Castellani apenas había pasado los veinte años y no tenía ninguna formación religiosa. Me llamó la atención, y lo digo con vergüenza, la calidad intelectual de su trabajo. En el mundo de semiletrados al que pertenecía, un sacerdote inteligente era inconcebible, y en el mejor de los casos se tenía derecho a sospechar que no creería en todas las pavadas con que la Iglesia mantenía la ilusión de su rebaño de beatas. Un esfuerzo suplementario exigido a un instinto todavía no estropeado por mi condición de bachiller podía hacerme admitir en un cura una inteligencia más o menos profunda en cuestiones astronómicas o de alguna otra índole un tanto estrafalaria en nuestras costumbres,pero no cabía en mi calatre la calidad del saber de Castellani y su humor para tomar a broma la totalidad de mis dogmas laicos.

    Sin embargo, fue precisamente su vena humorística la que me conquistó enseguida; y como me hacía reír, me aficione a leerlo. No quería confesar mi debilidad; y el amigo que me sirvió de puente, quizá con el santo propósito de enredarme en alguna intriga clerical, obtuvo de mí un pedido desdeñoso que apenas ocultaba el vicio adquirido: “¿No tenés alguna otra cosa del cura ése?”. Ésa fue mi perdición. Era un pagano feliz, totalmente irresponsable y cínico, y terminé confesándome, comulgando y suscribiéndome a la Suma Teológica que Castellani había comenzado a editar con sus sabrosas notas al pie. "

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